Desde que me planteé el desafío de convertirme en un buen docente y mentor en finanzas personales y en adquisición de riqueza, he sentido especial debilidad por la habilidad en el manejo de las expectativas, las experiencias y la productividad.
Y me encargo de explicar a todos los que me quieren escuchar el por qué de mi interés.
Muchas veces, las cosas/experiencias que más disfrutamos son, en realidad, gratis. Sin embargo, en general, involucran dinero, y cuando es así, tenemos que comparar el costo de la cosa/experiencia con el placer que nos proporciona.
Lo que yo sostengo es que una de las medidas más importantes que podés tomar para volverte rico es bajarte del “tren de tener cada vez más” y conformarte, por ejemplo, con tu casa actual.
Esta conclusión está basada en dos observaciones. Primero, tu casa, aunque en general es el bien más costoso que vayas a comprar en tu vida, es una inversión imperfecta. Como centro del universo de tu familia, es probable que inviertas dinero en ella… que no te dará ningún retorno monetario.
Además, los costos relacionados con tener una casa son mucho más altos que el costo de la casa misma. Me refiero a los impuestos, el seguro y al mantenimiento en general (que aumenta en relación directa con el costo de la casa).
También incluyen expendios que normalmente considerarías como gastos separados tales como los colegios, las vacaciones y el mobiliario.
Si conservás la casa que tenés e invertís el dinero que habrías gastado para “subir un escalón más”, vas a ser mucho más rico en 10 años o más.
Es una cuestión monetaria. Sin embargo, hay otra razón para seguir este consejo, una realidad psicológicamente interesante sobre la cual me percaté hace poco luego de leer el buen libro titulado Happy Money (Dinero que da felicidad).
Pensá en las compras que has hecho con el objetivo de aumentar tu propia felicidad. Considerá algo material que hayas comprado, un objeto tangible que podrías conservar, una joya o un mueble, ropa o un aparato. Ahora, pensá sobre una compra que hiciste con la cual lograste una experiencia de vida —tal vez, un viaje, un concierto, una comida especial. Si sos como la mayoría de las personas, recordar dicha experiencia te trae a la mente amigos y familia, paisajes y olores.
Para mí, esto tiene sentido. He competido varias veces en luchas nacionales. Mis nervios antes del evento y la experiencia misma de luchar no me divertía, pero me ha generado un placer enorme recordar y narrar esas experiencias.
También me pasó con el desafío que fue escalar el Monte Kilimanjaro. Le experiencia en sí fue intensa, pero cada año disfruto más de recordarla.Mis dos años en África Occidental fueron mitad placer y mitad sufrimiento, pero pensar acerca de ello me ha dado mucha felicidad a lo largo de los 30 años que han pasado desde ese entonces.
Los veteranos suelen recordar sus experiencias de guerra con nostalgia. La nostalgia tiende a ser una emoción beneficiosa, dicen algunos científicos. Nos permite convertir tiempos difíciles en recuerdos positivos, y eso nos ayuda a sobrellevar los tiempos complejos que tenemos por delante.
Parecería, entonces, que el placer real que te genera una experiencia no es el criterio más importante a la hora de determinar su valor final. El criterio parecería ser uno de intensidad. Cuanto más desafiante es la experiencia, más felicidad te genera.
Resultado final: las experiencias te dan más felicidad que los bienes materiales.
Hay muchas razones que explican por qué esto es así. Por un lado, las experiencias tienden a involucrar a la mayoría de nuestros sentidos, por no decir todos. Otra razón: las experiencias te suelen poner en contacto con otras personas y, lo que es más importante, tal vez, las experiencias —en especial las que son intensas— tienden a permanecer en tu memoria por mucho tiempo.
Cuando los investigadores de la Universidad Cornell les preguntaron a grupos de personas que hablaran unos con otros sobre compras, los que hablaron de compras que les dejaban una experiencia dijeron que habían disfrutado de sus conversaciones más que aquellos que hablaron de bienes materiales.
Otra serie de estudios se enfocó en los sentimientos acerca de los viajes y las vacaciones. En general, la gente recordaba haberse divertido más que cuando vivieron la experiencia misma. Cuanto más vieja era la experiencia, más felices recordaban haber estado.
Espero que empieces a convertir tu dinero en felicidad lo antes posible.
Cordialmente, Mark
P.D.: Estoy arreglando mi agenda para visitar Argentina a fin de mes. Lo veo complicado pero voy a hacer todo lo posible. El lunes 20 de abril vamos a empezar con las suscripciones a un seminario gratuito y quiero estar ahí.
Mark Ford es uno de los creadores de la disciplina conocida en los Estados Unidos como Generación de Riqueza. Junto a Tom Dyson creó el afamado newsletter financiero The Palm Beach Letter. Bajo el seudónimo “Michael Masterson” ha publicado más de dos mil ensayos y 8 libros sobre hábitos y prácticas financieras. Dos de ellos, “La Promesa” y “Los 9 secretos que todo generador de riqueza debe conocer” han sido mundialmente aclamados y traducidos a varios idiomas. Además de ser uno de los referentes del Palm Beach Wealth Builders Club, es uno de los autores y principales referentes del Club para Generar Riqueza de la Argentina, donde revela oportunidades sobre nuevas fuentes de ingresos en dólares a sus suscriptores, y de Cartas de Key Biscayne, afamado newsletter de finanzas personales y creación de dinero.
FUENTE: Publicado en Inversor Global - Newsletter semanal - Enviado por mail
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