viernes, 20 de julio de 2012

MAIZ: EL COMPORTAMIENTO DEL MERCADO TENDRÁ LA ÚLTIMA PALABRA 
Desde el punto de vista del efecto lo dispuesto parece adecuado, una apertura de menor transcendencia difícilmente generaría mayor motivación en los productores que el atractivo del precio actual.
Por: Aldo Norberto Bonaveri  - Pregon Agropecuario 
Modificando, al menos en el discurso, el comportamiento que venía teniendo el Gobierno en cuanto a la exportación de maíz, la presidenta anticipó la liberación de 15.000.000 de toneladas de la cosecha 2012/13. La medida racional por cierto, sorprendió habida cuenta el manejo contrapuesto que venía realizándose reiteradamente los años anteriores.
Mas allá de las distintas interpretaciones que a priori está realizando cada sector, el anunció en si abre expectativas, el hecho que se haya notificado un mes antes de comenzar las primeras siembras genera un marco diferente al prestablecido, máxime si tenemos en cuenta que el mismo se produce cuando este cereal con una alta cotización (en 45 días en Chicago se registraron aumentos del 45%) y, las perspectivas en torno a precios siguen siendo halagüeñas, dada la manifiesta comprobación decreciente de los stock internacionales.
Al respecto, es conocido que la sequía en los Estados Unidos es la más severa de los últimos 24 años, con presunciones que al menos no llovería en todo julio. Las estimaciones vienen acrecentando la tendencia a la caída en la cosecha, la que ya nadie duda en catalogar de pobre. Esta contingencia es previsible que pueda ocurrir en cualquier región del mundo, pero cuando como ahora, acontece donde se genera el 70% de la oferta mundial, las consecuencias no se pueden minimizar.
La oportunidad del momento se complementa con que el volumen concedido también es significativo; partiendo de la base de que las necesidades internas estarían bien cubiertas con 8.000.000 de toneladas, se arranca de un piso de producción de 23.000.000 de TT, cantidad más que dudosa de alcanzar según estimaciones de 40 días atrás, cuando los precios no habían comenzado la sostenida trepada, fundamentalmente por los problemas de comercialización generados por las equívocas política en la materia. El escenario de entonces hacía prever una caída sustancial en la siembra, (hay quienes vaticinaban una merma del 30% y del 40% para los más pesimistas) hipótesis que seguramente llevó al PE a disponer la liberación anticipada.
Desde el punto de vista del efecto lo dispuesto parece adecuado, una apertura de menor transcendencia difícilmente generaría mayor motivación en los productores que el atractivo del precio actual. Hay que evaluar que una apuesta fuerte al maíz naturalmente es más aleatoria que si se tratara de soja. Comenzando por las mayores exigencias tanto en calidad de suelo, como en requerimientos de humedad; la siembra constituye un costo muy superior, en razón de las dosis de fertilizantes que demanda, como así también por el valor elevado de las semillas. Además, el flete porcentualmente también es más caro.
En virtud de lo expuesto el panorama ofrece un contexto mucho más favorable, seguramente serán varios los productores que analizaran las posibilidades de hacerlo, no obstante es demasiado prematuro auscultar cual será la respuesta.
La señal de la apertura teóricamente es clara, habrá que ver si en la práctica funciona así. Previo al anuncio los exportadores, evidentemente los más favorecidos con la intervención gubernamental, (venían pagando u$s 40 por debajo del valor fax menos retenciones). Está medida ¿tendrá efectos inmediatos sobre el mercado actual?, ¿recibirán de ahora en más los productores el valor que le están escamoteando?. Si así no ocurre, será difícil hacer que el agricultor crea. Tampoco es tan sencillo que así suceda. No es muy seguro que el mercado interno asimile de la noche a la mañana una suba entre el 15 y el 20%, que repercutiría con el sinceramiento de los precios.
Al Gobierno tampoco le conviene el traslado automático, pues esto haría que se alteraran los costos de las carnes. Una vez más, emergen a la superficie las consecuencias de haber adoptado durante años variables económicas que ocultaron la realidad.
Seguramente en Balcarce 50 tuvieron en cuenta las posibles reacciones, pero “la frazada corta” no puede cubrir bien el enfriamiento de la economía; la necesidad de dólares crece y tal como pintaba el escenario, en lo que a maíz se refiere el ingreso de divisas sería menor. En tanto se concretan las operaciones, deben solicitarse los ROE verdes y, para que estos sean convalidados necesariamente hay que pagar por anticipado los derechos de exportación correspondientes.
Aumentar la producción de maíz tiene una relevancia que trasciende al cultivo, el incremento de la superficie repercute favorablemente en la rotación de cultivos, que merced a la sojización ocurrida en los últimos años se ha convertido en insuficiente; por otra parte esta medida llega para una campaña, que a juzgar por los pronósticos de los expertos se vislumbra como climáticamente propicia.
El factor más negativo es la baja credibilidad que el Gobierno supo ganarse entre los productores, un cúmulo de promesas incumplidas y otra cantidad de intervenciones arbitrarias consumadas contra el sector, plantean no pocos interrogantes. En consecuencia el comportamiento del mercado tendrá la última palabra.
FUENTE:Enviado por e-mail por su autor de Pregon Agropecuario .

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