Ayn Rand con sus aciertos y desaciertos, sobre todo en religión, se encargó de decir grandes verdades en su época que nadie se atrevía a asumir. Era un genio y como todo genio tuvo su toque de locura. En un mundo que empezaba a surgir con fuerza ese amor al cine y al arte “moderno e independiente” como una total “transgresión al poder”, ella con “El Manifiesto Romántico” recordó que la verdadera identidad del arte era representar las cosas como deberían ser, así como el papel de esparcimiento que tiene, también advirtió los riesgos que implica el mensaje que contenía el cine, la televisión y la literatura moderna. Me atrevo a resumir su filosofía en una sola frase: “Emplea la razón para la vida real y la fantasía para los libros”.
El primer libro que leí de ella fue “Filosofía ¿Quién la necesita?”, es un compendio maravilloso con lo mejor de toda su literatura, que va más allá de sus muy celebres frases como “Puedes ignorar la realidad, pero no puedes ignorar las consecuencias de ignorar la realidad” o “La minoría más pequeña del mundo es el individuo. Aquellos que niegan los derechos individuales no pueden pretender además ser defensores de las minorías”.
Rand concibe al hombre como un ser dueño de sí mismo, cuya mayor propiedad es su vida y su mayor absoluto la razón, dado que el principal atributo del ser humano es su mente, capaz de crear y producir. Define a la filosofía como la ciencia capaz de responder a las preguntas que todo hombre se hace a sí mismo, y relaciona la naturaleza de sus acciones con la razonabilidad de las respuestas que acepte según la filosofía que consciente o inconscientemente haya aceptado. Aquí destaca la necesidad de todo hombre en tomarse en serio las convicciones que se decide creer, pues el carecer de una filosofía de vida por más elemental que sea deja al hombre a la deriva de cualquier idea que puede hasta aceptar sin conocerla ni darse cuenta, y en cualquier sitio: en la universidad, en el trabajo o a través de los media. Cita en el referido libro, a Kant como el ejecutor de la destrucción moderna de la filosofía, pues este separo a la razón de la filosofía, sumiendo desde en un completo caos la civilización occidental desde su tiempo.
Lo otro que me ha llamado soberbiamente la atención de todo el trabajo de Ayn Rand, es que ella describe la filosofía como “una batalla por la mente del hombre”, donde si no se está atento se es vulnerable a las peores ideas. Donde hay héroes y hay villano filosóficos, donde estos últimos más que intentar poseer la mente humana para sacar provecho propio, la buscan es para destruirla por odio al mismo hombre, no por los defectos de esté, sino por la grandeza a la que esté puede llegar con una mente clara y principios bien coherente y racionales. A su vez, ella ayuda a aclarar muchas tinieblas a las que nos somete el pensamiento políticamente correcto, que ella denomino altruismo y misticismo. Donde veíamos al principio una gran hazaña intelectual, artística o altruista, descubrimos que a la final es un atentado contra la dignidad, y la razón humana.
FUENTE: Publicado por Simon Aliendres Leon -
No hay comentarios:
Publicar un comentario