miércoles, 22 de octubre de 2014

UNA VEZ MÁS: ¿CUÁL ES LA INFLACIÓN?


Por el Licenciado Jorge Ingaramo 
La inflación del Congreso, para el mes de Setiembre, fue del 2,48% (anualizada daría 34,2%). En lo que va del año, los precios habría crecido 29,7%, es decir un 2,9% mensual acumulativo. Para la misma fuente, la inflación interanual es del 41,6%.
Cuando los periodistas le preguntan a algunos economistas, éstos opinan que, efectivamente, la inflación ronda el 40% anual; que el Banco Central emite (en lo que va de 2014, al 10 de Octubre, le había entregado al sector público M$ 87.839, es decir un 21,7% de la Base Monetaria), aunque luego esteriliza, pero que aún así la inercia inflacionaria se ha instalado lo cual, sumado a la brecha cambiaria, desalienta la demanda de pesos.
Luego, si la creación de Base Monetaria interanual fue del 18,8%, y la inflación fuera la consignada por el Congreso, la demanda de dinero habría caído nada menos que 15,8% en un año. Esto se justifica con el argumento de que hubo una mega-devaluación en Enero.
Como no podemos hacer comparaciones interanuales con el IPCNu, consignemos los datos exclusivamente para los primeros 9 meses del año. En Setiembre, los precios habrían crecido 1,4% y, en lo que va del año, 19,8%.
Si uno abre indicadores clave, se encuentra con que los cigarrillos crecieron 55,4%, pero los alquileres lo hicieron apenas al 8,45%. No se sabe exactamente cómo se computa el precio de los servicios públicos, ya que no debe ser sencillo ponderar cuánto hay de consumo subsidiado versus la demanda de los sectores que ya no cuentan con dicha transferencia de ingresos y deben pagar la tarifa plena. Por otra parte, todavía no se conoce la apertura para las regiones del país, en muchas de las cuales los subsidios ya no existían hace un año o eran significativamente inferiores a los vigentes en Capital Federal y Gran Buenos Aires. Para el INDEC, techo y comida, crecieron en lo que va del año, 19,7 y 21,1%, respectivamente.
No todos los sectores de la economía tuvieron ajustes similares a los salarios del sector formal, que rondaron el 30% (menos si se ajusta por el Impuesto a las Ganancias). Así, M 5,5 de jubilados que cobran la mínima o de pensionados (no contributiva), hasta Agosto pasado, habían recibido el 11,31% (en marzo) y recién con el aumento de Setiembre alcanzan una suba anual del 30,5%. Con lo cual, no está claro cómo habrían hecho para sobrevivir los jubilados, entre Setiembre de 2013 y Agosto de 2014, con un ajuste percibido recién en Marzo, que equivale al 28% de la inflación del Congreso y al 57% de la inflación del INDEC, (considerando -en este caso- sólo los primeros 9 meses del año, y una devaluación como la de enero). Ni hablar del tercio de asalariados en negro.
Quiere decir que las dos inflaciones estarían con "problemas de medición", lo cual no es extraño porque, si uno se toma el trabajo de ir al supermercado, nota que -mucha gente compra esencialmente los Precios Cuidados que, en lo que va del año habrían subido no más del 12%; -que las ofertas sobre productos cuyos precios son libres han comenzado a multiplicarse al compás de la recesión; -que los sectores medios que acceden al crédito (vía tarjeta) han comenzado a consumir productos de segundas marcas y -que, por lo general, si uno consulta los diarios del día viernes, cuesta encontrar una noticia en medio de tantas promociones, como ser 3 al precio de 2, 2 al precio de 1, etc., con lo cual uno no sabe efectivamente cuánto está gastando por encima del mes anterior. Y ni hablar si va a más de un super: la dispersión es impactante.
Es cierto que la devaluación nominal, fue del 44,9% interanual (17/10) y del 30% en lo que va de 2014. Pero también lo es que han caído los precios internacionales de los principales productos que La Argentina exporta y que eso reduce el poder de compra, tanto de los que producen exportables como de los que sustituyen importaciones. Sirva de ejemplo el valor en pesos, disponible (comparación interanual, al 17 de Octubre), del trigo -que cayó 67% (en 2013 no había)- y del maíz y la soja, que subieron apenas, 4,8 y 12,8%, respectivamente.
Naturalmente, el INDEC debe sobre-ponderar los Precios Cuidados y las ofertas. La suba del 8,45% en los alquileres es bastante realista, ya que todo el mundo sabe que hoy los inquilinos se mudan por una diferencia de $80 en el costo de las expensas, con lo cual las renovaciones de contratos generalmente se hacen al mismo precio, o incluso a valores menores a los vigentes en el período anterior (el propietario le "teme al vacío").
Finalmente, para no aburrir, las promociones en materia de esparcimiento, electrodomésticos y equipamiento para la vivienda o alimentos y las liquidaciones de temporada, en todo lo relativo a vestimenta, claramente demuestran que si un consumidor tiene demanda relativamente elástica por marcas, de ninguna manera la inflación que padece, es del 40% interanual.
