PLANIFICAR LA SUCESIÓN, UN FACTOR PREPONDERANTE

Para los dirigentes de estas entidades es de sustancial importancia justipreciar la realidad, elaborando en consecuencia políticas adecuadas al contexto, sin que ello implique apartarse de los principios, relativizar los valores o resignar funcionalidad.

Por: Aldo Norberto Bonaveri

El mundo cambia a pasos agigantados, las transformaciones se suceden en todos los ámbitos, el implacable avance tecnológico impone la adecuación correspondiente a las personas, empresas y organizaciones de diferentes naturaleza. Naturalmente las innovaciones no marchan al mismo ritmo; los progresos en la cibernética, comunicaciones y electrónica operan con una vertiginosidad inusitada y, a la postre en diferente medida gravitan en otros sectores, comunidades, instituciones y gobiernos.

El cuadro de situación es insoslayable, por lo que resulta imprescindible interpretarlo en su justa dimensión; ello no implica desmoralizarse, improvisar o subirse a la ola de las primicias sin la comprensión correspondiente. Consecuentemente con la envergadura de la sociedad u organización y, la complejidad de las mismas, las derivaciones revisten distinto nivel de influencia.

Teniendo en cuenta la multiplicidad y diversificación de prestaciones que brindan las cooperativas de servicios públicos, como así también su composición institucional, para los dirigentes de estas entidades es de sustancial importancia justipreciar la realidad, elaborando en consecuencia políticas adecuadas al contexto, sin que ello implique apartarse de los principios, relativizar los valores o resignar funcionalidad. Por el contrario, el camino es profundizar las metodologías y procederes que han posicionado al mayor movimiento del planeta.

Las cooperativas exitosas no han escatimado nutrirse de asesoramientos idóneos y consustanciados con la doctrina, apostaron a la capacitación de sus cuadros directivos y las plantillas del personal. En tal sentido, los nuevos escenarios que se van generando requieren extremar la sintonía fina, habida cuenta que las exigencias cada vez son mayores.

Actualmente el desafío pasa por poner énfasis en la sucesión, pensar en ella siempre fue importante, no obstante en los tiempos que corren resulta imprescindible, en tanto y en cuanto los consejos de administración prevean cumplimentar con sus premisas preestablecidas y, los requerimientos que en el futuro cercano demandarán los asociados.

Ahora más nunca cobra relevancia preparar a los continuadores; la tarea es más compleja que su simple enunciado, habida cuenta que el vértigo y la composición de los cambios mencionados ocurridos, contemplan la obsolescencia de instrumentos efectivos hace poco tiempo atrás. Por lo tanto, es menester un gran convencimiento de la dirigencia y, plena predisposición del personal para adecuarse al nuevo escenario.

Obviamente pergeñar la sucesión incluye la formación de nuevos consejeros. Este vital componente se ve facilitado en las cooperativas cuyos consejos de administración, existen rotación en los cargos, activa participación de sus miembros, con graduales recambios. Sin duda la combinación de la experiencia y la incorporación activa de nuevos integrantes, constituyen una formula potencial que posibilitaría alcanzar primero y mantener después la eficacia anhelada.

Esta mecánica es plenamente aplicable aun cuando las asambleas dictaminen un hipotético triunfo de una lista opositora. En tal sentido la renovación parcial de los Consejos de Administración, que por lo general están establecidas estatutariamente por tercios, permiten que todos los años se sometan a consideración de los asociados un determinado número de titulares y los suplentes, sin ocasionar los previsibles inconvenientes de un cambio abrupto.

Adentrándose en análisis del funcionamiento de las cooperativas de servicios públicos, se puede apreciar que las entidades que cuentan con una trayectoria de renovación de sus autoridades, tal lo sugerido, por lo general exhiben performances altamente positivas, perdurando en el tiempo y evolucionando en consonancia con los nuevos desafíos.

Las exigencias contemporáneas son mayores en todos los órdenes, ello implica estar a la altura de las circunstancias, por lo tanto lo que corresponde es adecuarse y, planificar la sucesión un factor preponderante.

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