lunes, 23 de julio de 2012

La mentira
Dí la verdad y nunca tendrás que recordar lo que dijiste… Todos mentimos, hemos mentido o mentiremos: la mentira es parte de la conducta humana. Tenemos que distinguir la mentira de la equivocación porque en la primera hay una intención deliberada de engañar. Muchas veces nos confundimos al interpretar, que puede variar de acuerdo a nuestra percepción.
Por Bernardo Stamateas - Infonews
Resulta interesante saber que generalmente las mujeres mienten para que otro se sienta bien, y los varones mentimos para quedar bien nosotros. La mentira numero uno es para cuidar la imagen, mostrar algo que no se tiene, o tapar algo que uno tiene.

Cuando una persona miente se genera un estrés muy grande para sostener la mentira así como tener una buena memoria y más mentiras para sostener las anteriores. Además del estrés, la mentira trae culpa, y es por eso que las mentiras tienen patas cortas.
En un caso de infidelidad, por ejemplo, si se dejan evidencias, la mentira sale a la luz y conlleva una herida muy grande a la confianza. Lo que permite vincularnos es la verdad, que trae honestidad, confianza y mejores vínculos.
Hay quienes utilizan la verdad pero para lastimar, por ejemplo: “¡qué mal vestido!” o “¿engordaste unos kilitos, no?” También están los mitómanos, que mienten por cualquier cosa, y de manera consciente. Es una compulsión que tienen, es una conducta infantil ya que no quieren enfrentarse a la verdad (porque trae dolor) y crean un mundo de mentiras que, en última instancia, es para manipular. Fundamentalmente, el mitómano es una persona con rasgos psicopáticos, experto en la mentira, cuyo objetivo es engañar y lastimar; es distinto del fabulador, el fabulador miente y se cree su propia mentira, tiene fantasías, sueña y construye un mundo para él. 
Por eso debemos decir siempre la verdad. Tenemos que ser quienes somos.
Toda mentira tiene ocultamiento, pero no todo ocultamiento es mentira, tenemos un área privada y nosotros debemos elegir determinadas intimidades o asuntos privados y contárselos a quienes queramos.

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