Por Livio T. Fernández*
Ley de seguridad pública: un año y medio perdido (crónica de un fracaso anunciado)
Un sabio profesor universitario nos había advertido
que “es muy difícil cambiar las ruedas de un tren con el tren en
marcha”, al opinar sobre el proceso de ejecución de la ley orgánica
policial 4987, del que participamos mas de 500 funcionarios policiales,
junto a académicos, jueces y diputados en el año 2002. Actualmente, con
la nueva ley de seguridad pública en veremos la frase adquiere plena
vigencia.
La advertencia fue confirmada por el ex ministro de gobierno al
confesar que "cambiar un sistema policial no es fácil", en oportunidad
de concurrir en mayo de este año a informar ante los diputados de la
comisión de legislación general, justicia y seguridad, sobre la demorada
implementación de la ley de seguridad pública (6976).
Pero lo que nadie pudo explicar hasta ahora es por qué existió tanto apuro para sancionar la ley 6976, prácticamente sin debate social y sin participación policial, para luego no ponerla en práctica. Tampoco se justificó por qué razón se optó por un modelo de organización policial “enlatado”, elaborado por un consultor bonaerense, que demostró su fracaso en varias policías del país.
Los errores de diagnóstico siempre son costosos. Los problemas del sistema de seguridad pública no son el modelo orgánico de la Policía o el supuesto “autogobierno policial”. Primero, porque la actual ley orgánica (4987) ha demostrado ser efectiva en su aplicación como modelo de organización, y segundo, porque la Policía estuvo, está y estará siempre subordinada a los gobiernos de turno.
La ley 6976 no se cumplió en los plazos establecidos, ni se cumple ahora. No se presentaron cinco informes de avance (trimestrales), el plan general de seguridad (de acuerdo a la ley), ni el proyecto de estatuto profesional del policía. Así como no se implementaron el observatorio sobre violencia y seguridad, ni el defensor del policía, entre otras iniciativas.
Por su parte la comisión legislativa responsable del seguimiento de la ejecución de la norma, no monitoreó adecuadamente el cumplimiento de los plazos de reglamentación y ejecución de la ley tal como se había autoimpuesto. Y en esto la oposición tiene una mayor responsabilidad aun.
A esta altura, nadie sabe si realmente en algún momento se llegará a aplicar la tan mentada ley de seguridad pública. Se perdió un año y medio, y la seguridad pública en el mejor de los casos no mejoró. Y si analizamos las estadísticas delictuales oficiales los resultados son peores.
Se arrearon algunas banderas de la promocionada ley de seguridad democrática como ser el control civil de los asuntos de seguridad, al designarse hace dos meses a un policía en actividad como secretario de seguridad pública, encima de menor jerarquía policial que los máximos conductores de la Policía.
Se reinstaló el organigrama de la ley 4987 al designarse un subjefe de policía, un cargo que la ley 6976 y el decreto 1255/12 habían hecho desaparecer. Se abandonó la columna vertebral del modelo de comando centralizado de la ley 6976 a través del CEAC, y el escalafonamiento inmediato del personal policial en seguridad preventiva y seguridad compleja.
En definitiva continúa vigente el modelo orgánico de la ley 4987 con las Direcciones Generales, Direcciones, Supervisiones de Zona, Departamentos, Comisarías y Divisiones, ya que no se reglamentó el organigrama del sistema de seguridad establecido por la ley 6976, ni se implementaron las nuevas estructuras media y de base.
A todo esto, se suma que la inseguridad sigue siendo el problema más importante de la agenda social que la comunidad chaqueña impuso a los dirigentes políticos, tanto del oficialismo como de la oposición, muy a pesar de estos. Pero aun así las soluciones no aparecen, y sigue siendo un problema insoluble.
*Policías Autoconvocados - Vecinos Autoconvocados -Resistencia-
FUENTE: Publicado en DataChaco.com - http://datachaco.com/noticias/view/28030
Pero lo que nadie pudo explicar hasta ahora es por qué existió tanto apuro para sancionar la ley 6976, prácticamente sin debate social y sin participación policial, para luego no ponerla en práctica. Tampoco se justificó por qué razón se optó por un modelo de organización policial “enlatado”, elaborado por un consultor bonaerense, que demostró su fracaso en varias policías del país.
Los errores de diagnóstico siempre son costosos. Los problemas del sistema de seguridad pública no son el modelo orgánico de la Policía o el supuesto “autogobierno policial”. Primero, porque la actual ley orgánica (4987) ha demostrado ser efectiva en su aplicación como modelo de organización, y segundo, porque la Policía estuvo, está y estará siempre subordinada a los gobiernos de turno.
La ley 6976 no se cumplió en los plazos establecidos, ni se cumple ahora. No se presentaron cinco informes de avance (trimestrales), el plan general de seguridad (de acuerdo a la ley), ni el proyecto de estatuto profesional del policía. Así como no se implementaron el observatorio sobre violencia y seguridad, ni el defensor del policía, entre otras iniciativas.
Por su parte la comisión legislativa responsable del seguimiento de la ejecución de la norma, no monitoreó adecuadamente el cumplimiento de los plazos de reglamentación y ejecución de la ley tal como se había autoimpuesto. Y en esto la oposición tiene una mayor responsabilidad aun.
A esta altura, nadie sabe si realmente en algún momento se llegará a aplicar la tan mentada ley de seguridad pública. Se perdió un año y medio, y la seguridad pública en el mejor de los casos no mejoró. Y si analizamos las estadísticas delictuales oficiales los resultados son peores.
Se arrearon algunas banderas de la promocionada ley de seguridad democrática como ser el control civil de los asuntos de seguridad, al designarse hace dos meses a un policía en actividad como secretario de seguridad pública, encima de menor jerarquía policial que los máximos conductores de la Policía.
Se reinstaló el organigrama de la ley 4987 al designarse un subjefe de policía, un cargo que la ley 6976 y el decreto 1255/12 habían hecho desaparecer. Se abandonó la columna vertebral del modelo de comando centralizado de la ley 6976 a través del CEAC, y el escalafonamiento inmediato del personal policial en seguridad preventiva y seguridad compleja.
En definitiva continúa vigente el modelo orgánico de la ley 4987 con las Direcciones Generales, Direcciones, Supervisiones de Zona, Departamentos, Comisarías y Divisiones, ya que no se reglamentó el organigrama del sistema de seguridad establecido por la ley 6976, ni se implementaron las nuevas estructuras media y de base.
A todo esto, se suma que la inseguridad sigue siendo el problema más importante de la agenda social que la comunidad chaqueña impuso a los dirigentes políticos, tanto del oficialismo como de la oposición, muy a pesar de estos. Pero aun así las soluciones no aparecen, y sigue siendo un problema insoluble.
*Policías Autoconvocados - Vecinos Autoconvocados -Resistencia-
FUENTE: Publicado en DataChaco.com - http://datachaco.com/noticias/view/28030
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