El hecho que precipitó el golpe fue la amplia victoria del peronismo en las elecciones realizadas once días antes, en diez de las catorce provincias existentes en aquel momento, incluyendo la Provincia de Buenos Aires, donde triunfó el dirigente sindical textil Andrés Framini. El peronismo había sido proscripto por la dictadura militar de 1955, pero Frondizi volvió a habilitarlo electoralmente, aunque manteniendo la prohibición a Juan Perón de presentarse como candidato y volver al país.
Frondizi inmediatamente intervino las provincias en las que había ganado el peronismo, pero el golpe era imposible de frenar. Producido el levantamiento militar el 29 de marzo de 1962, el presidente Frondizi, detenido por los militares en la Isla Martín García, se negó a renunciar (“no me suicidaré, no renunciaré y no me iré del país”). En la mañana del 30 de marzo, el general Raúl Poggi, líder de la insurrección victoriosa, se dirigió a la Casa Rosada para hacerse cargo del gobierno, y se sorprendió con que un civil, José María Guido, había jurado esa mañana como presidente en el palacio de la Corte Suprema de Justicia.
Guido era un senador radical intransigente que presidía provisionalmente la Cámara de Senadores, debido a la renuncia del Vicepresidente Alejandro Gómez. La noche del golpe, algunos abogados relacionados con la Corte Suprema de Justicia de la Nación, entre ellos resolvieron que el derrocamiento de Frondizi era un caso de acefalía y le propusieron a Guido asumir la presidencia por encontrarse en la línea sucesoria, algo que éste hizo jurando ante la Corte Suprema la mañana del 30 de marzo.
Entre incrédulos, sorprendidos e indignados, los militares golpistas terminaron aceptando a regañadientes la situación y convocaron a Guido a la Casa Rosadapara comunicarle que sería reconocido como presidente, en tanto y en cuanto se comprometiera por escrito a ejecutar las medidas políticas indicadas por las Fuerzas Armadas, siendo la primera de ellas anular las elecciones ganadas por el peronismo.
Guido aceptó y firmó un acta dejando constancia de ello y recién entonces fue habilitado por estos para instalarse con el título de “presidente”. También anuló las elecciones, clausuró el Congreso, volvió a proscribir al peronismo, intervino todas las provincias y designó un equipo económico de derecha que incluía a figuras como Federico Pinedo y José Alfredo Martínez de Hoz.
El 29 de Marzo se cumplieron Cincuenta y tres años del Golpe al Sueño de la Argentina Desarrollada, y del inicio de la pesadilla del continuismo entre populismo y neoliberalismo.
Abogado - Desde Formosa
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