jueves, 2 de febrero de 2012

Ahora tiembla hasta el Made in Argentina: se acabaron las "excepciones" y empresarios ya se preparan "para lo que viene"
Por Juan Diego Wasilevsky
iProfesional
En su batalla por garantizarse la mayor cantidad de dólares posible, el Gobierno está decidido en avanzar en su política de "sintonía fina" y "blindar" las fronteras al máximo.

El objetivo, como ya dejó bien en claro el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, es que a fin de año el superávit comercial se ubique por encima de los u$s10.000 millones.

Y el camino para lograrlo es extremadamente ambicioso: controlar el flujo de importaciones y evitar así que las compras de productos en el exterior "succionen" billetes verdes vitales para hacer frente a los compromisos que se irán presentando a lo largo del año y, además, limitar las tensiones sobre el tipo de cambio.

La batería de medidas oficiales ya está operando en múltiples frentes. El combo "anti-importador" está conformado por un complejo menú que incluye: declaraciones juradas anticipadas -que entraron en vigencia en el día de ayer- licencias no automáticas, "telefonazos" para patear pagos al exterior y hasta la obligación de enviarle mails a Moreno informándole qué se quiere traer desde afuera.

De hecho, hasta sucedió lo que resultaba previsible: en el primer día de entrada del régimen, colapsó la casilla del funcionario.

Además, desde hace dos semanas, y tal como informara iProfesional.com, la ministra de Industria, Débora Giorgi, y la secretaria de Comercio Interior, Beatriz Paglieri, vienen manteniendo sendas reuniones con cámaras empresarias para definir un nuevo "kit" de barreras a los productos importados.

El objetivo es que los industriales identifiquen cuáles son los artículos que necesariamente deben ser protegidos y cuidados de la avalancha importadora.

Claro que esta suerte de "cheque en blanco" que se le extiende a los empresarios locales viene con "letra chica": desde el Gobierno ya les advirtieron que, una vez que reciban la protección, estarán obligados a invertir, no aumentar los precios, sustituir importaciones, contratar más trabajadores, exportar, abastecer el mercado en tiempo y forma y evitar el giro de dólares al exterior.

Más allá de esta exigencia -que para muchos resulta hasta casi imposible de llevar a la práctica-, los industriales venían festejando la proliferación de medidas restrictivas, dado que el "cerrojo" les permitirá capitalizar el consumo interno y limitar la competencia importada, en un 2012 que se presenta más complicado que el año anterior en términos de actividad económica.

Sin embargo, el afán por aumentar el control de las importaciones y la "obsesión" oficial por cuidar los dólares está llevando el nivel proteccionismo al límite.

En efecto: según pudo saber iProfesional.com, en cada uno de los encuentros, Paglieri les informó a los industriales que ya no podrán gozar más de los difundidos regímenes de excepciones que actualmente permiten "saltar" el cerrojo a las importaciones.

En otras palabras: todos los empresarios que requieran insumos, componentes y hasta máquinas, ya no contarán con esta suerte de "fast-track" (una especie de vía rápida que hoy está vigente para facilitar el abastecimiento del "Made in Argentina) y, en consecuencia, deberán tramitar, de ahora en más, las temidas licencias no automáticas en el 100% de los casos.

¿Cómo funcionaba el régimen hasta ahora? Industrias consideradas estratégicas por el Gobierno, como la automotriz, la electrónica o la de línea blanca, contaban con un amplio listado de productos que podían ingresar al país prácticamente sin pedir permiso, dado que en su mayoría se tratan de componentes y hasta bienes de capital fundamentales para mantener en funcionamiento la industria nacional.

Cabe destacar que las constancias de excepción tenían una validez de entre 60 y 180 días corridos a partir de la fecha de su emisión y eran de carácter nominativo e intransferible. De este modo, según adelantó Paglieri, una vez que a una empresa se le caduque tal permiso, ya no podrá renovarlo más.

En buen romance: sin este régimen de excepciones, piezas y componentes vitales para armar autos, notebooks, heladeras o LCD, por sólo mencionar algunos casos, pasarán a caer bajo el sistema de licencias no automáticas, un régimen de permisos para importar que, como viene informando iProfesional.com, puede demorar más de 180 días hasta su aprobación.

Industriales se preparan "para lo que viene"
La noticia corrió como reguero de pólvora y las principales cámaras empresarias quedaron en estado de alerta, dado que prevén que se generará una suerte de "paradoja", ya que el "cerrojo" a las importaciones podría terminar impactando en la propia industria que se quiere proteger.

Para entender el verdadero alcance de esta medida, basta saber que actualmente, bajo el régimen de "excepciones" están ingresando al país autopartes, piezas para fabricar electrodomésticos, productos químicos, componentes para maquinaria agrícola y hasta prácticamente todas las partes que permiten ensamblar celulares, televisores, notebooks, netbooks y cámaras digitales.

No sólo eso: bajo esta suerte de "fast-track" también se facilitó, hasta ahora, la entrada de repuestos y accesorios de máquinas, necesarios y claves para llevar adelante prácticamente cualquier proceso productivo.

Julio Rodríguez, director de Grupo PROA, una de las principales cámaras que nuclea a los autopartistas, confirmó a iProfesional.com que "el Gobierno nos comunicó que se acababa el régimen de excepciones para todo tipo de productos, por más que sean vitales para la industria".

Para el directivo, "esto generará mayores problemas a los actuales. Especialmente en la industria automotriz, porque no podés esperar ni 180, ni 90, ni 60 días en recibir componentes. Con una demora de apenas unos días en una empresa autopartista, se puede frenar una línea de armado y esto termina paralizando a las terminales automotrices que dependen de esa pieza". 

