Desde que decidieron negarse a vender sus empresas fabricantes de piensos (DASY y Grupo PGG) a un grupo alemán José María Gimeno Borrás y su familia han vivido un calvario por casi una década. Un juez local de la localidad de Sevilla accedió a imputar al empresario español, primero por verter desechos, luego de que se corrobora que no era cierto, por usar animales en mal estado. Luego de esto declaró secreto el expediente y le dio la Libertad al ciudadano español. Este año ha cambiado de magistrado la causa y va camino a archivarse. La jueza constató lo siguiente: "se habrían falseando documentos acreditativos de pesajes en báscula y documentos informáticos justificativos de procesos de transformación no realizados" en la acusación de la empresa. Como también se encontró que las declaraciones de varios ex empleados de Gimeno tampoco eran coherentes entre sí.
Gimeno y su familia se han hecho de abajo, no comulgan con los favores del poder político y demás corporaciones. Esta familia que boga por la Libertad económica, el cuidado y protección de los niños y animales hace tiempo es una piedra en el zapato de poderosos intereses. Quizás por haberse manifestado en contra del aborto y la legalización de las drogas o el simple hecho de no querer vender sus empresas disparo el ataque mediático.
El daño está hecho, Gimeno y su familia debieron de perder DASY y PPG. Pero el daño es mayor cuando pesa contra él una acusación absurda y malintencionada. Esperamos que en este año 2017 la verdad salga a la luz. Si bien es difícil que los poderosos detrás de esto paguen, al menos que el nombre de una persona de bien sea colocado en su lugar.
* La opinion vertida y la veracidad del artículo, es de responsabilidad exclusiva de su autor.
ENVIADA DESDE ESPAÑA
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