sábado, 18 de febrero de 2012

La industria pierde con el boom de los feriados

CRONISTA:COM

Por Joaquín Garau y Jorgelina do Rosario

 Nos conocemos porque tramitaste el DNI o el nuevo pasaporte con nosotros. Ahora queremos que planifiques mejor tus días de descanso... Por decisión de la Presidenta desde el Gobierno fomentamos fuertemente el turismo interno...”. El poco ortodoxo mail del Ministro del Interior, Florencio Randazzo, llega a todos y cada uno de quienes hicieron sus trámites. ¿El objetivo? “Que planifiquen unas minivacaciones con tu familia”. La apuesta para capitalizar políticamente la estrategia no es menor. Este año hay dieciocho feriados nacionales. Y, más importante aún, 11 fines de semana largo. Todo un récord para un calendario 2012 que promete ser fuerte para el turismo. Incluso más fuerte que el de 2011, ya que el 27 de febrero sorprenderá a los argentinos con el feriado de creación de la bandera. El año pasado, la nueva ley de feriados le dio un empuje al sector, que protagonizó un incremento del 78% en los feriados con respecto a 2010. A su vez, los fines de semana largo aumentaron un 8%, según datos de la Cámara Argentina de Turismo (CAT). 
Lo cierto es que la actividad turística está pasando por un buen momento. El último año, cada día de feriado significó un gasto de turistas estimado en $ 110,52. Si a ese número se lo multiplica por los 3,5 días de estadía promedio que se asumió durante los feriados de mayor duración (carnaval, puente del día de la Memoria, Semana Santa y el puente de Concepción de María), un turista gastó $ 386,82 por cada fin de semana largo, de acuerdo a cálculos realizados por el Centro de Investigación y Desarrollo del Turismo de la Universidad de San Martín (Unsam). El gasto total fue de $ 2295 millones. 
En el último puente de 2011 (del 8 al 11 de diciembre) la CAT calculó que la costa atlántica, las sierras de Córdoba, Iguazú, Tandil y Concepción del Uruguay fueron los destinos preferidos, pues tuvieron más del 80% de ocupación promedio. "Existe una tendencia mundial por la que la gente empieza a viajar más en períodos cortos. Los feriados largos se destacan por la movilización interna y eso ayuda a desestacionalizar el turismo", indica Daniela Thiel Ellul, coordinadora del centro de la Unsam.

Beneficiados vs. perjudicados 
El turismo, en principio, es el gran ganador de la economía local. Con gastos que llegan a casi $ 3000 millones tan sólo en los fines de semana largos, la tendencia muestra que el nuevo calendario jugó en pos de la movilización interna. Para Ramiro Castiñera, de la consultora Econométrica, el turismo resulta positivo en la economía porque la creación de empleos tiende a distribuir la riqueza. "Es una de las industrias que más dólares genera. La soja genera u$s 17.000 millones, las exportaciones del complejo automotriz son casi u$s 10.000 millones. El turismo es positivo en el neto, porque entra más gente de la que sale", asegura el economista. 
Según datos de sectoresonline.com, tan sólo los hoteles y restaurantes participaron en un 2,4% del PBI en 2011, un total de $ 10.213 millones. "El extranjero que viene a la Argentina gasta por día unos u$s 200 promedio. El turismo interno, en tanto, gasta entre $ 200 y $ 300", añade Castiñera. En la misma sintonía, el turismo aporta un 7,29% del PBI, según la Cámara Argentina de Turismo. 
Como una distribución de negocios hacia el sector turismo y "similar al de poner medidas proteccionistas a la industria". Así define el aumento de feriados Fausto Spotorno, director del área de Research de Orlando Ferreres & Asociados. Pero advierte que en "muy contadas ocasiones" esta medida podría generar más actividad económica, porque, en general, tiene el efecto de retirar recursos de la industria y pasárselos al sector turismo. Para el especialista, el aumento de los feriados debe ser considerado como un crecimiento de la productividad laboral, al igual que los incrementos salariales. Con todo, la industria parece ser el sector más golpeado por los feriados. "Me pregunto qué pensará el comerciante o el empresario que tiene que pagar los sueldos de trabajadores que no produjeron ese día. Los trabajadores independientes que no pudieron trabajar, ¿se sentirán más ricos? Me animaría a decir que no", dice Aldo Abram, director de la Fundación Libertad y Progreso. En la misma línea, Spotorno asevera
que "no hay estudios serios sobre el impacto en la actividad económica argentina". Por su parte, Thiel Ellul aclara que la medición económica del turismo resulta complicada, porque "toca muchos sectores" de la economía. "Uno de los principales problemas del turismo es la estacionalidad. Los investigadores del centro fueron sondeando y se dieron cuenta de que el impacto fue positivo en el comercio, pero no tanto en la industria", dice la especialista, aunque reconoce que "no hay datos certeros de la medición".
"Más allá del beneficio puntual de un sector que se ve favorecido porque una porción menor de los que dejan de trabajar ese día gastan en sus productos o servicios, la realidad es que la producción del conjunto del país se reduce respecto a lo que hubiera podido ser", sostiene Abram. Para el economista, la mejora de la economía es la que permitió que el argentino se pueda tomar más vacaciones. "Hay más demanda en el sector", puntualiza.
El hecho de que el calendario de feriados se defina de forma anticipada es, para Castiñera, una manera de que la industria anticipe su trabajo y pueda ajustar su nivel de actividad semana tras semana. "La producción de bienes se puede anticipar, pero cuando se ofrece un servicio que no depende del turismo, es más difícil recuperar la plata", diferencia. Una cochera que no se alquila en Capital Federal y almuerzos que no encuentran su comprador en el Microcentro son algunos de los ejemplos que propone Castiñera. Sin embargo, aclara: "En los servicios, los feriados pueden jugar en contra, pero no van a dar vuelta el ejercicio".

