jueves, 10 de julio de 2014

Los curas, los laicos y la política

Por Aníbal Hardy (*)
El gran interrogante es si corresponde a la Iglesia expresarse acerca de los problemas sociales, en especial la pobreza y el desempleo, y si es lícita la vinculación horizontal de los sacerdotes y obispos con sus fieles o deben limitarse a una intermediación vertical entre los creyentes y Dios.
La respuesta, es bastante obvia, no solo es un derecho, sino un deber de cristiano prestar atención a las dolorosas circunstancias sociales, además la evangelización es inseparable de la humanización, ya que un pastor no puede pretender que la grey lo siga si es indiferente a sus padecimientos.
Este accionar cristiano está respaldado por las grandes encíclicas que fundaron la doctrina social dela Iglesia, desde la Quadragesimo Anno, de León XIII, hasta textos inolvidables de la Mater et Magistra de Juan XXIII, para unir la fe con el compromiso social, invocando la perdurable expresión de Santo Tomás de Aquino: “La existencia de bienes materiales es necesaria para el ejercicio de la virtud”.
Ante la creciente manifestaciones de curas y obispos, se escucha con recurrencia decir a políticos y funcionarios de gobierno que no deben opinar de lo que no saben, o que se dedíquense a lo propio, como si el accionar de los sacerdotes debiera estar circunscrito a lo espiritual y el hombre solo fuese materia de contemplación y piadosa caridad. Como si se pretendiese enclaustrar en catedrales a los pastores, desentendiéndose de la suerte de la comunidad.
Cuando los sacerdotes canalizan demandas éticas defienden la cultura del trabajo, demandan equidad en las relaciones socioeconómicas, piden prudencia ante las pulsiones a la frivolidad, el consumismo y el egoísmo no incursionan en esferas que no le incumben. Nada que hiera al hombre y a su dignidad, desgrana a la familia y desvalorice la cultura le puede ser ajeno. Tampoco debiera ser para los laicos que conformamos la Iglesia.
Los políticos, más aún los laicos comprometidos con el prójimo, debemos descender del pedestal donde nos tienta la soberbia, y merituar la misión de nuestros pastores que se interesan sobre la irritante situación social, acercando sus propuestas con humildad.

(*) Abogado - Desde Formosa
ENVIADO POR SU AUTOR

No hay comentarios:

Publicar un comentario

ARCHIVOS DE TEMAS DEL BLOG

Buscar articulos