La maratón se redujo a carrera de 100 metros y lo importante es llegar a octubre con el espíritu del electorado bien arriba. El Gobierno bien lo sabe, razón por la cual dejó la rotura de chancito para el sprint final.
La coherencia fiscal que se había intentado recobrar en el último tiempo, dio paso a la impresión monetaria a todo vapor, algo que es clásico no de kirchnerismo, sino de toda administración argentina que se enfrenta a un período eleccionario.
En 2014 el Central imprimó $ 161.000 millones, destinados a contribuir a las arcas fiscales. Este año –teniendo en cuenta que en octubre tenemos los comicios presidenciales- ese monto superaría los $ 300.000 millones, algo que te comentaba en la columna anterior.
Un eco de esta dinámica es que la base monetaria (dinero circulante más depósitos a la vista) pasó de un ritmo de crecimiento anual del 20% (pre Vanoli) al 34% de nuestros días.
Ahora bien, prestá atención al gráfico que sigue…
“Financiar al sector público con transferencias del Banco Central y la ANSES no es sustentable. Para el Banco Central implica emitir sin respaldo lo que inevitablemente termina generando inflación. Para la ANSES implica consumir ahorros previsionales. Por lo tanto, si el próximo gobierno pretende reducir la inflación y cumplir con los futuros jubilados va a ser necesario reducir el alto déficit fiscal”, sostienen en el Instituto para el Desarrollo Social Argentino.
Para comprender mejor la situación, vale agregar el dato –dentro del gasto fiscal- que en el segundo trimestre del año pasado, el sector público fue el generador del 75% del empleo, una tendencia que promete agrandarse y que insume dinero.
Ahora bien, esto repercute de manera directa en la Pax Cambiaria que se planteó desde hace unos meses y que se esgrime como una de las principales cartas del kirchnerismo de cara a los comicios presidenciales.
La impresora en turbo, aumenta la cantidad del circulante y pone presión sobre la cotización de la divisa norteamericana.
Una primera mirada nos dice que las reservas del Banco Central (el principal actor en esta pulseada) están en US$ 31.470 millones, casi US$ 4.000 millones que un año atrás.
Ahora bien, si hilamos más fino y vemos el análisis del ex titular de la entidad, Martín Redrado: “hay que restar US$ 3.100 millones (equivalentes a 19.000 millones de yuanes) que no se pueden utilizar para transacciones comerciales ni financieras porque el yuan no es una moneda convertible en el mundo. Unos US$ 1.000 millones que están depositados en el Banco de Francia y luego los US$ 1.500 millones que se les han pagado a tenedores de deuda, pero que por problemas legales en Nueva York no han salido de la Argentina. Si a eso se le restan los depósitos en dólares de las empresas en los bancos de nuestro país, llamados ‘argendólares’, son otros US$ 7.200 millones. Y hay que restar otros US$ 5.000 millones, que es la deuda con los importadores. Todo esto se está contabilizando dentro de las reservas y nos da un total de US$ 15.000 millones, cuando nosotros en 2010 las dejamos en US$ 50.000 millones líquidas, contantes y sin ningún tipo de maquillaje”.
Precisamente, según la consultora Analytica, son US$ 15 mil millones los que debandará el sector público para enfrentar los compromisos pendientes.
“Teniendo en cuenta que en un mundo sin muchas oportunidades de inversión y que el rendimiento de los bonos argentinos es tentador, la apuesta oficial parece ser una nueva emisión de deuda. Si logra su cometido la pax cambiaria tendría mucho más sustento e incluso se podría pensar en una relajación de los controles”, agrega la consultora.
Como inversor, te sugiero que sigas esta dinámica de cerca.
Un fuerte abrazo.
FUENTE: Publicado en el Inversor Global - Newsletter semanal - enviado por mail
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