Columnista
Todavía sigue siendo popular un muy antiguo error de
muchos economistas que creen que la inflación es el aumento
generalizado de los precios. Y, en consecuencia, también es mayoría la
gente que repite en forma inconsciente el mismo error. Sin embargo, la
inflación no es eso, sino que se trata de un fenómeno monetario, uno de
cuyos efectos es la disminución del poder adquisitivo del dinero.
Murray N. Rothbard explica en forma sencilla en qué consiste el poder adquisitivo del dinero:
"Cuando
rige el sistema de trueque, si el precio de una docena de huevos es de
un kilogramo de manteca, el poder adquisitivo de una docena de huevos
será, inter alía, de un kilogramo de manteca. El poder
adquisitivo de una docena de huevos será también una décima parte de un
sombrero, etcétera. A la inversa, el poder adquisitivo de la manteca
equivale a su precio en términos de huevos; en este caso, el poder
adquisitivo de medio kilogramo de manteca es media docena de huevos.
Después de la aparición del dinero, el poder adquisitivo de una docena
de huevos es igual a su precio monetario, que en nuestro ejemplo es un
dólar. El poder adquisitivo de medio kilogramo de manteca será
cincuenta centavos de dólar, el de un sombrero diez dólares, etcétera."[1]
Inmersos desde antaño y en nuestros días en una
economía monetaria, la gente está acostumbrada a medir el poder
adquisitivo de su dinero en términos monetarios y no en términos de
trueque, pero, en última instancia, los que se intercambian son unos
bienes por otros. Los bienes económicos (y recordemos que el dinero
también es un bien económico) poseen todos poder adquisitivo entre sí.
El poder adquisitivo del dinero es lo que le confiere su valor y viceversa:
"El
valor del bien económico utilizado como dinero está sujeto a las
mismas consideraciones que otras mercancías. Los individuos le otorgan
un valor porque resulta útil; les permite, en un futuro próximo o
lejano, adquirir otros bienes. Le dan valor porque goza de poder
adquisitivo, y goza de este poder adquisitivo porque la gente le da
valor.
Éste
es un razonamiento tortuoso, a menos que reconozcamos el orden
correcto del proceso de valoración. El valor de cambio del dinero es
una función de las valoraciones subjetivas de la gente; éstas se ven
influidas por su recuerdo del poder adquisitivo del pasado el que, a su
vez, puede ser rastreado hasta el valor de uso del bien monetario. Sin
conocer el origen de su valor de cambio, pero recordando claramente el
poder adquisitivo que poseía ayer, la gente le otorga valor al dinero,
según sus escalas de valor. Pueden aumentar sus tenencias de efectivo
si el dinero en efectivo es más valioso que los bienes económicos
ofrecidos a cambio, o pueden reducirlas si los bienes disponibles para
intercambio son más valiosos. Los cambios del valor individual afectan a
los cambios del poder adquisitivo."[2]
El poder adquisitivo del dinero dependerá entonces de
factores subjetivos (la valoración que le otorgan los consumidores a la
moneda) pero también estará relacionado con otras condiciones, que son
de orden objetivo, dadas estas por la cantidad de circulante que
exista en la economía, lo que, a su turno, afectará los precios y
estos, nuevamente, -en un efecto de feedback- las valoraciones que la gente haga de su dinero.
La inflación disminuye el poder adquisitivo del dinero,
y puede llegar a suprimirlo por completo, como cuando se producen
situaciones de hiperinflación.
La inflación es un indicador clave a la hora de medir
el llamado "crecimiento económico" (famoso) de un país o de una región.
Por ejemplo, si se dice que la tasa de "crecimiento de la economía" de
un país "X" es del 8 % anual, pero la inflación existente en ese mismo
país es del 20 % o 25 % en idéntico periodo, se visualiza claramente
que el dato es engañoso, dado que lo que realmente está ocurriendo allí
es la existencia de un "crecimiento" negativo (en el caso del -12 % o
-17 % anual respectivamente). Ello, sin considerar otras variables para
"medir" la supuesta tasa de "crecimiento de la economía", y atento
que, el poder adquisitivo de los bienes que
componen el índice de "crecimiento de la economía" es igual a su precio
monetario, (que será la moneda vigente en cada país, como explica
Murray N. Rothbard en el párrafo citado más arriba), se advierte con
claridad que la inflación, al disminuir ese poder adquisitivo, impide
hablar (en esa misma medida) de "crecimiento económico" de ninguna
índole, sino de su inverso.
El sistema de banca central (en EEUU Sistema de la
Reserva Federal) ha tenido mucho que ver con el problema que estamos
comentando:
"Después
de setenta años de manipuleo monetario, es evidente que el nuevo
sistema es más deficiente que cualquier otro de la historia. Ha dado
lugar a una inestabilidad sin precedentes, ha reducido el poder
adquisitivo del dólar estadounidense a unos pocos centavos de su
antiguo valor. Ha creado inflación, que enriquece a algunos y empobrece
a otros, generando de esta manera conflictos y luchas sociales. Se
trata de una enfermedad que no es ni accidental ni el resultado de
fallas o malicia individuales. Es el producto final de ciertas ideas
económicas que guiaron a los legisladores que diseñaron el sistema, y
de las autoridades monetarias que lo dirigen."[3]
Exactamente
lo mismo puede decirse de todos aquellos países en donde existe un
sistema de banca central o de banca estatal (al fin de cuentas la misma
cosa).
En
suma, las políticas estatales siempre producen pobreza y miseria
generalizada, tal como se lo viene observando desde los comienzos
mismos del intervencionismo y en particular en Latinoamérica.
[1]
Murray N. Rothbard, "La teoría austriaca del dinero", Revista
Libertas Nº 13 (Octubre 1990) Instituto Universitario ESEADE, pág. 2-3.
[2] Hans F. Sennholz. "Moneda y libertad". Revista Libertas IV: 7 (Octubre 1987) Instituto Universitario ESEADE, pág. 10.
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