RELACIONES ANCESTRALES ENTRE CHINA Y AMERICA. Por Cesar Guillen Citterio

Los intercambios comerciales entre China y nuestra región no son nuevos, comenzaron en 1560 entre la costa china y Acapulco a través de Manila (Imperio Español) China exportaba seda, joyas, pólvora, alimentos e importaba zapatos, sombreros, hasta el 1815. Entre 1870 y principios del siglo 20 el gobierno chino estableció relaciones con Perú, Brasil, México, Cuba y Panamá, para proteger los derechos de los trabajadores chinos (Culíes) y promover algunos intercambios comerciales.
Cuando América necesitó de mano de obra en grandes cantidades, medio millón de trabajadores chinos fueron transportados a través del Atlántico en el siglo 19. Provenían de Cantón una ciudad con una historia comercial de 2.200 años ubicada cerca del puerto de Macao y el de Hong Kong, único puerto para los comerciantes extranjeros al ser abierto por los británicos a raíz de la Primera Guerra del Opio.
Esos culíes o jornaleros de bajo costo una vez liberados de sus contratos se dedicaron a desarrollar sus dotes para el comercio, en Panamá, Jamaica y México, pasaron de tenderos hasta desarrollar grandes comercios. Cuando la China comunista fue fundada en 1949 una de sus tareas fue superar la discriminación y el embargo, tratando de superar esta barrera a través del contacto pueblo a pueblo, y para ello en 1954 se desarrollaron intercambios culturales con los países extranjeros.
El interés chino concreto por Latinoamérica data del 1953, cuando se iniciaron los cursos de español en el instituto de lenguas extranjeras de la Universidad de Beijín, en ese intercambio cultural privaba el enfoque teórico marxista-maoísta. La estrategia era simplemente en que si querían establecer relaciones diplomáticas con china se aceptarían, si no, podían hacer negocios y otros intercambios.
En 1966, con la “Revolución cultural” las universidades e instituciones académicas fueron cerradas y en el 1969 los investigadores fueron enviados a trabajar al campo para su reeducación ideológica hasta el 1976. Esta irracionalidad histórica clásica del comunismo, dejó un enorme vacío de la información exterior ya que además se prohibió la publicación de material de investigación extranjero y otro tanto se perdió en esos 10 años de oscurantismo ideológico. (Similar a lo que sucede actualmente con el internet en algunos países radicales ideológicos o religiosos)
Con el fin de la guerra fría, los factores ideológicos perdieron relevancia, el nefasto resultado del Maoísmo, el sacrificio de millones de vidas y la destrucción económica impulsaron un sentimiento interno de cambios profundos. La desideologización de la política exterior y el auge de la globalización brindaron un marco propicio para la expansión de las nuevas relaciones Sino-latinoamericanas centradas especialmente en los aspectos económicos. En la actualidad muchos “maoístas latinos” refugiados en el Foro de Sao Paulo, siguen desconociendo la realidad histórica de la actual China. "Adhuc Stantes"
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