domingo, 1 de enero de 2012

CIENCIA

Una tormenta catastrófica
La Gaceta Mercantil.com
El cielo se cubre de impresionantes auroras color rojo sangre. Las brújulas pierden la orientación, los GPS se desconfiguran, las redes eléctricas y de telecomunicaciones se colapsan y todo queda a oscuras.
Lo que parecería ser el argumento de una película de ciencia ficción es, en realidad, el efecto que provoca una tormenta solar, un fenómeno que se produce una vez cada cien años y que está previsto que vuelva a ocurrir en 2013.

En las últimas semanas, la Comunidad Europea (CE) advirtió sobre el riesgo "creciente" de que se produzca un evento tecnológico de dimensiones "catastróficas" y la Agencia Espacial norteamericana (NASA) estimó que sus efectos serían veinte veces más devastadores que los del huracán Katrina.

Sin embargo, los expertos en gestión del riesgo sostienen que hay "demasiada incertidumbre" sobre el tema y sobre las probabilidades ciertas de que se produzca uno de estos eventos.

Advertencia europea. De acuerdo con un informe de la Comunidad Europea (CE), una tormenta solar podría afectar las redes eléctricas y de telecomunicaciones, la navegación por satélite, la banca, los medios de comunicación y los transportes aéreos y marítimos, y por ese motivo quiere alertar con tiempo suficiente a la población, a los gobiernos y a las empresas.

El fenómeno se produciría en 2013, cuando se registre el máximo de actividad solar, y por eso ya se puso en marcha en Estados Unidos el "Space-Weather Awareness Dialogue", que se dedicará a diseñar políticas de prevención y mitigación del impacto de la tormenta solar.

La CE cree que no hay que perder tiempo y se deben comenzar a elaborar los protocolos de respuesta a una eventual crisis tecnológica producida por una tormenta solar y probarlos antes de que sea demasiado tarde.

El Observatorio del Clima Espacial de la Asociación Española de Protección Civil para los Eventos Climáticos Severos y la Prevención Nuclear coincidió en la necesidad de incluir el clima espacial dentro de la lista de riesgos emergentes para aumentar la comunicación de peligros y riesgos asociados, y mejorar la preparación para enfrentarlos.

Qué son las tormentas solares. Cuando se prodice una tormenta solar, una lluvia de partículas de alta energía golpea la Tierra provocando apagones y todo tipo de disturbios eléctricos.

Pero según la NASA, el fenómeno puede ser previsto con el tiempo suficiente como para tomar medidas que minimicen sus efectos.

De acuerdo con la estadísticas, cada cien años se registra una tormenta solar lo suficientemente fuerte como para teñir los cielos de la Tierra con impresionantes auroras color rojo sangre y provocar una serie de fenómenos paralelos, ya que afecta el funcionamiento de brújulas y satélites, produce apagones, interfiere con las redes de telecomunicaciones y afecta a casi todos los equipos electrónicos de uso cotidiano.

En 1859 ocurrió el denominado "evento Carrington", una enorme tormenta solar que interrumpió el tráfico telegráfico de Europa y América del Norte e incluso incendió algunas de sus oficinas. El fenómeno comenzó a observarse el 28 de agosto y tuvo su pico de intensidad el 1 y 2 de septiembre.

El 13 de marzo de 1989 otra tormenta geomagnética dejó durante nueve horas sin energía eléctrica a toda la provincia canadiense de Quebec, y se dañaron transformadores en Quebec, Nueva Jersey, y Gran Bretaña, registrándose más de 200 anomalías en la red de distribución eléctrica de varios países.

En octubre de 2003, las llamadas "tormentas de Halloween" provocaron apagones en varias zonas del sur de Suecia y en varios países de África.
Previsiones para el 2013. La Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos advirtió que si en la actualidad se produjera otra tormenta solar "importante", se producirían apagones generalizados de electricidad e incluso se dañarían muchos de los transformadores principales utilizados en las redes de distribución. Además, afectaría a los teléfonos celulares, GPS y todo tipo de dispositivos electrónicos.

Para evitar esto, la NASA trabaja en un proyecto llamado "Solar Shield", para alertar a las empresas distribuidoras de electricidad de América del Norte sobre la posibilidad de un evento de estas características con el tiempo suficiente para que desconecten sus sistemas en forma preventiva.

La falla que se puede producir en las redes se debe a un efecto conocido como GIC ("Geomagnetically Induced Current", o "corriente inducida geomagnéticamente") que significa que cuando la nube de partículas solares que se generan durante una tormenta solar golpea el campo magnético del planeta, provoca una especie de temblor en él.

Esas vibraciones magnéticas inducen corrientes en todas las regiones de la atmósfera, sobrecargando circuitos, interruptores y -en casos extremos- derritiendo las bobinas de los transformadores eléctricos.

La responsable de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos, Jane Lubchenco, afirmó que "no es una cuestión de si (la tormenta solar) sucederá sino de cuándo sucederá y de cuán fuerte será".

Sin embargo, el director del Centro Conjunto de Investigación de la Comisión Europea, Stephan Lechner, pidió a los científicos y a la población en general que "no cunda el pánico", al considerar que "sobreactuar sólo serviría para empeorar la situación".

Lechner estimó que la mayor vulnerabilidad de la sociedad actual está dada por la alta dependencia de la telefonía celular y el GPS, sin el cual no sería posible la navegación marítima y aérea, ni la sincronización de las redes informáticas y los equipos electrónicos.

"El GPS nos ha ayudado pero también nos creó una nueva dependencia", señaló el experto.

En febrero de 2011 se registró la mayor erupción solar detectada en los últimos cinco años, que envió a la Tierra un enorme torrente de partículas de plasma cargadas a una velocidad cercana a los 900 kilómetros por segundo.

La erupción fue de la clase X, la más poderosa de la que es capaz el Sol: produjo espectaculares auroras y desestabilizó algunos sistemas de comunicaciones, pero sus efectos se limitaron casi exclusivamente a latitudes muy al norte del planeta.

Pero se espera para los próximos meses niveles cada vez mayores de actividad solar, lo que causaría un desastre sin precedentes, que podrían causar daños económicos veinte veces superiores a los generados por del huracán Katrina por su paso por Nueva Orleans.

Mientras que algunos especialistas aclaran que se puede hacer prevención, la NASA cree que gran parte del daño que podría provocar una tormenta solar podría ser mitigado con acciones que protejan los satélites o desconectando los transformadores. Para ello, distintas sondas de la agencia espacial proporcionan información precisa sobre lo que está sucediendo en el Sol y esperar el 2013.
FUENTE:Publicado en www.lagacetamercatil.com

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