Tras una larga investigación y 20 allanamientos, la Justicia desbarató a una organización que operaba desde una "cueva" situada en la zona más cara de la Ciudad. Detalles de la estructura que incluía a un jubilado y gente sin recursos
La fachada parecía no tener fisuras y auguraba un éxito sin
caducidad a corto plazo. Sin embargo, una jugada demasiado arriesgada
provocó el derrumbe de una organización que realizaba operaciones
financieras ilegales de una manera que asombra.
La cabeza de la estructura era Pablo Rippel, un jubilado que reside en Puerto Madero, vinculado a una operatoria millonaria en bancarias de unas 40 sociedades en las que las mismas personas se alternaban en diferentes cargos.
El dato más increíble es que esas sociedades estaban integradas por
indigentes que -luego se descubriría- viven en barrios carenciados del
Conurbano, cuyo nivel de vida no se condice con los millones que movían
las entidades de las que presuntamente eran propietarios.
La operatoria era la de cambio de cheques realizados por entidades
con exenciones impositivas, que -cuenta el diario Clarín- luego
ingresaba al mercado legal a través de Miraflores Sociedad de Bolsa.
El derrumbe
Todo comenzó a desmoronarse en el mes de agosto, cuando una mujer
quiso retirar dinero de una cuenta en el Banco Nación con un documento
falso. Fue el principio del fin.
Entonces comenzó una ardua investigación que incluyó allanamientos
en tres de los edificios más representativos de Puerto Madero: Mulieris,
Chateau y El Faro.
Un primer informe de la Unidad de Información Financiera (UIF), que
encabeza José Sbatella, señaló que la organización movió 200 millones
en el último semestre.
Ante esta situación, el l juez federal Luis Rodríguez ordenó el
bloqueo de varias cuentas bancarias y nadie reclamó por ellas, pese a
que había un millón de pesos en juego.
Hasta el momento la causa tiene más de 40 imputados, pero de momento no hay detenidos. Fuente:Infonews
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