Todo cambio o transformación de un orden preexistente trae aparejado resistencias y costos inevitables. A lo largo de la historia muchas han sido las evidencias en este sentido.
Como venimos hablando hace un tiempo en estas columnas, cada vez estamos más cerca del final de un escenario que estuvo marcado por las tasas de interés de 0% y un dólar débil a nivel global.
Este orden fue el que prevaleció en los últimos seis años, permitiendo que los países emergentes gozaran de un extraordinario flujo de capital y de una marcada suba en sus términos de intercambio a partir de la valorización de las materias primas.
[Los términos de intercambio se miden por el cociente entre los precios promedio de los bienes exportados por los precio promedios de los bienes importados. Cuanto más alto, más favorable para el comercio exterior de ese país.]
Sin embargo, ese panorama no estará más vigente en el futuro. Y es por eso, en parte, que las Bolsas han reaccionado en forma negativa.
En los próximos trimestres la tasa de interés en Estados Unidos comenzará a subir de forma gradual y, de allí, es que uno de los puntos de inflexión más importantes de corto plazo ya se dio: el dólar se valorizó fuerte contra las monedas globales, incluidas las emergentes.
Es el resurgimiento del superdólar. Para este efecto, he dejado tres alternativas de inversión en una columna reciente titulada “Tres estrategias para ganar con el superdólar”.
Pero también hablé de un segundo cambio importante para lo inmediato. Que tiene que ver con el primero, pero su análisis esconde más que una simple caída de precios.
Los commodities o materias primas están sufriendo las consecuencias del “dólar fuerte” y sus precios descienden semana tras semana. Pero uno, en especial, es el que se llevó la peor parte en estos últimos días: el petróleo.
Detrás de esta baja del oro negro creo que hay razones que van más allá de la simple fortaleza de la moneda estadounidense.
Cuando mencioné inicialmente que cualquier cambio en el statu quo imperante traía resistencias, estaba haciendo alusión, implícitamente, a la situación del petróleo a nivel global.
Es sabido que hace unos años se dio una revolución energética en la principal economía del mundo a partir de la aparición del gas y petróleo no convencional (shale). Este boom permitió no sólo atenuar las compras de petróleo que Estados Unidos hacía al exterior, sino que el crecimiento de la producción es tal que se proyecta que el país alcanzará el autoabastecimiento para el año 2020.
Y esto se traduce en un cambio de poder radical en el orden mundial.
Países tradicionalmente productores y exportadores de petróleo como los árabes, Rusia, Irán y Venezuela, ven amenazados sus poderes con este nuevo proceso de producción de energía en Estados Unidos.
Y seguramente venderán cara su derrota en los términos planteados.
¿Cómo?
La técnica de fracturación hidráulica o fracking, que es la que se utiliza para extraer esta energía no convencional en la principal economía del mundo, es realmente onerosa. Y cuanto más remoto y profunda sea la cuenca de extracción, más caro es.
En este sentido, sólo es viable obtener la energía shale en tanto y en cuanto el precio del petróleo se ubique por encima del nivel de los costos de extracción. Cuando esto no sucede, la ecuación económica se revierte y el boom puede pasar a ¡bum!
Para entender en concreto a lo que me refiero, veamos el siguiente gráfico:
Aquí vemos cuál es el precio de petróleo de break-even para las principales cuencas de energía shale de Estados Unidos. Con el nivel actual del commodity, muchas de ellas ya no son económicamente viables.
A nivel general, el precio promedio de break-even se ubica en US$ 75 el barril contra los US$ 80 actuales.
¿Pueden ser los países petroleros tradicionales los que estén impulsando a la baja el precio del crudo para desactivar el boom de la energía shale y conservar su poder?
No tengo información concreta, pero no me extrañaría.
Hay mucho poder en juego. Y aún a sabiendas de que un precio del petróleo más bajo hoy es perjudicial para estos países en el corto plazo, podría ser una movida estratégica muy audaz de cara al mediano plazo.
Creo que el precio del commodity en la actualidad es una de las variables más importantes a nivel global para intentar anticipar el futuro.
Aprenda a leer más allá de los números.
Es un sabio consejo que me dio uno de los grandes operadores del mercado y que adopté para tomar las decisiones de inversión más importantes.
Un saludo. Diego Martínez Burzaco
FUENTE: Publicado en Inversor Global - Newsletter semanal - enviado por mail
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