Por Moises Serrano - @Bolsasymercados
¿Cuál es el motor que nos impulsa, esa necesidad imperiosa de tener acceso a los sistemas de pago que nos permitan cada vez negociar y comerciar con más individuos, esa tendencia ya natural interiorizada en el hombre que hace que busque la forma de alcanzar más sitios, esa naturaleza hiperexpansiva, el ansia de ser global, de llegar donde antes no podía? En materia económica eso ha sido un motor muy importante los últimos siglos.
De todas formas retrocedamos hasta llegar al momento en el que nos encontramos ahora, experimentando la revolución tecnológica resultante de las criptomonedas aún queda tiempo, pensando un instante.
Las “anotaciones” mentales
En primer lugar, al principio de todo, cuando todavía eramos poco más que primates con un poco de conciencia, mientras vivíamos en la suerte de microsociedades existentes en aquel entonces, cuevas, refugios… nuestro antecesor aprendió que era útil intercambiar servicios, dado que nuestra productividad podía verse reducida por múltiples motivos, lesiones, enfermedades, inclemencias de la naturaleza, períodos de escasez o incluso también, la mala suerte.
Esto nos llevó a darnos cuenta que haciendo favores a miembros de nuestra “sociedad” podíamos desarrollar una especie de sistema contable mental (o conciencia del deber o la#Deuda, llámenlo si prefieren), cuando realizabas un “favor” a un miembro de tu comunidad, estos favores tendían a ser devueltos en un futuro. Así si un día la caza o la recolección se había dado mal y otro compañero había tenido un día más afortunado, este compartía su comida con el menos afortunado. Luego cambiaban las tornas y era devuelto el favor en el sentido opuesto compartiendo aquello de lo que se dispusiera ante la necesidad de alguien que había prestado ayuda con anterioridad.
De este modo nace, por así decirlo, el primer sistema de anotación contable en la historia, “anotando” así mentalmente que miembros han hecho anteriormente algo por el sujeto, sabiendo éste que cuando sea necesario deberá ser “devuelto” el favor, y que miembros le “deben” algo al sujeto, sabiendo que podrá acudir a ellos cuando la ocasión lo requiera.
Como podemos imaginar, este sistema es útil y funcional cuando se pone en práctica sobre un grupo relativamente reducido de individuos. Dada la ineficiencia de “anotar” mentalmente hasta más allá de ciertos límites, el ser humano en su inexorable avance hacia la globalización, el comercio y su necesidad de obtener recursos escasos tuvo que dejar el sistema de anotaciones mentales para reducidos grupos personales de individuos y para realizar transacciones más allá de su zona de “confort” con otras tribus/cuevas, se vio obligado a recurrir a nuevos métodos para el intercambio.
El trueque
El trueque fue la siguiente herramienta comercial para que las personas pudieran satisfacer sus necesidades, obviamente, las “anotaciones” mentales funcionan bien cuando la cantidad de miembros de un mercado es mínima y además existe cierta confianza entre ellos. En el momento en el que pasas a realizar transacciones con alguien de fuera de tu “círculo”, no puedes confiar en que esa persona vaya a estar ahí cuando necesites de vuelta el “pago de la deuda” contraída mediante el sistema de “anotaciones” mentales.
Aquí es donde entra en juego el trueque. Este solventa el problema de la necesidad de confianza dado que la transacción de un bien se lleva a cabo fijando el precio en relación con otro bien, se da unintercambio entre bienes en las proporciones que las partes estimen oportunas. Al haber un intercambio en el momento de la transacción ambas partes reciben lo que estiman como “un precio justo” por sus bienes transferido sin la necesidad de tener que confiar en la otra parte.
Si bien el trueque era ciertamente un sistema más escalable y eficiente que el hecho de llevar notas mentales, seguía siendo un sistema muy limitado y precario. Había bienes que al fraccionarlos perdían valor, otros imposibles de fraccionar, problemas para ponerse de acuerdo acerca de en qué otro bien iba a tomarse como referencia en el precio del bien objeto de comercio.
Sin duda el mayor problema del trueque es que para un mercado con N número de bienes se necesita N^2 (NxN) precios, esto, en un mercado con 10 productos nos daría un total de 100 precios diferentes. A priori puede que no parezca algo tan grave, pero imaginemos un mercado con 1.000 productos, en él tendriamos 1.000.000 de precios de referencia distintos, un verdadero calvario el tener que actualizarlos o tener que llevar un registro de todos ellos. Luego continuarán llegando otros medios para que las personas vean incrementadas sus facilidades para obtener los recursos necesarios para su desarrollo sin necesidad de realizar un intercambio complejo y muchas veces ineficiente, los bienes de uso común, las piedras y metales preciosos y más tarde al papel moneda.
[Continará en “Historia de los sistemas de pago hasta Bitcoin (Parte 2)”]
FUENTE: https://puertofinanzas.com/articles/historia-de-los-sistemas-de-pago-hasta-bitcoin-parte-1#.VRXMvvmUdqU
ENVIADO DESDE PUERTO FINANZAS
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