miércoles, 22 de octubre de 2014

SCIOLI SEGUIRÁ APOYANDO POLÍTICAS DE LA DÉCADA GANADA.


Resultado de imagen para arturo navarroPor Arturo Navarro
Analizando la campaña mediática del gobierno nacional - que Daniel Scioli apoya- sembrando miedo en la sociedad con la afirmación de que de ganar la oposición derogarán todas las políticas de la década ganada. Primero: es una muestra de debilidad política en su estrategia para que no se le sigan fugando votantes y de una bajeza institucional para seguir confundiendo, demostrando cómo subestima su inteligencia. Segundo: la mayoría de los votantes no comen vidrio, han perdido el miedo, rechazan la inflación, quieren seguridad individual y un trabajo estable y genuino. Tercero: no quieren más planes sociales porque no les alcanza para vivir por causa de la inflación. No por casualidad el 80% del electorado se opone a la gestión gobierno y quieren volver a la situación que tenían en el 2005.
Por otro lado la primera conclusión que deja el apoyo de Daniel Scioli a dicha campaña, es que está conforme con lo realizado y que respaldará como potencial presidente de la Nación las políticas unitarias vigentes en el país, aumentando la población en el GBA en desmedro de todo el interior y el sector agropecuario, para mejorar la performance electoral del oficialismo. Pretender seguir viviendo con lo nuestro, defendiendo la mesa de los argentinos con políticas anticampo mientras se sigue retrasando el desarrollo del interior porque no tiene recursos para crecer y desarrollarse.
Hay que asumir que la crisis económica, política y social de la provincia de Buenos Aires y del país, es por falta de un proyecto planificado de crecimiento y desarrollo equitativo para todas las regiones del país, que promueva el arraigo para sus pobladores en sus lugares de residencia original para evitar la emigración, políticas que Scioli nunca propuso en defensa de su provincia. Esta es la madre del borrego como decimos en el campo.
La falta de dichas políticas generó innumerables villas miserias en el cinturón del conurbano bonaerense, que está poniendo en juego el normal funcionamiento de las instituciones de la provincia de Buenos Aires y provocaran graves problemas al gobierno nacional si la dirigencia no actúa con urgencia y sensatez en los temas de coyuntura y de largo plazo. A confesión de parte relevo de pruebas. Buenos Aires y otras provincias están diseñando estrategias para controlar cualquier reclamo social a fin de año.
Para demostrar qué ocurrió con la emigración del interior a través de los años, voy a comparar la población GBA que es la primera cifra y la población RURAL en la segunda columna, sobre el total de la población nacional.
1914: GBA tenía 5,8% RURAL 47%.
1947: 10,9% 37%.
1960: 18,8% 26%.
1970 23,0% 21%.
1980: 24,5% 17%.
2001 24,0% 11%.
Como se puede observar, la mayor emigración se da entre 1947 y 1970 que se conoce como el periodo de la sustitución de importaciones y cierre de la economía, que promovió el desarrollo de una industria no competitiva y prebendaría, todo lo que contrario de lo que hicieron los países destruidos después de la guerra, que necesitaban reconstituirse y desarrollarse como es el caso de Alemania.
Lamentablemente desde el 2003 la actual política económica sigue esta misma línea y agravando la situación geopolítica, por el manejo centralizado de los derechos de exportación, el impuesto al cheque, el impuesto inflacionario y por las funciones delegadas por nuestros legisladores en el manejo del presupuesto al antojo de la Presidente.
Esto no se soluciona con un nuevo fondo del conurbano bonaerense, si no con un cambio de fondo de las políticas públicas que permita volver al país federal que determina nuestra constitución. Todos los políticos hablan que hay que volver al federalismo fiscal, pero una gran mayoría de ellos, siguen defendiendo la continuidad de los derechos de exportación a pesar de que hoy todas las producciones están trabajando a pérdida. Son fáciles de poner e imposible de sacar por decisión de un funcionario.
Algunos datos para poder dimensionar de qué hablamos. La población total del país es de 40.120.000 de habitantes. En Buenos Aires viven 15.63 mil que es el 34% del total. Del dicho total 9.92 mil viven en los 24 partidos GBA representando 24.7 % y 5.71 mil en el interior representado el 14,3 %. En CABA viven 2.89 millones que representado 7.2% de la población total del país. El crecimiento anual de la población del país es de 1,14% mientras en los 24 distritos de GBA es de 1,49 por ciento
Analizando la población extranjera de 1.805.957 que representa un 4,5% del total de la población del país, viven en CABA 381.778 representando un 21,1%; en los 24 partidos del GBA 742.859 con un 41,1% y en el interior de Bs. As 199.082 que representa un 11,0%. El dato más significativo es que el 73,2% de los inmigrantes viene a vivir en CABA y Prov. Ba. As mientras que los nacidos en el país solo lo hacen el 41,2%.
Por esto la campaña electoral está centralizada en lo que pueda ocurrir en el conglomerado del gran Buenos Aires que representa el 25% del electorado nacional en donde se juega la madre de todas las batallas. El 25% del electorado del conurbano de Bs As., es lo mismo que representa Capital Federal, Santa Fe y Córdoba. La provincia de Buenos Aires en su conjunto representando el 38% del electorado nacional mientras recibe de coparticipación solamente el 22% mientras la provincia genera el 38% del PBI. Dicha población está concentrada en el 2% del territorio mientras el resto vive en el 98% del país.

Para cualquier político seguir con la demagogia y populismo electoral actual, apoyado por un festival de subsidios manejados en forma discrecional para el GBA después del diciembre del 2015, será lo que nos llevara más rápido que pronto, a una hiperinflación con recesión que justamente hay que evitar, por lo cual la oposición tímidamente en forma individual está pidiendo cambios parciales que no alcanza.
Necesitamos un proyecto estratégico y planificado de desarrollo para cambiar la actual situación de país, incluyendo en igualdad de condiciones a todos los sectores de la economía y al sector agropecuario y agroindustrial para poder contribuir con todo su potencial de producción en los cluster regionales que disponga la política de estado para ese fin. Hay que pensar en un país integrado por un eje transversal de comunicación vial y terrestre que una el atlántico y el pacífico. No podemos seguir pensando que todas las producciones tienen que salir por Buenos Aires y Rosario. Hay mucho para hacer con la Hidrovia integrando las provincias del norte y el Mercosur para abaratar el flete.
Se tiene que convencer la dirigencia en general del país que no hay ningún otro sector como el agropecuario y agroindustrial para revertir las equivocadas gestiones geopolíticas del pasado. Es decir volver al país federal que determina nuestra constitución por medio de un sistema de coparticipación de los recursos públicos con distribución automática, que equilibre el poder político y termine con el centralismo.
Pero la principal conclusión que deja este debate si hay que cambiar o no las políticas Kirchnerista, es la necesidad que tiene el país de recrear un ámbito de dialogo amplio de todos los protagonistas. Hay que aprovechar este debate, para que todas las fuerzas políticas en conjunto, inclusive el oficialismo, con todos los sectores empresarios, sindicales y sociales, discutan y acuerden una estrategia para detener la actual crisis económica y social causada por mala gestión económica y su consecuencia con la inflación en la última década. Este sería el presupuesto mínimo para poder después, diseñar un nuevo proyecto planificado de desarrollo para los próximos 50 años en base a la demanda mundial de bienes que dispone el país y la posibilidad de poderlo exportar con mano de obra argentina a todos los mercados del mundo si volvemos a tener políticas previsibles y estables a largo plazo respaldado por un sistema republicano de gobierno.
ENVIADO POR SU AUTOR - www.arturonavarro.com.ar

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