Un
“cepo” o sistema de control de cambios es uno en el cual el tipo de
cambio está fijado por el Banco Central (más allá de que vaya
ajustándolo en el tiempo). Su característica particular, sin embargo, es
que la moneda se vuelve “inconvertible”, es decir, que la gente no
tiene plena libertad para intercambiarla por otras divisas como el
dólar, el euro o el real.
Los controles de cambio se imponen para
“divorciar el balance de pagos de los movimientos internacionales de
capital”. Es decir, para evitar perder reservas a un tipo de cambio que
la autoridad monetaria quiere mantener. En otros términos, si los
cajones de manzanas se venden en el mercado a $20 pero la “autoridad de
la manzana” quiere mantener su precio en $10, lo más probable es que la
gente haga cola para comprar el segundo cajón. Rápidamente la autoridad
de la manzana se encontrará con que el precio del cajón tiene que subir o
con que sus existencias de manzanas se terminarán.
Frente a esta situación, pueden imponer
un racionamiento de las manzanas para seguir vendiéndolas a $10 pero
evitar que se le terminen rápidamente las existencias. Esto mismo hizo
el gobierno con el dólar en Argentina allá por octubre de 2011. El
remedio, sin embargo, fue peor que la enfermedad.
Dos años después, el 13 de noviembre de
2013, escribí un artículo a partir de un informe de la Fundación
Libertad y Progreso donde contaba por qué había que eliminar el cepo
inmediatamente. 70 días después, el gobierno reaccionó haciendo el 1% de
lo que pedíamos. En este sentido, cabe recordar todas las consecuencias
negativas que tiene este sistema y que han impactado de manera directa
en Argentina:
1.Destruye el ahorro: dado que la
Argentina tiene niveles récord de inflación, el ahorro en pesos no sirve
para posponer consumo ya que, si ahorramos 100 pesos hoy, en un año no
podremos comprar la misma cantidad de bienes. En ese contexto ahorrar en
alguna moneda que preserve su poder de compra es, en primer lugar, una
mejor idea y, en segundo lugar, algo fácil de hacer. Ahora bien, hasta
hace una semana el ahorro en dólares estaba explícitamente prohibido por
el Banco Central. Si bien ahora esta regulación se modificó, el acceso
al dólar sigue cuidadosamente regulado para algunas personas pero sigue
prohibido para aquellas que tienen ingresos bajos, lo que condena a más
del 75% de la población a ahorrar en una moneda que pierde 20% del poder
de compra al año. En este sentido, la regulación los fuerza a incurrir
en terrenos más riesgosos como las acciones o, más onerosos, como el
mercado paralelo, donde hoy la cotización supera en un 50 % a la del
regulado mercado oficial.
2.Mata la inversión: nadie niega la
importancia que tiene la inversión extranjera en el desarrollo de un
país. Facilitar la inversión genera incentivos para que ahorros de
ciudadanos del exterior vengan al país para crear nuevos bienes y
servicios y, en el camino, generen puestos de trabajo. Al mismo tiempo,
incluso el gobiernoreconoce que le gustaría que los ahorros que los
mismos argentinos tienen en el exterior, estén volcados en la “actividad
productiva nacional”. Sin embargo, como el control de cambios establece
un precio para el dólar que siempre está por debajo de su nivel de
mercado (si no, no se necesitaría cepo), los incentivos para ingresar
dólares al país para hacer grandes inversiones, se caen. ¿Quién vendería
dólares al tipo de cambio oficial para realizar una inversión de
magnitud si sabe que el tipo de cambio “de verdad” está por encima de
ese precio? ¿Por qué aceptar tamaña reducción de la riqueza si en
cualquier otro país del mundo se reconoce el verdadero valor de la
divisa?
3.Desincentiva la exportación: los
exportadores venden su producción en el mercado internacional. En
general, la moneda que se usa allí es el dólar con lo que los
exportadores reciben dólares luego de la venta de sus productos. Ahora,
si estos quieren llevar adelante sus negocios de manera legal, tienen
que vender esos dólares al Banco Central y convertirlos a pesos.
Nuevamente, a un tipo de cambio que está por debajo del que existiría en
un mercado libre, no hay incentivos para exportar, con lo que la
actividad del sector exportador se ve afectada.
4.Genera un estímulo artificial a la
importación: si uno sabe que en su barrio las manzanas se venden a $20
pero un kiosco las vende a $10, probablemente vaya a comprar a ese
quiosco. Además, cuando llegue al quiosco, demandará dos manzanas en
lugar de una, ya que ve que el precio está barato. Lo mismo pasa con el
control de cambios. Dado que el tipo de cambio establecido por el Banco
Central está barato, los importadores tienen un incentivo extra para
importar a precios bajos. Como esto pone en riesgo la producción
nacional, el gobierno intercede nuevamente frenando las importaciones
con controles específicos y, en nuestro caso, con regulaciones poco
claras. El cepo al dólar, entonces, termina genera el cepo a las
importaciones.
5.Reservas internacionales: dado que,
como venimos diciendo, a la paridad fijada por el Banco Central el dólar
está barato la gente buscará la forma de hacerse de esos dólares. Como
el Banco Central no puede bloquear totalmente el acceso a la divisa (o
no lo puede hacer en un tiempo suficientemente rápido), tendrá que
seguir vendiendo reservas. Esto, sumado a que al precio bajo nadie
quiere vender dólares, genera que haya un exceso de demanda y una
escasez de oferta. Al precio oficial, son muchos los que desean comprar
divisas mientras que son muy pocos los que están dispuestos a venderlas.
La consecuencia inevitable es la caída de las reservas internacionales.
6.Devaluación: la imposición del cepo
refleja que ya hay una devaluación en marcha. En relación a la demanda,
la oferta de dólares es escasa y, por tanto, su precio debe subir. Esto
no cambia, en esencia, cuando se imponen controles sino que solo demora
el reconocimiento oficial de la situación. El mercado negro que surge a
partir de los controles muestra la devaluación que, tarde o temprano
termina reconociendo la autoridad monetaria, como lo hizo (a medias) el
gobierno la semana pasada.
En conclusión, la inflación es un
problema grave, pero si la solución son los controles de precios, el
remedio puede ser peor que la enfermedad. Con el tipo de cambio pasa lo
mismo, la inflación es un problema y la suba del dólar es otra de sus
consecuencias. Si se impone un cepo para evitar reconocer esta realidad,
las consecuencias pueden ser devastadoras para la economía.
FUENTE: Publicado en Libertad y Progreso http://www.libertadyprogresonline.org (http://www.libertadyprogresonline.org/2014/02/04/por-que-es-necesario-eliminar-el-control-de-cambios/ enviada por mail)
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