Por Diego Martínez Burzaco
Es interesante analizar cómo las personas tienden a incorporar palabras a su
vocabulario ordinario aún cuando desconocen específicamente el significado de las mismas.
Ocurre
en todos los ámbitos. Éstas palabras parecen ponerse de moda y se
repiten sistemáticamente. No importa el contexto, sino mostrar que uno
está a la vanguardia mencionándolas.
En
inversiones esto es muy frecuente. Algunas expresiones o terminologías
otorgan cierto "estatus" cuando son mencionadas en alguna reunión de
inversores, sin importar demasiado su utilidad.
Un
ejemplo de
lo anterior es la alusión al "ciclo económico" como argumento para
justificar determinados comportamientos propios o ajenos. He sido
testigo en innumerables ocasiones de esta situación.
"Voy
a vender todas mis acciones de la cartera porque el ciclo económico es
negativo", me señaló un cliente en 2009, cuando me desempeñaba
como administrador de carteras de inversión.
Precisamente había que hacer lo contrario.
Ésta
situación muestra que lo que realmente importa no es
repetir conceptos o frases hechas, sino más bien entender de qué se
tratan y, sobre todo, la dinámica que hay detrás para proyectar el
impacto sobre los precios de los activos.
Si
uno es capaz de llevar adelante ese ejercicio con frecuencia, es
probable que adquiera una de las capacidades más valoradas en
inversiones:
el timing.
Específicamente, cuando analizamos un determinado ciclo económico mi frase de cabecera es: "Dime en qué fase del ciclo estamos y te diré dónde
invertir".
Un
ciclo económico puede definirse como las oscilaciones recurrentes de la
economía en los que una fase de expansión va seguida de otras de
contracción, seguida a su vez de expansión y así sucesivamente.
Precisamente, como dichas oscilaciones son recurrentes es
que podemos determinar diversos patrones o fases que se dan en todos
los ciclos económicos más allá de que las causas que los originan sean
distintas. Y a partir de allí, tomar
decisiones de inversión.
En particular, podemos distinguir cuatro fases de un ciclo económico:
- Crecimiento negativo con deterioro
- Crecimiento negativo pero mejorando
- Crecimiento positivo y acelerando
- Crecimiento positivo y desacelerando
Para
cada una de estas fases, existen categorías de activos de inversión que
presentan mejores posibilidades de retorno que otras. Precisamente, acá
es donde el inversor debe poner el foco de atención.
La
primera fase está asociada con inversiones en bonos en detrimento de
las acciones. La segunda
etapa, se asocia con una recuperación fuerte de la renta variable. La
fase del crecimiento "positivo y acelerando" se vincula con una
aceleración en el precio de los commodities. Y en la última fase del ciclo, el rey es la liquidez (cash is King).
¿En qué fase estamos ahora?
El consenso indica que en términos de crecimiento económico global
el 2014 será un mejor año que el 2013, al menos en las regiones económicas que más traccionan.
Tal
es así que las perspectivas son más optimistas para Estados Unidos y
Europa, mientras que se mantienen sustentables para China.
Esta es una primera pista sobre qué etapa del ciclo estamos atravesando.
La segunda es el siguiente gráfico:
Como se desprende, la lista de mejores rendimientos en lo que va
del año es claramente liderada por commodities,
tal es el caso del café, el gas natural, la plata y el oro. En el otro
extremo, en la zona negativa, tenemos a las acciones japonesas, el Dow
Jones y el índice S&P 500.
Ésto
confirma que estamos en la tercera fase del ciclo, donde el crecimiento
es positivo y se acelera, por lo que es probable que esta buena performance de los commodities tienda a persistir, volatilidad mediante, en los próximos meses.
En
este sentido, no debería sorprendernos que el oro y la plata continúen
recuperándose, que el petróleo consolide su actual precio por encima de
los US$ 100 el barril y que los granos comiencen a recuperar posiciones
nuevamente.
El 2014 parecería ser el punto de inflexión para la tendencia de determinados commodities lo que podría ser muy beneficioso para aquellos inversores dispuestos
a tolerar los vaivenes de corto plazo.
Como siempre, aconsejo tener una exposición diversificada en la cartera, ponderando los riesgos y oportunidades vigentes.
FUENTE: Publicado en Inversor Global - Newsletter Semanalenviado por mail
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