lunes, 14 de octubre de 2013

Crispación e intolerancia

Por Aníbal Hardy (*)
Ciudadanos crispados, intolerantes, acostumbrándose de manera cotidiana a convivir con la violencia y asimilándola como inevitable, son síntomas de una sociedad enferma. Son alarmas que se suman a las que aportan las nuevas generaciones con sus pedidos de auxilio bajo formas de autoagresión como la bulimia, la anorexia, la droga, la prostitución... Las vidas individuales carecen de motivación: se vive sin sentido, se muere sin sentido y hasta se mata sin sentido. Quienes se caen del sistema no pueden reingresar y entonces surge un individuo resentido de accionar irracional que, multiplicado, da como resultado una comunidad lastimada en su razón.
La globalización digital, las pantallas de la televisión o los monitores, han reemplazado las redes de contención imprescindibles de los individuos como la familia, el colegio, la Iglesia, los amigos y la sociedad en sí misma, dejando al hombre solo. En nuestro país, esta enfermedad se ha trasladado a lo institucional y ha empezado a mostrar las secuelas de un proyecto ficticio de inclusión social basado objetivamente en prebendas clientelitas, subsidios manipuladores y obra pública como estructura recaudadora. Se suma a esto una característica de muchos de nuestros gobernantes: autoritarismo rodeado de gabinetes uniformes: todos le son impíamente genuflexos.
Según el Dr. Wayne Dyer, del Departamento de Psicología de St. John's University de Nueva York, la persona autoritaria se caracteriza por su intolerancia a la ambigüedad, necesita que las cosas se definan específicamente y que las cosas se hagan a su manera. Exige que siempre se obedezcan sus normas. Tiene un pensamiento dicotómico que obliga a dividirlo todo y a todos en grupos que se excluyen mutuamente: positivo-negativo, amigo-enemigo, puros-corruptos, blanco-negro. No escucha ni valora las opiniones contrarias ni acepta que puede estar equivocado o que puede aprender algo de otros, porque sería admitir su debilidad y falta de confianza. Es paranoico, padece manía persecutoria, imagina enemigos y conspiraciones. Los que no están de acuerdo con él son automáticamente antipatriotas, enemigos, corruptos o de las cúpulas podridas.
Ejemplos locales: La amenaza dura y directa del Diputado Juan Cabadie, a la joven inspectora Belén Mosquera que le pidió al candidato kirchnerista los papeles de su auto y le labró un acta porque no tenía el comprobante del seguro. La Municipalidad de Lomas de Zamora la despidió sin causa días después del incidente, luego de que el actual legislador porteño llamara al intendente Martín Insaurralde para pedirle que aplicara "un correctivo". Forma grotesca uniforme del actuar de políticos en el poder, creyéndose intocable. Ponen la chapa política por encima de la razón y de la moral. Otro caso: El robo perpetrado y filmado en el domicilio particular del intendente de Tigre y primer candidato a diputado nacional por el Frente Renovador, Segio Massa, como amedrentamiento. El reciente atentado sin precedentes que sufrió el Gobernador de Santa Fe Bonfatti; El ataque patoteril de una facción del oficialismo chaqueño al ex gobernador y candidato a Senador nacional Ángel Rosas; la intolerante agresión con heridos graves entre sub lemas en nuestra provincia, etc.… Hechos que demuestran en forma indudable que gran parte de los desequilibrios que fatigan al mundo moderno, y con él a la sociedad, a la familia y también a nuestros propios representantes tienen su origen en el corazón del ser humano.
Como político laico, y observando todo lo que le está ocurriendo a la humanidad, creo que Dios debe estar profundamente triste, pero debo reconocer que esto pasa porque durante muchos años hemos estado diciéndole al Creador que salga de nuestras escuelas, de nuestros gobiernos, en definitiva que se salga de nuestras vidas. En Formosa durante mucho tiempo hay silencio de radio entre el Gobernador de los formoseños y el pastor de la grey Católica local…
Las Sagradas Escrituras nos enseña, los ya olvidados mandamientos cristianos: No matarás, No robaras, Amaras a tu prójimo como a ti mismo,... Pero la humanidad dejo de rezar y de leer la Biblia en las escuelas, en los hogares, a pesar que a la luz de los sucesos recientes, como ataques terroristas, guerras, hambrunas, asesinatos, violaciones, violencia en las calles y en las escuelas, etc. La situación no cambiará, mientras el corazón humano no cambie; y éste cambiará en la medida que se cambie la escala de valores. Por eso creo que todo anda muy mal.

(*) Abogado
ENVIADO POR SU AUTOR

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