domingo, 8 de febrero de 2015

COOPERATIVISMO: UNA ALTERNATIVA VÁLIDA IMPORTANTE AL MODELO ECONÓMICO CAPITALISTA

Los efectos y consecuencias de la globalización y la concentración que impera en el mundo, están indicando la necesidad que tiene la humanidad de encontrar el equilibrio, funcionando para ello a pleno instrumentos indispensables de frenos y contrapesos. Tales herramientas son expresadas en su real dimensión por el cooperativismo.
Por: Aldo Norberto Bonaveri
La caída del Muro de Berlín el 9 de noviembre de 1989 constituyo el emblema del fracaso de la economía comunista; teoría preconizada por Karl Marx basada en un sistema particular, donde toda la planificación de la economía se organizaba desde el Estado, el que se inmiscuía a ultranza tanto en la producción, distribución, consumición de mercancías y prestación de servicios.
En su concepción filosófica, la sociedad comunista distribuye la propiedad de bienes, de manera igualitaria entre todos sus miembros. No es el propósito de la presente realizar una análisis político, pero si cabe consignar que habida cuenta del inmenso poder del Estado, las pequeñas empresas prácticamente no existen en una sociedad comunista. Más allá de los diversos intentos ensayados en los países de Europa del Este que lo adoptaron, la frustración del sistema fue el común denominador; el fracaso tuvo dos ejes que resultaron decisivos: la agricultura planificada y, la pretensión ilusoria de establecer una sociedad sin clases.
Naturalmente en la práctica la debacle del comunismo fortaleció a priori al sistema capitalista, caracterizado por metodologías de producción y comercio de libre empresa o de mercado, en la que actividad productiva está confiada a particulares, que al ejercerla, persiguen un provecho particular.
Si bien se torna innegable observar resultados meramente económicos logrados por el capitalismo, especialmente en países centrales y en el crecimiento del PBI operado en emergentes, el sistema no es la panacea ni mucho menos, habida cuenta que en el ámbito social exhibe notorias asignaturas pendientes.
Los efectos y consecuencias de la globalización y la concentración que impera en el Mundo, están indicando la necesidad que tiene la humanidad de encontrar el equilibrio, funcionando para ello a pleno instrumentos indispensables de frenos y contrapesos. Tales herramientas son expresadas en su real dimensión por el cooperativismo.
Corresponde destacar que por su concepción doctrinaria desde sus inicios y, por la concreción de exitosos emprendimientos de diferente índole durante su rica trayectoria, el cooperativismo constituye una alternativa válida importante al modelo económico capitalista, en virtud del significado de los valores indisolubles tales como: ayuda mutua, solidaridad, democracia y responsabilidad compartida. Méritos no solo reconocidos por sus cultores, sino también por los gobiernos más gravitantes del planeta y las principales organizaciones económicas del mundo.
 (Ver EL COOPERATIVISMO PRESENTÓ SUS CREDENCIALES EN EL FORO DEL G20 http://www.pregonagropecuario.com/cat.php?txt=5534   y EL COOPERATIVISMO ADHIERE AL PACTO GLOBAL                                           http://www.pregonagropecuario.com/cat.php?txt=5627 )
El cooperativismo además de pregonarlo, ha evidenciado propender al bienestar social y al mejoramiento de la calidad de vida de sus asociados y, comunidades donde se practica, solventado en un ámbito de trabajo democrático, donde cada integrante es igual de importante, con el derecho de participar en las decisiones a tomar en su cooperativa, a través de los mecanismos establecidos en los estatutos.
Por estos días el mundo está dando muestras palmarias que el desarrollo sostenible es indispensable, a los efectos de mejorar la calidad de vida de la mayoría de sus habitantes. Tal sustentabilidad no lo está logrando el sistema capitalista con su lógica tradicional, mucho queda por hacer en cuanto a eliminación de la pobreza, garantizar la alimentación y la dignidad de la vivienda en sectores vulnerables.
Con los avances tecnológicos logrados, resulta inconcebible que haya tantas personas en el orbe que padezcan hambre, y/o que estén tan a merced de las inclemencias del tiempo. Manifiestamente el factor económico tiene una incidencia substancial, pero es menester corregir el modelo establecido; la economía no sólo puede fundamentarse en la acumulación individual de riqueza, los requerimientos de la humanidad pasan por contemplar un sistema orientado al bienestar colectivo de las personas, basado en la redistribución de los recursos y la solidaridad.
En consonancia con estas premisas, la convicción de sus principios y valores, el cooperativismo actúa habitualmente para construir un mundo mejor, brindando todo tipo de servicios, desempeñando roles que la sociedad demanda, o que la ausencia de los estados posterga. Estos antecedentes constituyen el antídoto indicado para contrarrestar tan desmedida ambición económica y, especulativos procederes existentes en el mundo actual.
La dimensión alcanzada por el movimiento cooperativo, las respuestas dadas en su historial a desafíos de gran magnitud, paulatinamente vienen persuadiendo a pensadores otrora críticos o incrédulos del sistema, incluyendo actualmente a líderes internacionales de fuste.
Nada ha sido fortuito ni ocurre por generación espontánea, la credibilidad es consecuencia de interpretar que la economía solidaria es una realidad en crecimiento. Una demostración de iniciativas concretas, presentes en todo el proceso económico (producción, servicio, financiación, comercialización y consumo).

FUENTE: http://www.pregonagropecuario.com/cat.php?txt=6143#lBjVm24rrkY3PL2t.99

DESDE PREGON AGROPECUARIO - ENVIADO POR SU AUTOR 

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