sábado, 21 de diciembre de 2013

¿Por qué hay saqueos?

ENRIQUE LIBERATI (*)
Nos parece apropiado abordar el tema de los saqueos dentro de un marco reflexivo que nos proporcione una explicación convincente de los graves acontecimientos que nos sorprendieron en estos últimos días.
Dentro de los códigos éticos, es posible reconocer tres categorías. En una primera categoría se encuentra aquel pequeño sector de la población que no necesita ninguna amenaza de castigo para cumplir el conjunto de normas que caracterizan a los ciudadanos dignos y correctos. La segunda categoría está integrada por la gran mayoría de la población, que actúa de acuerdo con las circunstancias, que razona según la conveniencia y oportunidad, que eludirá las normas si puede hacerlo sin sufrir por ello algún castigo. Por último, en la tercera categoría reconocemos a un porcentaje muy reducido de la población que se encasilla en la condición de delincuente y que no tiene reparos en violar las leyes, más allá de las amenazas de sanciones tipificadas por el Código Penal.
Ahora bien, vale una aclaración: no corresponde examinar los sucesos desde la perspectiva física como "causa-efecto"; en el campo de los estudios sociales se los considera desde la figura "condición-consecuencia". Así, en primer lugar presentaremos, mediante un ejemplo, uno de los medios de control social para luego cerrar su encuadre teórico.
Determinantes situacionales
del comportamiento
Previo a brindar una explicación del suceso particular de los saqueos, nos permitimos exponer una muestra en dos circunstancias.
El profesor entra en el curso, dicta una clase tediosa, en una conexión vertical con sus alumnos, quienes prestan escasa atención. En la clase siguiente, se repite la situación sin el menor entusiasmo del docente por aquello que se supone debe enseñar. En la tercera clase, sin aviso previo, dice: "Saquen una hoja y desarrollen los temas explicados", y se sienta cómodamente en el escritorio a leer el diario, mientras los alumnos realizan la evaluación escrita. Es muy probable, casi seguro, que la mayoría de ellos falsee las pruebas copiando las respuestas o utilice otro género de trampas escolares propias en estos casos.
Imaginemos, en cambio, a este mismo profesor dictando una clase interesante, participativa, en la que establece una relación democrática con sus alumnos, mediante la exposición de contenidos de fácil comprensión. Sumemos a ello que les avisa qué día tendrá lugar la evaluación, que los temas van a ser distintos para cada alumno, que va a firmar cada hoja en blanco antes del examen, que quienes reprueben tendrán la posibilidad de levantar la nota, que sobre el banco sólo podrán tener la hoja de examen y que recorrerá continuamente el aula para vigilar. Es previsible que bajo esta circunstancia el docente logre la adhesión de sus alumnos y la gran mayoría estudie.
Dos realidades muy diferentes que permiten explicar el marco teórico: "Los factores incluidos en la situación de comportamiento impulsan vigorosamente determinadas respuestas de conducta". En consecuencia, si a la luz de esta afirmación volvemos a las categorías apuntadas más arriba, podemos señalar que las grandes mayorías se corresponden con la segunda de ellas. De allí se sigue que los estímulos y controles adecuados son los que generan resultados deseables y que la responsabilidad no pasa por las acciones de los protagonistas, sino por los encargados de conducir con inteligencia y honestidad las relaciones sociales.
¿Por qué hay saqueos?
Si los ciudadanos perciben que casi la totalidad de los políticos son corruptos; si los narcotraficantes han minado los códigos éticos de una considerable cantidad de la población; si no hay fuentes de trabajo; si hay distribuidores de drogas que tienen ese único ingreso y que se definen como marginados, sin futuro; si la inflación empobrece en forma gradual a los sectores más necesitados; si la escuela es una guardería que los alimenta, más que educarlos; si el asistencialismo degradó la dignidad de la condición humana; si los gobernantes se constituyen en una gigantesca oligarquía que se apoderó del Estado, compuesta por los mismos personajes desde que recuperamos la democracia; si en los últimos diez años se gobernó con la fuerza y la violencia de Moreno y se estimuló el odio de clases que aumenta la grieta social; si el relato oficial es mentiroso y el pueblo empieza a juzgar a los gobernantes por sus acciones diarias; si violar las leyes no produce ningún castigo, en especial de los que detentan el poder, entonces están dadas las condiciones suficientes para los estallidos con diversas modalidades y magnitud. "Los factores incluidos en la situación de comportamiento impulsan vigorosamente determinadas respuestas de conducta". Aquí, la gran mayoría de la población, que pertenece a la segunda categoría que describimos, aprovecha la falta de controles (policías acuartelados) para delinquir, en particular, cuando percibe la impunidad por ausencia y desprestigio de las autoridades. No compartimos ninguna teoría sobre conspiraciones orquestadas por personas que desean desestabilizar, todo es la resultante del mal gobierno nacional y de los gobiernos provinciales.
¿Cómo lo superamos?
Ninguna solución puede ser inmediata. Se pueden enumerar, en líneas generales, los pasos deseados, y la gran dificultad que arrastramos consiste en resolver cómo generar los cambios si los que deben implementarlos están atornillados al poder. Ideas para debatir: la solución supuesta pasa por prohibir toda reelección en todos los niveles públicos, que alcance a los gremios, a las entidades autárquicas y a las asociaciones sin fines de lucro. La intención es conseguir un recambio constante, evitar la corrupción y facilitar el mayor acercamiento ciudadano. Eliminación de los partidos políticos en donde se gesta la oligarquía de los poderes estatales. Grupos de intereses compartidos designan delegados que integrarían un segundo nivel, con sus propuestas para la próxima gestión de gobierno. Una parte de esos grupos municipales, provinciales o nacionales que se someten a las preferencias (voto) del pueblo (que no podrían ser más de tres grupos con distintas propuestas) se disuelve después de las elecciones y los ganadores no pueden repetir su mandato nunca más en su vida. En menor medida, integrarán el grupo gobernante los ciudadanos inscriptos como postulantes, que reúnan ciertas condiciones y que resulten beneficiados por sorteo. Es decir: un modelo de organización más próxima a una democracia semidirecta que posibilite la participación ciudadana y una gestión transparente de todos los actos de gobierno, conservando el conjunto de los controles de la gestión los miembros de los grupos que perdieron las elecciones, que cesan en sus funciones junto con el equipo que gobernó, y que tampoco pueden ser reelegidos de por vida. Sobre la base de esta propuesta está la idea de que la mayor cantidad de ciudadanos acceda al poder público para hacer realidad los principios de la democracia. Además, debe desaparecer la ficción odiosa de la inmunidad del gobernante, privilegio clasista y oligárquico.
Una reflexión de Johann Wolfgang Goethe nos parece apropiada para mostrar nuestras desventuras políticas: "Cuando todo causa daño, cuando todos sufren, la Majestad misma dirige el pillaje".

(*) Doctor en Derecho
FUENTE: Publicado en http://www.rionegro.com.ar

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