sábado, 12 de julio de 2014

El pueblo argentino vive solo el presente

Foto del perfil de María Celsa Rodríguez (tú)Por María Celsa Rodríguez
Cuando un país se halla inmerso en una crisis de valores, los hombres se traicionan unos a otros, se pierde la confianza. No hay mejores gobernantes, sino peores calificados. Y observamos que el vacío ético se va cuantificado en proporciones antes no vistas. Las consecuencias de los  coletazos del mal manejo de los gobiernos termina por  afectarnos  a todos, y ya las protestas no alcanzan, no meritúan  para producir efectos positivos. Porque, ¿de que nos sirve quejarnos si  luego en las elecciones nos volvemos a equivocar y colocamos  a los mismos que protagonizaron o intervinieron en los desastres actuales?. Ya nos ha pasado antes.

En el libro "¿El fin de la Argentina, o una nueva república?", John Darnay escribió: "La historia tiene tres tiempos insoslayables, pasado, presente y futuro, cuya secuencia determina el curso de una civilización  y el destino de un país. No se puede ignorar, despreciar o subvaluar ninguno de los tiempos impunemente. Un pueblo"histórico" es un pueblo que trasciende, es un pueblo que vive el presente, respeta el pasado como origen  de sus raíces y fuentes de enseñanzas  y proyecta el futuro a partir de sus ideas, de sus actitudes  y de la plena conciencia de la responsabilidad  sobre las generaciones futuras".  Pero nosotros, ¿respetamos las coordenadas cronológicas del pasado?    ¿Conocemos nuestra historia? ¿Sabemos cual es la génesis de nuestros problemas? ¿Cuales fueron los procesos de cambios en el pretérito de los tiempos, para interpretar así la crisis de nuestro presente? Creo que vivimos el día a día,  en un eterno presente, absorbido por el ruido de las cosas superfluas,  el pasado lo dejamos a los intelectuales y el futuro, Dios dirá. Sin embargo, no se dan cuenta, como dice Ludwing von Mises, que "el conocimiento histórico es indispensable para aquellos que quieren construir un mundo mejor"
John Darnay lo ratifica: "El pueblo argentino vive solo el presente, ignora el pasado del cual conoce  algunos sucesos, por sus fechas, más que por su significado y no le importa en absoluto
el futuro. Aquel viejo aprismo que citamos al comienzo  "el que venga atrás que arre", o el más moderno "de patear para adelante", de uso pleno y cotidiano en la consideración de las más diversas circunstancias,  desnudan la única preocupación  por el presente; total del futuro que no nos atañe se encargaran otros, cuya vida no nos importa, ese es el razonamiento".
Así los gobiernos solo piensan en ellos, proyectan con la inmediatez de su mandato, sus programas solo se extienden  por cuatro años, no se planifica para el futuro porque no se desea dar a otros los propios laureles y todo lo hacen para tener efectos a  corto plazo.
Como lo explica el Dr. Gabriel Boragina en su libro "Apuntes de filosofía, política y economía" "Es absurdo argumento (pseudo argumento en rigor) que las nuevas generaciones "no saben", es inaceptable, habida cuenta  que las nuevas generaciones no nacen, se crían y se desarrollan en el vacío o en una gigantezca probeta "social", esta falacia tan popular  es completamente risible, las nuevas generaciones son educadas por las anteriores, sean sus progenitores, familiares, maestros, profesores y luego amigos, ningún ser humano sea de la generación que sea nace y se desarrolla desde cero en un contexto social. Desde pequeño se le infunde valores , contra valores, aciertos, errores, verdades y falsedades. Por ende, forma parte  de lo que aquí decimos y criticamos, no son inocentes".