Por su parte, el presidente de la Cámara Argentina de Máquinas y Herramientas (CARMAHE), Pedro Cascales, también confirmó a este medio que "ya nos avisaron que no entregarán más excepciones a las importaciones".

El directivo alertó que "el 90% de las máquinas y herramientas que se utilizan en el país provienen del exterior. Sólo el 10% de la demanda restante está abastecido por producción nacional".

Por su parte, Claudio Kramer, gerente de la Cámara Argentina de Industrias Electrónicas (CADIEEL) también confirmó que el Gobierno "ya avisó que no entregará más constancias de excepción" y que aquellos productos que estén alcanzados por las licencias no automáticas, a partir de ahora deberán tramitar el permiso correspondiente para poder ingresar al país.

El directivo consideró que este régimen hasta hoy resultaba clave para aquellas empresas que necesitan contar con insumos en tiempo y forma.

También es un recurso fundamental para poder ingresar "contrarreloj" un repuesto importado que no se fabrique en el país para así poder reparar una máquina.

"Habrá que tener cuidado con lo que son insumos para la industria y en no perjudicar el proceso productivo", alertó Kramer.

En este contexto, Raúl Ochoa, ex subsecretario de Comercio Interior consideró que es "preocupante que es sumamente que se eliminen las excepciones. Gracias a este sistema es que pueden funcionar sin grandes contratiempos las fábricas que producen maquinaria agrícola, electrodomésticos y autos. Un lavarropas, una heladera, un 0Km, obligadamente tienen componentes importados para los cuales no puede haber demoras de meses ni de semanas".

"Aunque un producto tenga sello argentino, las cadenas de valor de distintos sectores dependen de los insumos del exterior y muchos de ellos venían funcionando gracias a las excepciones al régimen de licencias no automáticas", alertó Ochoa.

Preocupación entre automotrices e industria electrónica
Con la caída del régimen de excepciones al "cerrojo", las más perjudicadas podrían ser las empresas electrónicas ubicadas en Tierra del Fuego y las terminales automotrices, dado que en ambos casos el nivel de componentes importados es muy elevado.

El directivo de una automotriz, que pidió estricto off the record, a la hora de evaluar el impacto de esta nueva iniciativa, aseguró que "hoy entre el 70% y el 80% de todo lo que importa la industria, que supera los u$s7.000 millones anuales, está ingresando al país con constancias de excepción".

"Hasta ahora hubo una empresa -Fiat-, que tuvo que parar por falta de componentes. La pregunta que nos hacemos es, a medida que vayan cayendo todas las excepciones que están vigentes, ¿qué va a pasar con la industria en general?", disparó.

El directivo alertó que, con la desaparición de estos permisos, "sólo nuestro sector tendrá que pasar a gestionar 30.000 licencias por mes. Esta cifra, dividida 22 días hábiles, implica que Paglieri tendrá que firmarnos un promedio de 1.360 permisos por día. El Gobierno nos dijo que iban a acelerar las aprobación y que iban a poner más gente a trabajar. Pero nuestra duda es si van a estar realmente en condiciones de hacerlo en las próximas semanas, cuando nos caduquen las primeras excepciones".

Cabe destacar que, para este año, las automotrices apuestan a fabricar cerca de 900.000 vehículos y que en el país, el 70% de cada auto está conformado por partes importadas.

En este sentido, Rodríguez, de Grupo PROA, recalcó que "hay autopartes que se fabrican en la Argentina y que pueden llevar un 40% de componentes de afuera".

"Un diferencial, una caja de cambios o un sistema de frenos tiene piezas importadas. Con que te demoren unos días la entrega de un insumo, pueden causar un problema muy serio y esto repercute en toda la industria", alertó.

Sin embargo, la preocupación excede al negocio de los 0Km.

Desde la cámara que nuclea a los fabricantes de heladeras confirmaron a iProfesional.com que para esa industria hoy resulta clave evitar el engorroso sistema de licencias no automáticas a la hora de contar con insumos.

"Nosotros el año pasado le entregamos a Giorgi un listado completo de los productos que no nos pueden faltar: motores, termostatos, caños de aluminio y cobre, aislantes de poliuretano... sin estos insumos no hay producción", dispararon desde la entidad.

De este modo, alertaron que "cualquier demora en el ingreso de estos componentes es preocupante. Tenemos poco stock y nos encontramos al límite. Si no llegaran a entrar insumos, las fábricas del sector estamos a días de parar la producción".

Cuidar los dólares, cueste lo que cueste
El control de las fronteras llegó a tal nivel que ocurrió lo que hace unos meses parecía impensado: la propia Unión Industrial Argentina (UIA) llegó a pedir que se suspendiera la entrada en vigencia de la última medida "anti-importación" (las declaraciones juradas).

El miedo de su presidente, José Ignacio De Mendiguren, era, justamente, que los excesivos requerimientos impactaran en la industria local.

Sin embargo, no sólo no se aplazó la implementación de las Declaraciones Juradas Anticipadas de Importación, sino que ahora se suma el fin de las excepciones.

Entre los industriales hay coincidencia en que la idea de eliminar esta suerte de fast-track es exclusiva de Moreno.

Y el objetivo no es más que forzar y acelerar el ritmo de sustitución de importaciones y así liberar más dólares a la economía.

"Moreno veía que las empresas de numerosos sectores estaban cómodas con este régimen de excepciones y que no tenían motivos para reemplazar los componentes importados con la urgencia que él pretendía. Con esto está claro que busca asegurarse una manera de meter presión a la industria en general", sentenció el directivo de la automotriz, que pidió estricto off the record.

El objetivo, en definitiva, es garantizar un piso de superávit comercial de u$s10.000 millones para que, tal como dijo el propio secretario de Comercio Interior, "la fiesta continúe".
FUENTE:publicado en www.iprofesional.com

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