Se terminó la barata del Gobierno en los grandes supermercados
Cronista.com
Buenos Aires¿Se acuerda de cuando era posible comprar el kilo de pan a $ 2,50, auspiciado por el Gobierno? El problema es que era muy difícil de conseguirlo: había que ir al supermercado apenas abriera. Encima, sólo daban un kilo por persona, que con el transcurrir de los meses bajó a 500 gramos, y luego a ocho pancitos, que no llegaban al medio kilo.
Desde el 31 de diciembre, cuando se acabaron los subsidios a la harina por parte del Gobierno, como informó El Cronista a principios de enero, directamente desapareció. Ahora, para conseguir un kilo de pan hay que pagar $ 13.
Había un fondo de 30.000 toneladas de harina subsidiada al 40%. Y el que recibía esa harina, estaba obligado a vender el pan a precio oficial, revela un supermercadista.
Con el pollo sucedió algo similar. Se vendía a $ 6 el kilo con menudos, luego subió a $ 8, pero sin menudos, con lo cual el impacto no era tanto, pero a fin de año el Gobierno le quitó los subsidios y ahora sale $ 10 el kilo, con menudos. El aumento tiene su razón de ser, ya que en Mataderos el cajón de 20 kilos se vende a $ 140, lo que da $ 7 el kilo.
Las baratas que impulsó el Gobierno fueron desapareciendo con el tiempo, al punto de hoy son inexistentes muchos de los productos que promocionaban ¿Recuerda las papas a $ 1,40 el kilo, las manzanas a $ 3 o los tomates a $ 3? Cuando este cronista fue a las distintas cadenas en busca de esos preciados trofeos, el encargado de la verdulería se le rió en la cara y fue tajante: No pibe, eso hace mucho tiempo que no están entregando, dijo. En el Mercado Central donde se puede conseguir la fruta más barata del país la manzana deliciosa se cotiza a $ 8 el kilo.
En las góndolas también hay una escasez de productos comunes, de todo tipo, desde limpieza hasta de almacén. Por ejemplo, las lavandinas tradicionales ya no las entregan más: ahora sólo hay concentradas o premium, cualquiera sea la marca, desde Ayudín hasta Querubín.
En las mantecas, una marca líder como Sancor ya dejó de hacer las comunes (La Serenísima lo había abandonado antes), que costaban $ 4 los 200 gramos, y ahora le agregan vitaminas D y E, con lo que las cobran el doble. Con las leches pasa lo mismo: ninguna de las dos marcas hace la común. Todas tienen calcio agregado, extra calcio, o son fortificadas con hierro. Así, las pueden cobrar más de $ 4 el litro. Hasta el año pasado, La Serrenísima tenía un dulce de leche de 400 gramos, el Actual, que salía $ 4, pero ahora cambio el packaging y el precio y cuesta igual que todos: casi el doble.
Con el azúcar ocurre algo similar: es difícil encontrar un paquete común de de Ledesma o Chango que salían $ 4, ahora las góndolas exhiben solamente las refinadas que cuestan $ 7 el kilo. Además, otro punto es que la Secretaría de Comercio Interior que dirige Guillermo Moreno viene trabajando desde hace más de tres años con un esquema de clasificación de todos los productos y marcas en tres categorías: masivos para los cuales las subas autorizadas no superan el 3,5%; selectivos con un tope fijado en el 7%, y los premium, para los cuales el incremento máximo se ubica en 9%.
De ahí que las marcas hacen mayor hincapié en la producción de productos premium.
Con los alimentos pasa lo mismo que con la nafta. Si vas a una estación de servicio, la común ya no existe, gracias si conseguís la súper, porque todas son premium, cuenta el director de un supermercado.
FUENTE:Publicado en www.cronista.com
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