domingo, 2 de marzo de 2014

Chequeando a CFK

El edificio es imponente. Una sucesión de columnas protegen el frente y sendas rampas a diestra y siniestra lo bajan a tierra. Se trata de la Facultad más grande del país, la de Derecho de la UBA, en cuyo Salón Verde un equipo multidisciplinario de especialistas en distintas ciencias, la mayoría de ellas sociales, se ha dado cita, fuera del horario académico, para chequear el discurso de apertura de sesiones del Congreso, pronunciado por la Presidenta. 
Tal y como ellos mismos se presentan “Chequeado.com, el proyecto principal de la Fundación La Voz Pública, es un sitio de internet no partidario, que tiene como finalidad hacer un cotejo informativo de las declaraciones de políticos, economistas, empresarios y personas públicas, medios de comunicación u otras instituciones formadoras de opinión”. 
Llego a las 11 de la mañana a la convocatoria y lo primero que me sorprende es el crisol de formaciones y la predisposición desinteresada de un grupo de entre 30 y 40 personas que aunque destacan en sus profesiones, ayer decidieron sacrificar un sábado en familia para dedicarlo a ayudar a construir una democracia mejor, porque desde que este proyecto se puso en marcha, los políticos y personalidades públicas piensan dos veces antes de abrir la boca y pronunciar un dato.
Clima especial
A las 12 del mediodía todo es ansiedad y con una mezcla de excitación y fiesta, Cristina se abre paso en el trayecto que la separa del Congreso, ingresa al edificio del techo de cobre, y se acomoda en la silla del Presidente de la Cámara.
Los números empiezan a brotar como agua de un manantial y el operativo se pone en marcha.
Una pizarra va completándose de “post-its” divididos por temática y la sinergia de los presentes conduce la búsqueda de datos de manera autorganizada, cooperativa y espontánea.
“La economía ha vuelto a crecer”. “Este es el período más virtuoso de crecimiento económico de la historia”. “Argentina tiene el mayor gasto social de la región”. “El Banco Mundial destaca la reducción de la pobreza”.
Esas son algunas de las declaraciones con las que Cristina Fernández empieza su discurso. 
No dice, por supuesto, que buena parte del supuesto crecimiento es producto de la creatividad aritmética del INDEC, ni que el período de mayores cambios en el PBI se divide en rigor en un antes del 2008, cuando la economía volaba a tasas chinas, y lo que vino después, puesto que desde que ella ocupa el Sillón de Rivadavia el crecimiento ha sido modesto, como lo demuestra una reciente investigación de Ariel Coremberg, de la UBA, quien recalculó los datos de PBI volviendo a usar la metodología que históricamente siguió el organismo hasta que fue intervenido en 2007. 
Tampoco menciona que los datos de pobreza del Banco Mundial están contaminados del mismo virus, puesto que este organismo no produce datos propios de precios de canastas alimentarias, sino que usa los del controvertido Instituto Nacional de Estadísticas. 
Para muestra basta un botón; mientras que según el INDEC un adulto mayor puede comer por 254 pesos mensuales, esa misma canasta, valuada a los Precios Cuidados del Gobierno, cuesta $792, incluso tomando para su cómputo los de peor calidad de cada rubro. 
Luego llegó el turno de los clásicos. La Presidenta dijo que se crearon 6 millones de puestos de trabajo desde el 2003, que el PBI industrial creció 106% y que fuimos el único país que no reprimarizó su comercio mundial porque las exportaciones de manufacturas de origen industrial (MOI) crecieron en el ínterin.
Números oficiales
Sin embargo los propios números de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) la contradicen, puesto que la tasa de empleo en el 2003 era de 38,2% y el porcentaje de las personas que trabajaba en el 2013 ascendió al 42,9%. Aún asumiendo que esos números pudieran proyectarse a toda la población (la EPH sólo releva los aglomerados urbanos de más de 100.000 habitantes), cuando se multiplican esos porcentajes por la cantidad de habitantes de esos años, la creación de empleo resultante es de 3.939.024 y la gran mayoría de esos puestos se crearon antes que ella asumiera.
Lo mismo sucede con la producción industrial. Cuando uno toma las series de productos a precios constantes que publica el INDEC, el PBI de ese sector creció 86,9% desde el 2003, por debajo del 88,9% que se expandió el promedio de la economía, y muy por detrás del 248% que aumentó el producto del sector financiero; el gran ganador de la década.
Exportaciones
Es verdad que en materia de comercio exterior las exportaciones de manufacturas de origen industrial (MOI) crecieron, medidas en cantidades, un 96% desde el 2003, pero en los diez años anteriores, las ventas de esos productos a terceros países subieron un 124%, lo que sin dudas muestra que se trata de un fenómeno estructural que tiene poco que ver con las políticas implementadas, siendo más bien el resultado de la natural evolución del Mercosur.
Por último, la primera mandataria comparó peras con manzanas cada vez que se refirió a cuestiones salariales, puesto que es obvio que dada la altísima inflación acumulada en estos últimos 10 años, no son lo mismo $1.000 de un salario del 2003 que $1.000 de uno del 2013. 
Correspondía convertir los números a valores reales, ajustándolos por inflación, pero claro, ello habría desnudando la mentira de un índice según el cual los precios en Argentina solo suben 10% por año.
En síntesis, CFK no mintió; exageró sistemáticamente en muchos de los números que dio, y efectuó comparaciones engañosas usando valores nominales sin ajuste por inflación.
FUENTE: Publicado en Diario Democracia -  http://www.diariodemocracia.com/notas/2014/3/2/chequeando-77112.asp

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