Recuerdo un día cuando en las
Naciones Unidas el extinto señor presidente de la nación, en un discurso muy
vehemente, nos dijo a todos los argentinos que la señora Hebe de Bonafini era
la madre de todos los argentinos, es decir…”nuestra madre” y se armó un lío
bárbaro porque muchos ,hasta se hicieron el ADN para intentar cotejar los datos
genéticos con la señora, pero pasó el tiempo y ahora resulta que desde la residencia de Olivos, la
señora presidente de todas y todos los argentinos, nos dice por cadena nacional,
que Ella es la madre de todos nosotros.
Que trauma Dios mío, ahora no
sabemos a ciencia cierta quién es nuestra madre y vamos por la vida buscando
nuestra propia identidad. ¿Será la que nos dio la vida?...¿La que nos crió? La que
desde el vientre cobijó nuestros cuerpos y nos marcó el camino a recorrer?
De algo estamos seguros y es que
Máximo y Florencia (los otros hijos de
nuestra Madre)deben estar muy enojados con el proceder de su Mamá porque una
vez que comprobemos la veracidad de las palabras presidenciales, estaremos ante
una situación más que complicada para su familia…y plena de felicidad para el
resto… ya que si es cierto que existe un patrimonio económico acumulado desde
hace muchos años logrado con el “esfuerzo del trabajo” y no sabemos aún cuál es
el monto, comenzará un largo peregrinar por Tribunales de todo el país tratando
de reclamar la parte que nos corresponde a cada uno de nosotros, obviamente sin
perjudicar a nadie.
Mientras tanto, deberemos ir
preparando (Psicólogos mediante) a nuestras respectivas actuales Madres, las
que conocemos hace muchos años, para que entiendan que hubo un problema, que la
Partera nos cambió en la Maternidad por un error involuntario, que nos
parecemos pero eso no prueba nada, que a Papá no lo engañó con otro hombre y
cuantas cosas más que vamos a descubrir con el avance de las investigaciones.
Esta ironía, desprovista de toda
falta de respeto hacia la investidura presidencial, nos trae de vuelta a la
realidad y ubica en un contexto que solo es comparable al que protagoniza
alguien que quizá sienta algún cargo de conciencia (¿) y por todos los medios
intenta revertirlo con palabras de ternura hacia una sociedad que ya a esta
altura está bastante curtida por tantos golpes recibidos sin poder devolver
ninguno.
Siento un gran respeto por la
señora presidente y la inmensa legión de ciudadanos que depositaron la
confianza con su voto para que gobierne a nuestra Argentina de la mejor manera,
pero escucharla en un momento en el que tres millones de niños no asisten a la
Escuela por un grave y político conflicto social, hablando del alfajor Fantoche
e inaugurando una obra de ampliación en el aeropuerto que utilizará seguramente
un porcentaje muy pequeño de argentinos dado el poder adquisitivo del resto, me
permite al menos decir que algo no está bien o cada día nos vamos acercando mas
a la puerta del horno y falta que alguien nos dé un empujoncito nada más.
Para finalizar en lo que a mí
concierne, mi Madre jamás insultó a ningún vecino, no se quedó con dinero
ajeno, no formó un ejército de “mis muchachos” y siempre supo donde había
nacido, cómo y con cuanto había vivido para sobrevivir en este valle sin
renegar de nada ni de nadie, máxime habiendo nacido y vivido en la misma Ciudad
donde llegó al mundo nuestra Mandataria y muy cerca también la señora Hebe, lugar
donde en aquellas épocas todos se conocían porque otras eran las costumbres y
no había tantos medios de comunicación, por ende el boca a boca era más eficaz
que leer un Diario a la mañana siguiente.
En mi Barrio somos pocos y nos
conocemos mucho…¿Y en el suyo?
“El único vicio que no puede perdonarse es la hipocresía. El
arrepentimiento del hipócrita es de por sí la hipocresía” William Hazlitt
(*) Ricardo Bustos (DNI 7788556) - Capioví . Misiones
ENVIADO POR SU AUTOR
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