“No es lo mismo ser profundo que haberse venido abajo” María Elena Walsh
Si la
decadencia argentina, que tanto esfuerzo nos ha costado conseguir, no
encontraba la forma de quedar expuesta, definitivamente, ante el mundo, la
asunción de Amado Guita-rrita Boudou
como Presidente, en razón de la dolencia transitoria de la señora de Kirchner,
fue el reflector que la iluminó con más fuerza.
La prensa
mundial, que dio poco espacio –salvo honrosas excepciones- a la operación que
sufrió doña Cristina, reflejó con gracia y humor, y con terrible ironía, la
penosa historia personal de quien ejerce hoy la primera magistratura. O Estado
de São Paulo, por ejemplo, lo mostró montado en una enorme Harley Davidson,
cuya propiedad atribuyó a un ministro brasileño, paseando por las calles de
Brasília y exhibiendo su habitual sonrisa; ignoraba Guita-rrita, a ese momento, qué estaba sucediendo en Olivos y las consecuencias
personales que traería.
Llegar a
saber de qué se ríe, permanentemente, este siniestro personaje resulta una
verdadera misión imposible. Los jueces federales que lo investigan avanzan,
aunque todavía muy lentamente, en la investigación de sus relaciones,
personales y como funcionario, con hechos delictivos de enorme magnitud.
Ciccone y la comisión (¡$ 7.000.000.=!) percibida por Vanderbröele por
renegociar la deuda de la Provincia de Formosa –la más pobre del país- con la
Nación, no son los únicos problemas que, sin dudas, enfrentará más temprano que
tarde. Falsificación de documentos para comprar automóviles, un enriquecimiento
de imposible explicación, bienes camuflados bajo mantos de parentescos y
noviazgos, negociaciones incompatibles con la función pública y antiguas
quiebras sospechosas, son los compases que compondrán el tango del amargo final
de este Vicepresidente que, como dicen sus neo-defensores, fue también elegido
por el 54% de los votos válidos.
Si nuestra
sociedad pudo darse un segundo mandatario de este nivel se debe a que, sin
lugar a dudas, somos decadentes terminales. Tal vez, la magnitud de la
comprobación permita que, cuando llegue el momento de concurrir a las urnas en
elecciones ejecutivas los argentinos habremos aprendido y ejerceremos nuestro
primer derecho republicano con seriedad y a consciencia. Recuerdo una vieja
frase: “La experiencia es lo que hace que
un hombre que ha tropezado dos veces con la misma piedra, lo confiese la
tercera vez”; si ponemos a la triste Isabelita en ese inventario, se
comprenderá a qué me refiero.
El
problema de esta regencia constitucional de Guita-rrita
es que nadie, en el Gobierno o fuera de él, lo quiere, ya que resulta un
salvavidas de plomo y una fuente inagotable de problemas. Es una verdadera
pena, porque su formación académica es, por lejos, superior al hato de payasos
a los que la Presidente ha encomendado conducir la economía nacional y las
relaciones con el mundo.
Pero,
según es vox populi, el poder real
será ejercido, durante este interregno, por una mesa compuesta por Carlos Chino Zannini, Máximo Bebito Kirchner, Héctor Señor 5 Icazuriaga y el Gral. Espión Milani. Otra vez, la
concentración y el personalismo que han sido el modelo de poder de los Kirchner
desde sus lejanos días en Santa Cruz, produce un hecho curioso; veamos a qué me
refiero.
El Chino nunca fue elegido para nada. Con
un pasado maoísta –de allí una de las acepciones de su apodo; el otro es su
aspecto- y carcelario por actividades subversivas, debe su participación en el
círculo áulico exclusivamente a la voluntad del matrimonio imperial. Carece de
formación económica, aunque no en materia de negocios, como lo muestra su
padrinazgo de Electroingeniería, la empresa de su compañero de celda, Gerardo
Ferreyra, hoy gran adjudicataria de las obras públicas que no recibe, o no
puede recibir, Lázaro Báez.
De Bebito nada se sabe, con excepción de su
detallado relato acerca de cómo su papá muerto le tiraba los soldaditos de
plomo. Su madre intentó que entrara en política, con escaso éxito, dada la
falta de interés del candidato y su obvia falta de talento, corroborada por la
carencia de estudios formales. Su rol, sin embargo, podría ser actuar como
polea de transmisión de los deseos de la enferma; resta ver con qué fidelidad
serán transmitidos por alguien que, por lo que se supone, ni siquiera sabe
hablar con coherencia.
