jueves, 23 de febrero de 2017

Síndrome de Inmunodeficiencia Financiera. Por el Dr Aníbal Hardy

Resultado de imagen para anibal hardyEl lavado de dinero alcanza en nuestros días el nivel de una epidemia mortal y altamente contagiosa, algo así como una nueva cepa del SIDA, que se podría denominar “Síndrome de Inmunodeficiencia Financiera”.
El problema del lavado de dinero no es exclusivo de las actividades del narcotráfico, sino que se vincula a otras actividades ilícitas, como el contrabando, hurto de vehículos, juegos ilícitos, y corrupción administrativa entre otros, que producen inminentes ganancias.
Tales masas de dinero penetran en las bases económicas y políticas como consecuencia de las operaciones de legitimación de capitales o lavado de dinero, acciones que tienen por finalidad la conversión de las utilidades de una acción ilícita en activos financieros o no, que aparenten un origen legítimo. En razón de que dichas actividades tienen conexión con otras ilícitas, constituye a su vez una amenaza para la estabilidad de los Estados, porque el volumen de dineros libres de impuestos generados, ayudan a inflar falsamente los precios de ciertos productos o bienes de consumo. El resultado total se manifiesta también en precios artificialmente bajos que perjudican la estructura del mercado local, creándose la llamada economía falsa.
Las diferentes técnicas empleadas por los lavadores de dinero, para introducir en el Sistema financiero Internacional el producto de las ganancias obtenidas a través de actividades ilícitas, ha superado la fantasía humana.
A modo de ejemplo, en nuestro país las transacciones sospechosas o modalidades delictivas más comunes son: 1-) Reintegro por exportaciones (exportaciones ficticias y sobrefacturación de exportaciones), 2-) Operaciones sobre ingresos personales, 3-) Compra y venta de divisas, 4-) Operaciones con créditos e inversiones extranjeras (auto préstamos, préstamo ficticio), 5-) Constitución de fundaciones o entidades de bien público, 6-)Financiamiento de campañas políticas (donaciones directas, aportes a fondos públicos de financiamiento político) 7-) Operaciones informáticas (alteración de archivos), 8-) Sobrevaluación de activos y empresas en marcha, 9-) Operaciones bursátiles, 10-) Operaciones sobre obras de arte o mercado de antigüedades.
En Argentina, el dinero lavado, reciclado e invertido representan hoy un mercado fantástico que se cifra en una suma de 9.000 millones, según el Subcomité de Investigaciones del Senado de los Estados Unidos, en la que fueron cómplices importantes funcionarios argentinos. Esta cifra equivale a la recaudación anual del Impuesto a las ganancias.
Ante lo expresado, se puede llegar a varias conclusiones, pero lo cierto es que hoy muchos bancos radicados en la Argentina, viven en gran parte del manejo de dinero sucio. Sin embargo lo más importante es que nadie, o muy pocos, se atreven a decir la verdad.
Algunas de las causas esgrimidas para justificar tanto cinismo, indiferencia e incapacidad de combatir este mal, pueden ser 1-) La aplastante sobrecarga de los jueces, quienes deben resolver casos que van desde un simple hurto hasta casos como los arriba mencionados. 2-) El sentimiento de temor que tienen los magistrados por sus vidas. 3-) La inexistencia de incompatibilidad entre el cargo político u otra función de jerarquía estatal con la de una actividad privada. Muchos al asumir sus funciones son contratados por grandes bancos como consultores u ocupan algún otro puesto de envergadura, y 4-) La falta de una ley que condene en forma precisa y taxativa el blanqueo de dinero proveniente de ilícitos.
Los lavadores de dinero sucio, son los nuevos enemigos de la humanidad, se encuentran entre ellos los más cínicos y crueles que la historia ha conocido, por ello combatirlos por todos los medios legales es una cuestión de supervivencia.
ENVIADO POR SU AUTOR

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