Procedemos a comparar el Índice, para Setiembre, del Congreso, con el del INDEC. Ya se dijo que fueron de 2,48 y 1,4%, respectivamente. La anualización da 34,2 y 18,2%. Es decir, 16 puntos de diferencia, con lo cual la verdadera inflación debería estar en ese rango, probablemente en torno al 26/27% anual, considerando que buena parte de los consumidores(en realidad la mayoría que incluye a jubilados, asalariados formales de bajos ingresos, asalariados informales y desocupados), solamente podrían convalidar una inflación parecida a la probable evolución de sus ingresos, que seguramente son superiores al 11,3% que cobraron los jubilados, pero que difícilmente superen el 30% de los mejores convenios colectivos. Se descarta que los tenedores de divisas las hayan vendido (en términos netos) para consumir.
La lógica monetaria.
Presentamos a continuación las variaciones entre los primeros 9 meses y 10 días del año y luego la interanual, para los principales indicadores monetarios.
- Base Monetaria: 7,3 y 18,8%.
- Circulación Monetaria: 7,5 y 18,7%.
- M1: 1,8 y 22,4%.
- M2: 4,5 y 23,8%.
- M3 ampliado (incluye cheques cancelatorios, depósitos en dólares y CEDIN): 12,1 y 21,9%.
- Préstamos al sector privado: 11,1 y 21,6%.
- Depósitos totales: 12,2 y 21,4%.
- Plazos Fijos no ajustables: 26,4 y 14,2%.
- Cuentas Corrientes: -6,3 y 28,4%.
- Depósitos a Plazo del sector privado: 24,4 y 27,4%.
Una rápida observación de los datos permitiría demostrar que los cómputos del Congreso deben incluir, por lo menos, una cuota impactante de inflación por expectativas o, en su defecto, una caída vertiginosa en la demanda de dinero, tal como la que señalábamos más arriba (no es razonable, si uno compara cuentas corrientes con plazos fijos). Esto es, la explicación monetaria de una inflación del 40% es, con los datos del sistema financiero, absolutamente imposible (salvo un des-atesoramiento en dólares, tamaño potrillo)
Incluso considerando el crecimiento interanual de los depósitos del sector privado (27,8%), restaría explicar de dónde sacó la gente los recursos para convalidar un 41% real de inflación, con los préstamos creciendo al 21,9%.
Por otra parte, todos los que tienen dinero en el sistema financiero (no se salvaría nadie), estarían perdiendo entre 10 y 20 puntos porcentuales por año, en términos reales, ya que, por ejemplo, la encuesta de Depósitos a Plazo Fijo al 10 de Octubre, da el 18,8% para depósitos en pesos a 30 días y 20,19, para BADLAR bancos privados (ahorristas de más de M$ 1). Incluso los bancos, si la inflación fuera superior a la anualización que hicimos para el Congreso, (Setiembre = 34,2%), serían muy generosos al otorgar Adelantos en Cuenta Corriente con acuerdos, a empresas, al 31,24%. Todas las tasas activas de la encuesta del Central, para Setiembre, están por debajo del 29%. Salvo la de los préstamos personales, que siempre fueron caros (37,8%) y las tarjetas de crédito (que desalientan la bicicleta de los deudores), con una tasa media del 40,7%.
Síntesis.
La argumentación que hemos empleado ataca un problema central, que es la determinación de la real tasa de inflación, algo que no es sencillo cuando se tienen inflaciones de, por lo menos 25% anual, y la Autoridad miente, ya por tradición, en sus cómputos.
Nadie sabe cuál es la inflación en La Argentina ni puede presumir de saberlo, ya que el sistema de precios (subsidios, promociones, liquidaciones por cierre, etc., mediante), se ha transformado en un caos de ajuste de expectativas, que se agudiza particularmente cuando hay mega-devaluaciones como la de Enero o exorbitantes brechas cambiarias.
Pero, la única verdad es la realidad y ésta indica que la velocidad de circulación del dinero no puede haber crecido (ya lo había hecho en años anteriores), cuando las Cuentas Corrientes declinaron en lo que va del año y los Plazos Fijos privados subieron a un ritmo similar a la "nuestra" gris inflación que, presumimos, puede ser una medida más acertada (entre un 26 y un 28%).
Las expectativas pueden justificar un diferencial de un punto porcentual en un mes. Pero difícilmente puedan convalidar diferencias de 16 puntos como las que se observaron en Setiembre, al anualizar la inflación del Congreso y la del INDEC.
Nuestra humilde recomendación, a la hora de tomar decisiones, debería ser partir la diferencia entre ambos cómputos y/o tomar en cuenta el crecimiento de Préstamos y Depósitos privados en el sistema financiero.
Otras formas de aproximación son un ejercicio poco realista. Los Índices de la oposición pueden estar midiendo primeras marcas, compras de un producto por vez o sobredimensionar la evolución de los precios en la Capital Federal donde, como se sabe, la gente gana más plata. Los del Gobierno, seguramente tomarán en cuenta el consumo subsidiado de servicios públicos, los Precios Cuidados y las ofertas, o las segundas marcas, para el consumo privado. Ni blanco ni negro. Seguramente la verdadera inflación está en una zona de grises
ENVIADO POR ARTURO NAVARRO - www.arturonavarro.com.ar

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