Por Federico Tessore
Mientras Argentina busca culpables para un nuevo default, la economía se deprime. ¿Por qué pasa esto?Hay muchas formas de ver el crecimiento económico de una nación, de una empresa o de una familia. Una forma interesante de hacerlo es imaginando el músculo de un levantador de pesas.
El objetivo de este deportista es tener más fuerza para poder levantar más peso. El problema es cómo lograr esa mayor fuerza. Hay dos caminos. Uno es rápido, casi inmediato y con poco esfuerzo. El otro camino es lento y con mucho esfuerzo.
Aunque piense lo contrario, los deportistas exitosos eligen el segundo camino, el lento y de mayor esfuerzo. ¿Están locos o son masoquistas? No, eligen el segundo camino porque es el único que les asegura un crecimiento sustentable. El primer camino solo les brinda crecimiento a corto plazo.
La primera opción implica tomar anabólicos. Los anabólicos tienen el poder de hacer crecer el músculo del deportista de una forma muy veloz y sin esfuerzos. En el corto plazo, el deportista que usa anabólicos tal vez logre el objetivo. Pero en algún momento tendrá que dejar de tomar estas pastillas. Si no lo hace, su salud quedará destruida. Por eso solo se pueden usar anabólicos por un corto período de tiempo si se quiere sobrevivir, no es un camino sustentable para el crecimiento.
La segunda opción implica esfuerzo y tiempo. Hay que levantarse todos los días a las 6 de la mañana, comer comida fea pero nutritiva y hacer ejercicio todo el día. Luego de muchísimos años de trabajo, de perfeccionar la técnica, el deportista podrá crecer y ser exitoso. Un camino sacrificado y lento, pero es el único camino que le asegura el triunfo a los deportistas, el único camino para el crecimiento sustentable.
El mundo de la economía es igual. Un país puede apostar a crecer con anabólicos. Pero ese crecimiento será fugaz, imposible de mantener. Tarde o temprano habrá que dejarlos o la economía explotará o perderá su efectividad. ¿Cuál es el anabólico que usan los políticos para lograr el crecimiento de corto plazo?
El gasto excesivo es el anabólico de los políticos. Ellos gastan mucho más que sus ingresos y provocan inmensos déficit fiscales. Ese gasto excesivo lo financian de dos maneras principalmente: o con mayor deuda o con mayor emisión. En forma extraordinaria como hizo Menem en la década del 90 además se venden los activos de un país para financiar este gasto.
Pero todos los políticos argentinos son expertos en anabólicos. No importa la ideología, pueden ser de izquierda o de derecha, pero todos basan su éxito político en gastar más de lo que tienen y luego financiarlo con deuda o emisión. Y los argentinos sabemos más que nadie que esto termina con una explosión de la economía. Lo vivimos una y mil veces.
Hoy, Argentina muestra una economía que ya está perdiendo los efectos de los anabólicos de la terrible emisión monetaria que realiza el Gobierno desde el año 2007. El Indec mostró el jueves que la producción industrial acumula diez meses seguidos de caída, cayendo 4,9% en mayo.
Pero la economía argentina no es la única que se está cansando de los anabólicos. El jueves también se conoció que la economía estadounidense bajó 2,9% durante el primer trimestre de este año, la mayor baja en cinco años. Esta caída se da en el contexto de un plan de emisión de dólares y nueva deuda que no termina sino que se consolida.
Es difícil de entender cómo Estados Unidos elige el camino que tantos desastres ha dejado en nuestro país. Mire el siguiente gráfico que mide el déficit fiscal total del Gobierno argentino durante los últimos 55 años. Fíjese cómo casi siempre el Gobierno gastó más de lo que le ingresó. Y mire cómo los picos de gasto coinciden con las grandes crisis económicas argentinas.
El gráfico fue presentado en una nota del economista Orlando Ferreres en el diario La Nación esta semana que termina. Recuerde que Ferreres será uno de los participantes de la Conferencia que Inversor Global estará dando en septiembre de este año que llamamos "Oportunidades de fin de ciclo" y a la que todos los suscriptores deInversor Global están invitados.
El gráfico muestra cómo el gran problema argentino es muy simple: somos fanáticos de los anabólicos. Buscamos el crecimiento rápido y sin esfuerzo. Y somos tan cabeza dura que insistimos con la misma fórmula una y otra vez. Sabemos que no funciona, lo vimos en carne propia en la mayoría de los casos. A pesar de ello, seguimos votando a políticos que prometen salvarnos con el dinero que no tienen...
Entonces, ¿cómo podemos crecer en forma sustentable dejando los anabólicos?
Muy fácil, nos tenemos que focalizar en hacer el trabajo duro y real. Un trabajo que va a llevar mucho tiempo, mucho esfuerzo y que va a exigir constancia y perseverancia. Debemos aprender a crear miles de empresas que ofrezcan productos y servicios buscados en todo el mundo. Empresas que seduzcan a los miles de millones de personas que están ávidas por consumir algo. El desafío es darles lo que quieren.
Pero darles lo que quieren no es fácil. Tenemos que crear productos y servicios de calidad, saber fabricarlos, saber venderlos, saber distribuirlos. Todo esto lleva mucho tiempo y dinero. Y hoy como país hacemos este trabajo tan mal que hasta en los productos donde tenemos ventajas comparativas inigualables, como la carne por ejemplo, no dejamos de caer. Hoy Uruguay y Paraguay exportan más carne que Argentina...
Ver al ministro de Economía Axel Kicillof recorrer el mundo para pagar deudas impagas, para intentar torcer el brazo de la Justicia estadounidense o para resolver la deuda que implicaba la expropiación de una empresa es triste. Muestra qué tan lejos estamos de dejar los anabólicos y comenzar a trabajar en serio.
Nuestro ministro de Economía tendría que estar recorriendo el mundo no para pagar deudas sino para ayudar a los empresarios argentinos a conquistar el mundo. Y los empresarios en vez de dedicar su tiempo a conseguir privilegios de la política tendrían que estar pensando en cómo conquistar el mundo.
En fin, la economía de los anabólicos corrompe todo. Algún día la mayoría de los argentinos nos daremos cuenta de esta realidad. Mientras, la clave está en que en el manejo de nuestras propias finanzas personales no copiemos las conductas de nuestros políticos.
Si logramos este objetivo, nuestro país puede seguir recorriendo el camino de la esquizofrenia económica, pero nuestras finanzas personales y nuestra vida estarán a salvo.
Le deseo un excelente fin de semana,
Federico Tessore
FUENTE: POBLICADO EN INVERSOR GLOBAL - Newsletter semanal - Enviado por mail
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