miércoles, 5 de octubre de 2016

El resurgimiento de Rusia

Las relaciones entre Rusia y los Estados Unidos han pasado del frío al calor en los últimos años.
En marzo de 2009, poco después que Obama llegara a la presidencia, Hillary Clinton se reunió con el Ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, en Ginebra. Fue su primera reunión con Lavrov desde que asumió como Secretaria de Estado.
El vínculo entre Rusia y Estados Unidos había estado bajo tensión por la invasión rusa a Georgia en 2008, durante la presidencia de George W. Bush.
Obama y Clinton querían relanzar la relación e ir hacia una menos hostil.
Como signo de buena voluntad, Clinton les pidió a sus asistentes que crearan un largo botón rojo con la palabra “Reset”, escrita en ruso. El botón fue presentado a Lavrov durante la cumbre de Ginebra.
Hubo solo un problema. Los expertos del Departamento de Estado utilizaron la palabra rusa “перегрузка”. Lavrov miró el regalo y diplomáticamente le informó a la Secretaria Clinton que eso quería decir “sobrecarga”. ¡Ups!
Clinton y Lavrov, sin embargo, presionaron el botón para las cámaras. Pero las relaciones se han enfriado de ahí en adelante.
Las relaciones ruso-norteamericanas se descongelaron a principios de 2013 luego de la reelección de Obama, pero esto duró poco. La noche del 21 de noviembre de ese año, las manifestaciones llegaron hasta la Plaza de la Independencia en Kiev (Ucrania) para pedir la renuncia del presidente respaldado por Ruia, Viktor Yanukovych. Las protestas tuvieron su pico al año siguiente, cuando Yanukovych y su equipo abandonaron el país.
Putin, presidente de Rusia, sospechaba que las protestas estuvieran secretamente financiadas por la agencia de inteligencia británica y la CIA. Y para asegurar los intereses rusos en Ucrania, Putin invadió Crimea. En respuesta a ello, los Estados Unidos y sus aliados de la OTAN impusieron duras sanciones económicas a Rusia.
Las sanciones incluyeron la prohibición para las grandes compañías rusas (como Gazprom y Rosneft) de refinanciar su deuda denominada en euros en los mercados de capitales occidentales. Dado que las compañías rusas no podían refinanciar sus deudas, comenzaron a ir contra las reservas del banco central, para saldarlas. Como contrapartida de la caída de las reservas, la tasas de interés subió y el rublo se devaluó.
La moneda de Rusia se cayó como una piedra en marzo de 2014. El dólar en Rusia pasó de 28 rublos a 70 a principios de 2015, cuando las relaciones entre Estados Unidos y Rusia estaban en su peor momento.
El rublo recuperó algo de fuerza cuando se hizo evidente que la economía rusa, a pesar de estar debilitada, era más resistente de lo que los guerreros financieros de Estados Unidos sospechaban.
Luego Rusia recibió un nuevo golpe cuando colapsaron los precios del petróleo. Este desplome comenzó a mediados de 2014 y alcanzó su expresión máxima a mediados de 2015, cuando el barril cayó por debajo de los U$S 40 y llegó a tocar los U$S 29 a comienzos de 2016.
Rusia es el tercer productor de petróleo del mundo después de Estados Unidos y Arabia Saudita. Además, es el segundo exportador detrás del país árabe. El daño ocasionado a las cuentas fiscales rusas fue inmediato y llevó a la recesión a la quinta economía del mundo.
El segundo golpe que recibió la economía rusa llevó al dólar en Rusia a 81 rublos (o U$S 0,12 por rublo) en enero de 2016. La economía rusa estaba en crisis.
Luego una confluencia de factores surgió y generó una fuerte alza del rublo y el quiebre de la tendencia en la economía de ese país. Y aquí estamos hoy:
A pesar de la reciente volatilidad, los precios del petróleo están mostrando un rebote. Desde mínimos de U$S 29 el barril, pasamos a más de U$S 44 hoy. Una muy buena noticia para la economía rusa.
Irán ahora está listo para hacer negocios luego de cerrar un trato nuclear con los Estados Unidos. Muchas compañías norteamericanas y europeas dudan de vovler al mercado iraní porque todavía hay mucha ambigüedad acerca de las sanciones. Rusia no tiene ese problema. Están dando los primeros pasos con negocios en energía nuclear, refinerías y otra infraestructura.
El rublo barato terminó ayudando a las empresas rusas a que mantengan sus costos bajo control, y a convertir sus ganancias en dólares en más cantidad de rublos para pagar los costos de operación local. Este hecho incrementó las ganancias de las compañías rusas más importantes.
El Banco Central de Rusia estuvo comprando oro de manera agresiva con sus reservas en dólares. Esta es una estrategia brillante. Compraron oro cuando el dólar estaba fuerte y los precios del oro estaban cercanos a sus mínimos de 7 años. El dólar se fortaleció recientemente pero ahora ingresará en una nueva etapa de debilidad. Con el dólar en baja y el oro sosteniéndose por encima de los U$S 1.300, las reservas de oro rusas van a recibir un empujón.
Con un dólar más barato, otras materias primas subirán. Y Rusia es uno de los principales exportadores de níquel, paladio, hierro y madera.
Los aliados de Estados Unidos, Alemania y Francia especialmente, están cansándose del régimen de sanciones, y están buscando las ormas de recuperar los negocios cotidianos con Rusia.
EN resumen, todos los factores que estaban operando en contra de Rusia entre 2014 y 2016 ahora deberían jugar en su favor.
Desde la perspectiva de un inversor global, el mercado ruso ofrece dos formas para generar grandes ganancias. Una es un rebote fundado en la macroeconomía del país. La segunda es un rublo más fuerte, lo que significa que el precio en dólares de las acciones rusas van a subir incluso más de lo que lo harán en rublos.
Los medios tradicionales nos hacen creer que Rusia es un país sin destino. En realidad no es así, y los inversores inteligentes están viendo grandes oportunidades.
Atentamente,
Jim Rickards - Para El Inversor Diario.

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