miércoles, 1 de agosto de 2012

Pereza al Pensar
Eduardo García Gaspar
ContraPeso.info
La frase es de un pintor inglés. Se llamó Joshua Reynolds (1723-1792).
Es interesante que la frase estuviera colgada en una pared de la oficina de Thomas A. Edison.
La idea es admirable: “No existe un recurso al que un hombre no recurra para evitar el trabajo real de pensar”.
No está nada mal.
Todos lo hemos visto. Todos lo hemos hecho más de lo conveniente. Antes de ponernos a pensar, antes de ponernos a conocer, hacemos todo lo posible por evitarlo.
Usamos todo tipo de trucos, excusas, pretextos y recursos para evitar pensar. Pensar es laborioso, trabajoso.
La frase de Reynolds tiene su utilidad en la vida porque puede contrastarse con la facilidad con la que se emiten opiniones.
Por un lado, pocas cosas tan placenteras existen como dar opiniones. Del otro lado, pocas cosas tan evitadas hay como ponerse a pensar.
Esto es lo que permite llegar a una conclusión ya conocida y que puede expresarse como una ley: la mayoría de las opiniones no están fundamentadas.
Con un corolario: la terquedad de una opinión está en proporción directa al desconocimiento del tema.
Existe un caso en el que esto puede verse de manera muy clara. Me refiero a las explicaciones que se basan en las teorías de la conspiración.

Encuentre usted una realidad, la que usted quiera, digamos la existencia del ADN. Usted puede explicar ese descubrimiento con datos reales, pero también puede optar por explicar al ADN como una conspiración que persigue oscuros intereses de un grupo poderoso.
Un amigo es muy partidario de esas explicaciones. Todo lo comprende como el resultado de grupos que están conspirando para dominar al mundo. Es el tipo de mente que es capaz de creer lo que sea, menos la verdad.
Según él, las encuestas de intención de voto son un complot de EEUU, la política exterior de América Latina un resultado de órdenes imperialistas.
Para este hombre, en serio, la II Guerra Mundial fue propiciada por los EEUU y la crisis del ’29 por los mismos banqueros para ganar más dinero.¿Ve usted ya el mecanismo? Es maravilloso.

Consiste en un primer paso, el de encontrar una realidad que es compleja y, en un segundo paso, encontrar una explicación en la conspiración de un grupo secreto. Y ya, no hay nada más que hacer.
Nada que leer, nada que estudiar, nada que conocer. Se ha encontrado la explicación perfecta sin necesidad de pensar.
Si un candidato presidencial pierde una elección, eso fue una conspiración. Si la gana, también. Es fascinante y prueba lo que dice esa frase, se está dispuesto a todo con tal de no pensar.
Recuerdo un caso, hace ya tiempo. Un lector me escribió manifestando su desacuerdo con algo que había dicho. Su explicación: mi opinión había sido pagada por el imperialismo internacional del que yo recibía un sueldo.
Es impresionantemente cómodo. No hay que refutar razones, sólo hay que inventar una conspiración y el asunto está resuelto.

En México esto tiene una variación que es digna de señalar, la de la corrupción. Todo lo que dice o hace una persona puede tener una explicación universal, la de ser corrupto.
Si se privatizan empresas, quien lo hace está motivado por la corrupción. Si no lo hace, también. Si alguien dice que deben abrirse fronteras es porque le pagan las empresas internacionales, y si dice lo opuesto es porque le pagan las empresas nacionales.
En lo general es un fenómeno de explicaciones universales basadas en conspiraciones secretas y actividades oscuras. Esto tiene un problema serio, la consecuencia de ignorar la información, de desechar razones y, por supuesto, de dejar de pensar.

Es el caso, por ejemplo, del profesor que dice que las encuestas de opinión están todas manipuladas por grupos de presión.
En sus alumnos, creará él un hábito terrible, el de dejar de pensar y terminarán creyendo que viven en un mundo en el que nada puede entenderse, todo es producto de intereses secretos, desde las religiones hasta las teorías científicas y las opiniones.

Les crea la idea de un mundo incomprensible en el que no vale la pena pensar y que no puede conocerse. Crea mentes pasivas que dan más crédito a la más alocada teoría que a la más obvia verdad.
Todo porque se está dispuesto a usar cualquier excusa con tal de no pensar.
FUENTE:Publicado en www.contrapeso.info

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