El Señor 5 tiene su propio circo y sus
propias complicaciones. Su cotorro privado, la ex SIDE, se ha transformado en
una bolsa de gatos, como mostró el episodio de la muerte del Lauchón (¿qué fue de la investigación de
lo ocurrido?). Como responsable –comparte el rol con Milani- de la información
de inteligencia que recibe la Presidente, su papel ha sido pobrísimo: no fue
capaz de anticiparle la ruptura de Massa ni la magnitud de la derrota en agosto. Hay quien dice, en los mentideros
políticos, que a Icazuriaga lo llaman “corazón de ballena”, en alusión a la
forma popular con que se nombra a ese órgano y al tamaño del cetáceo.
Finalmente,
el Espión, tan sospechado de
enriquecimiento ilícito por su mansión en San Isidro, el primer oficial de
inteligencia que llega a la cúspide del Ejército que, según se sabe, ejerce con
mano dura. Su preponderancia alcanza a las otras fuerzas armadas y, en
especial, al Estado Mayor Conjunto. Habrá que observar, con minuciosidad, cómo
continuará la carrera de este hombre, muy controvertido por lo sinuoso de sus
actitudes.
Resta
saber qué hará el núcleo duro del cristinismo con Guita-rrita si la convalecencia de la Presidente se prolongara
demasiado; el mismo miércoles, el
inefable y “aspirador” Jefe de Gabinete recortó cualquier ínfula que pudiera
tener el Vicepresidente en ejercicio, aclarando públicamente que las decisiones
las tomaría siempre doña Cristina y las funciones de aquél serían meramente
protocolares, por lo cual no le permiten siquiera ocupar un despacho en la Casa
Rosada, a la que debe concurrir a diario a recibir instrucciones del Chino. Por lo demás, tampoco hay que
descartar que, ante tamaño cerco, Boudou mismo decida dar un paso al costado,
aún a costa de ser pasto de las fieras de Comodoro Py en lo inmediato.
La
inseguridad, el flagelo que se encuentra al tope de las preocupaciones
ciudadanas, remató la campaña oficialista. El horrible asesinato de Araceli,
descubierto doce días después de su desaparición, el episodio protagonizado por
Cabandié y la agresión a la casa de Bonfati, en Santa Fe, han golpeado con
fuerza y por igual a Lancha, Martín Insaurralde,
la Emperatriz enferma y a todos los
suyos.
La
economía, por su parte, continuará a la deriva, debido tanto a la supina
ignorancia que doña Cristina exhibe sobre la disciplina. El G-7 (Lorenzino, Patotín, Kiciloff, Marcó del Pont,
Bossio, Echegaray más Fábrega), al cual la Presidente ha encomendado la gestión
diaria ha sido incapaz, siquiera, de mostrar alguna cohesión interna y, por el
contrario, sus peleas trascienden públicamente. En la materia, tanto como en
las relaciones internacionales, la Argentina carece de rumbo y, sobre todo, de
políticas de largo plazo y planificación, y toda la actividad se reduce a dar
manotazos de ahogado y tratar de evitar que continúe la caída en las reservas
monetarias.
La
conservación de esas reservas reviste, a los ojos del Gobierno, una importancia
trascendental, ya que el peligro inminente es que no alcancen para pagar el
nuevo botín de la banda delictiva que nos gobierna. El jueves pasado, el Senado
convirtió en ley el Presupuesto Nacional 2014, que prevé un crecimiento que
duplica el estimado por todos los organismos multilaterales y analistas
privados. Esa adulteración permitirá que quienes tienen bonos atados a ese crecimiento
roben, el año próximo, cuatro mil millones de dólares. Mi eterna pregunta
conserva su vigencia: ¿quién, salvo aquel que supiera que podía falsear las
cifras del INDEC, pudo haber comprado esos bonos?
Para
concluir, una breve mención a la oposición. Su pánico ante un posible efecto de
empatía que disminuya los porcentajes de la victoria el 27 de octubre, o lo
transforme en derrota en algunas circunscripciones, los ha llevado a mantener
un total silencio de radio. Es un flaco favor que le hace a la democracia y a
la República, que debiera estar enterada de cuál es la posición de cada uno de
los dirigentes frente a los grandes problemas que nos aquejan, sobre todo
cuando el acto eleccionario ya es inminente.
Sólo
espero que, para las próximas elecciones ejecutivas, los argentinos hayamos
aprendido algo; sobre todo, a no elegir a un nuevo “salvador” que reedite el
círculo eterno de esperanza y desilusión, que tanto le ha costado al país desde
hace demasiadas décadas. Debemos luchar por la vigencia de la Constitución y de
las instituciones que de ella se derivan, y entender que, si queremos ser
verdaderamente libres, tenemos que ser esclavos de las leyes.
Mis
deseos de rápida recuperación de doña Cristina Fernández, para que pueda
reasumir las riendas del Estado y, sobre todo, hacerse cargo de la factura de
esta triste fiesta que duró ya una década, no precisamente ganada.
Bs.As., 15 Sep 13 Enrique Guillermo Avogadro
Abogado
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