Bastó un disparo. Sólo un disparo. Luego la implacable muerte haría su impiadoso trabajo con el Fiscal Alberto Nisman. Su sospechada muerte ha puesto en vilo a la sociedad toda. Nadie cree en el suicidio. Ni su familia, ni sus amigos, ni sus colegas, y luego, ni la Presidenta. Es que fue tan alevoso el drástico final que todos pensábamos, que no hay espacio lógico que admita la lejana hipótesis del suicidio.-
Sus colegas Fiscales convocaron a la marcha del silencio en su memoria. Cerré mi Estudio Jurídico a las 19,30 hs. y como todas las otras veces comencé mi camino por la peatonal hacia el Monumento Nacional a la Bandera. Era mi deber cívico. Como ciudadano. Como Abogado. Como auxiliar de la justicia. Esa justicia que está teniendo una tremenda pulseada con el poder político. Sí. El poder sospechado.-
Casi llegando a la calle Maipú comencé a escuchar el batir de palmas. Sin un cántico. Sin ninguna arenga. Sólo escuché su apellido, ¡Nisman! ¡Nisman! ¡Nisman! Aceleré mis pasos y finalmente llegué al Monumento y vi un océano de personas que en un común denominador rendíamos sincero homenaje al Fiscal Alberto Nisman. A su idoneidad profesional. A su tesón. A su coraje. A su valentía.-
Quizás nunca sepamos la verdad. Quizás una vez más nos gane la impunidad y la corrupción. Pero hay algo que no nos podrán arrebatar nunca, mientras exista un ciudadano que se decida a encaminar sus pasos hasta un lugar común de encuentro, para con su sola presencia apoyar la subsistencia de la República, de la Democracia en su máxima expresión, de la genuina división de poderes, y en su caminar vaya pisoteando todo vestigio de corrupción e impunidad.-
Descansa en paz, Fiscal Alberto Nisman. Tu pueblo no te olvidará.-
(*) Dr. Jorge Enrique Yunes Farrud; Abogado; Doctorado en Ciencias Jurídicas y Sociales; Analista Político; Investigador; Rosario, Provincia de Santa Fe, República Argentina; doctorjorgeyunesfarrud@gmail.com; Twitter@Dr_Jorge_Yunes;
ENVIADO POR SU AUTOR
No hay comentarios:
Publicar un comentario