¿A contramano del mundo?
Así como en la Argentina los feriados y los fines de semana largo se multiplican, en Europa la tendencia parecería ser a la inversa, lo que genera la duda sobre quién está yendo a contramano del mundo.
Países como Portugal y España comenzaron con su reacomodamiento de días de asuetos y puentes, mientras que en otros la idea está latente. La intención que se puede vislumbrar es la de lograr una mayor cantidad de días laborales y así aumentar la productividad. Sin embargo, los especialistas están divididos sobre los beneficios reales que traerán consigo las medidas de ajuste del calendario.
El primer país que modificó su almanaque fue Portugal, que, a finales de diciembre, realizó una reforma laboral que golpeó fuertemente los días de ocio de sus habitantes. El acuerdo entre el Gobierno y la Unión General de Trabajadores (UGT) incluyó la reducción de los días festivos de 13 a 9. De esta forma, se eliminaron cuatro días feriados: dos religiosos y dos civiles. Mientras tanto, los días puente quedaron a merced de cada empresa, que decidirá si serán laborales o no. Todo esto se coronó con la decisión de que las vacaciones no superen los 22 días.
En el mismo sentido se expresó el presidente español, Mariano Rajoy, quien en su discurso de toma de mando manifestó su deseo de reacomodar los días libres de los españoles y llevar los feriados a los días lunes, con el objetivo de derribar los puentes. En caso de llevarse adelante, España eliminaría cuatro días puente y contaría con 14 feriados nacionales. Aunque todavía no se definió qué sucederá con las fiestas regionales, que agregan días no laborales a los calendarios de las diferentes comunidades.
Al parecer, el motor de la idea fue la Canciller alemana, Ángela Merkel, quien durante un acto partidario aseguró: "No podemos tener un divisa común y que unos tengan muchas vacaciones y otros muy pocas. A la larga eso no funciona".
Diego Giacomini, economista jefe de la consultora Economía y Regiones se refiere a este puntapié inicial: "Europa tiene una competitividad muy diferente. No tiene que ver la competitividad de España con la de Alemania. Justamente, uno de los grandes problemas de ese continente es que hay una política monetaria para todos los países sin considerar esa diferencia. Entonces, si los españoles sacan feriados, están tratando de producir más, pero no es lo mismo que ganar competitividad". Aunque, de todas formas, sostiene que los gobiernos europeos no pueden quedarse solamente con un cambio de días para palear la crisis. "Es como curar el cáncer con penicilina, no existe", afirma, y considera que, por el lado de los beneficios de fondo, "no aporta nada".
En otro sentido, Gustavo Cardozo, analista internacional y miembro investigador del Centro Argentino de Estudios Internacionales (CAEI), destaca que la propuesta de Merkel apuntó a los socios mediterráneos como Grecia, España y Portugal con el objetivo de eliminar las disparidades en cuanto a los días libres en todo el territorio europeo. "Estas medidas son acordes con las circunstancias. Europa puede llegar a verse resquebrajada en su sistema económico-financiero, donde la crisis griega puede generar un efecto dominó sobre el resto de las economías y no sólo el turismo se verá perjudicado, sino todo el sistema de vida europeo", asegura, y vaticina: "La iniciativa podría llegar hasta el resto de Europa, asumiendo que países como Austria y Suecia igualan o incluso superan a los países mediterráneos si se tiene en cuenta el cómputo total de días de vacaciones y festivos y los calendarios locales de cada región". Al respecto, cabe destacar que en el tema de vacaciones la legislación germana establece 20 días como mínimo, contra los 25 de Grecia y los 22 de España y Portugal, economías de las más afectadas por la crisis internacional.
Entonces, ¿hay que pensar que la Argentina va por el camino correcto y la tendencia de derribar puentes en Europa está equivocada?
Si se pone el ojo en América se verá que hay países que eligieron la misma ruta que la Argentina y la cantidad de días feriados se encuentra en línea con los nacionales (ver recuadro). Aunque otros, como Estados Unidos, mantienen su calendario rígido, con 10 feriados. Sin embargo, si comparamos el almanaque nacional con las decisiones europeas las miradas vuelven a ser disímiles. El analista y politólogo Claudio Fantini señala: "Lo que busca Europa es bajar los costos de producción para darle más competitividad a la economía. Esto tiene como contraindicación a los días feriados, que generan un movimiento en una parte de la economía". Así, diferencia que en países como el nuestro "hay una parte de la economía que se estimula con los días feriados, pero hay un aumento de costos de producción y una menor competitividad industrial". Y detalla: "En la Argentina usamos esa contraindicación y Europa queda a contramano". A su vez, Cardozo insiste con diferenciar la situación que se vive en Europa con la de la Argentina, pero advierte que "habría que prever cómo va afectar esta situación en Europa el alto ingreso de turistas de dicha región a nuestro país, y las divisas que eso significa para nuestra economía". 

FUENTE:Publicado en www.cronista.com

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