Frente a este análisis ¿cuantas generaciones se fueron desperdiciando a lo largo de nuestra historia? ¿cuantas generaciones vieron colapsar sus sueños con la esperanza de un mañana mejor que nunca llegó? Con las  promesas de los políticos que se  perdieron en el tiempo,  y que quedaron destiñéndose y hecho jirones, colgadas en una esquina. Como dijo Henry Hazlitt: "El mayor peligro actual es que la impaciencia y la ignorancia se pueden combinar para destruir, en una sola generación, el progreso que llevó incontables generaciones... conseguirlo".

Boragina agrega: "hay gobiernos  como el que ahora padecemos que parece que no le alcanza el tiempo para destruir lo bueno, no solo lo hecho por los gobiernos precedentes, sino remontándonos mucho mas hacia  atrás, en el pasado, pretendiendo destruir todo vestigio de lo que -incluso- nuestros mas caros e ilustres próceres, pretendieron hacer e hicieron. Así es nuestra cultura retrógrada, pérfida, colectivista ( porque nos acomodamos  o nos ilusionamos con la mayoría o el líder que así lo quiere) y [somos] conformista".

Repetimos frases, asumimos mitos, nos creemos los mejores, y ahora la soberbia es mas que escandalosa,  porque tenemos un Papa argentino, una Reina en Holanda, los dos mejores jugadores del mundo como Maradona y Messi, y somos finalistas del Mundial en Brasil 2014. Pero nos olvidamos de tantos argentinos que a lo largo de la historia han hecho cosas grandes, son nuestros verdaderos  héroes,   los que hicieron grande este país, médicos, investigadores, científicos, profesores, abogados, ingenieros, arquitectos. etc.
Como dice Darnay " El argentino es también proclive a sostener mitos, como que son los mejores, los mas considerados en el mundo por sus capacidades profesionales, o que la Argentina es uno de los países más ricos de la tierra y nunca podría fundirse. Estos mitos  son generadores de conductas  y comportamientos que inciden directa o indirectamente sobre la economía o la política. Tanto una como otra expresan de alguna manera consciente  o inconscientemente las ideas, conceptos o creencias de sus responsables políticos y económicos, son resultantes de los valores culturales del pueblo que las enuncian".

Pero, ¿cuáles son las condiciones para que se den esos valores?
Francisco Ugarte Corcuera, en su libro "En busca de la realidad", dice: "para que el valor cumpla su función en este proceso dinámico de la vida humana, se requiere dos condiciones, uno de orden teórico, la otra de orden práctico. La primera se refiere al conocimiento de los valores, tanto a aquellos  que intervienen en el perfeccionamiento humano en general, como a los que yo en mis circunstancias concretas y con mis capacidades, puedo y debo proponerme. La segunda condición consiste en la realización efectiva del valor en la vida de la persona. A la luz de este esquema se puede comprender la raíz de la crisis actual".

Las preguntas que surgen entonces, son: ¿que valores tenemos como sociedad? Y que valores hemos perdido?

Hay que reconocer que toda sociedad tiene sus propios valores compartidos,  pero también  cada uno  tiene sus valores individuales que  muchas veces no son compartidos por esa mayoría. Causando su   rechazo. Y muchos, que en ese proceso de identificarse con la masa,  se dejan llevar de la mano  por ella,  abandonando sus ideales, ya sea  por comodidad o por pereza mental que a la larga provoca la des-motivación de las estructuras institucionales  y el choque constante con aquellos que se les opongan.

Publicado en Chaco Mundo http://chacomundo.blogspot.com.ar/2014/07/el-pueblo-argentino-vive-solo-el.html 
Publicado en Crónica y Análisis - Facebook
Publicado en Pregon Agropeuario - http://www.pregonagropecuario.com/cat.php?txt=5454
Publicado en El Diario de Pigafetahttp://www.diariodepigafeta.com.ar/ampliada.php?cual=locales&id=5173
Publicado en Hora de Opinion - http://www.horadeopinion.com.ar/index.php/hdo-opinion/9977-el-pueblo-argentino-vive-solo-el-presente

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