Por Ruben Ramallo
iProfesional.comVeintitrés mil quinientos millones de dólares. Ese es el monto que habría salido del país a lo largo del 2011.
Una cifra lo suficientemente elevada como para convertir a la Argentina en una de las naciones con mayor drenaje de divisas en apenas un año, por debajo de Rusia, que lidera el ranking mundial, con u$s75.000 millones.
Para tener una idea comparativa, en ese país -cuya economía es seis veces más grande que la local- la demanda fue el equivalente a u$s520 por habitante, frente a los u$s620 comprados por los argentinos. Nada menos que casi un 20% más.
La cifra total genera aún mayor alarma si se realiza una mirada más amplia en el tiempo. En los últimos cuatro años se fueron más dólares (u$s72.000 M) que, incluso, el monto que tiene en sus arcas el Banco Central. Nada menos que una vez y media.
Tal magnitud de la fuga -vinculada con un dólar que se fue abaratando frente a la inflación y a los aumentos de salarios- obligó al Gobierno a modificar intempestivamente las reglas del mercado cambiario.
Sin embargo, el problema de fondo no sólo persiste sino que además tiende a profundizarse.
Hoy, resulta evidente que el control a la compra de divisas, bajo todas sus formas, llegó para quedarse.
De ahora en más, ¿cuál es el nivel de salida de dólares que se espera para 2012? "La cifra final ya no será decisión exclusiva de los inversores, tal como sucedía en el pasado. Será el Gobierno quien regulará el grifo, sumando mayores trabas, telefonazos y nuevas medidas", responde -off the récord- el directivo de un banco con acento español.
Y agrega que "este aparato de control cambiario que se montó para reducir la salida de divisas encuentra tres patas como andamiaje: la AFIP, el Banco Central y la Secretaria de Comercio, todos encolumnados bajo un mismo objetivo".
La "píldora" del día después
Las medidas para frenar esta sangría hacia el billete verde no se hicieron esperar. Llegaron el día después de las elecciones y han ido ganando en intensidad, conforme fue transcurriendo el tiempo.
El Gobierno, decidido a "todo"para frenar una fuga que -de mantenerse en los "viejos niveles"- lo iba a dejar en una situación de extrema vulnerabilidad comenzó a cerrar, una a una y en forma consecutiva, todas aquellas hendijas y ventanillas por donde se filtraban esos dólares que en otras épocas abundaban y luego comenzaron a escasear.
Así, en muy poco tiempo -transcurrida la quietud de las urnas- y apenas iniciado el proceso de "sintonía fina" del segundo mandato, el Ejecutivo avanzó en una docena de iniciativas, tras como lo resume el siguiente cuadro:
Esto, sin mencionar la aplicación de más barreras restrictivas (licencias no automáticas).
Como si fuese poco, falta aún "la frutilla del postre", que llegará en unos días: el aumento del arancel externo a su máximo permitido (35%) que afectará a cientos de artículos.
Todo estas medidas se han ido sucediendo en apenas un par de meses, lo que deja en clara evidencia el alerta que genera en el Ejecutivo la falta de billetes verdes.
Un tema al que incluso, tal como diera cuenta este medio, el propio Guillermo Moreno se encargó de ponerle cifras: "Las cosas son muy claras. Si el superávit comercial este año es entre u$s10.000 y u$s12.000 millones, el show puede continuar. Si estamos debajo de los u$s10.000 millones vamos a estar complicados. Y si quedamos por debajo de los u$s6.000 millones, olvídense".
La definición política del funcionario es bien elocuente: "Este Gobierno necesita dólares".
Por lo pronto, el actual contexto dio lugar a que desde la consultora dirigida por Carlos Melconian se establezca el siguiente "ranking de racionamiento de divisas":
A la hora de ponderar la importancia de cada una de las distintas medidas, existe consenso entre analistas para afirmar que las de mayor significancia serán las del férreo control a las importaciones, las limitaciones al giro de ganancias al exterior y -en menor medida- las restricciones a la compra por parte de los pequeños ahorristas.
Un piso difícil de perforar
Ante semejante batería de iniciativas, la pregunta que resulta inevitable es si el Gobierno finalmente logrará inflar su colchón verde.
En general, las analistas privados coinciden en que la dolarización de las carteras de empresas y particulares será sustancialmente menor a la registrada el año pasado.
En este sentido, desde la consultora Econviews, dirigida por Miguel Kiguel, estiman que podría reducirse a la mitad. Es decir, proyecta que rondaría los u$s12.000 millones. De ser así, se estaría volviendo a los niveles registrados en 2010.
¿Es para que el Gobierno respire aliviado? "Aunque cayera a esa cifra, igualmente es un piso de por sí elevado", apunta el directivo del banco español.
Para Hernán Lacunza, titular de Empiria Consultores y ex gerente general del BCRA, el monto esperado para este año "quedará entre medio del registrado entre 2011 y 2010".
Y es que -pese a los controles- los analistas destacan que existe un "piso estructural" que difícilmente pueda reducirse. Para Jorge Todesca, director de Finsoport, el mismo es del orden de unos u$s9.000 millones anuales.
El analista también destaca que la contracara de bajar la dolarización a la fuerza -sumando más controles y, por ejemplo, restricciones al giro de dividendos- es que habrá un menor interés de empresas por invertir en el país, conscientes de que luego remitir sus utilidades a casas matrices puede convertirse en una "odisea".
"No va a haber voluntad para ingresar capitales. Este tipo de políticas constituyen una estrategia totalmente defensiva por parte del Gobierno", destaca Todesca.
Ventanillas abiertas
Hay de por sí, otras "ventanillas" de fuga que el Gobierno podría controlar, si bien los expertos consultados las ven por ahora como muy lejanas.
Una de ellas está vinculada con el mayor monitoreo de los consumos efectuados en el exterior, habida cuenta de que -tal como diera cuenta iProfesional.com- el crecimiento en el número de argentinos que vacacionan fuera del país "succionan" una gran cantidad de divisas.
En este sentido, un informe del Banco Central remarca que entre enero y diciembre de 2011 el flujo de dinero en concepto de "viajes y turismo" fue un 52% superior al del mismo período de 2010.
La estimación de la temporada anterior es que los argentinos que vacacionaron fuera del país se llevaron unos u$s4.000 millones.
En la práctica, algunas voces hacen referencia a la aplicación de un "dólar turista"-por encima del oficial- para la cancelación de algunas operaciones, si bien fuentes consultadas cercanas al Gobierno desestimaron que se vaya a avanzar en este sentido.
Otro rubro al que podría echarle el ojo el Gobierno es el referido al "Pago de Servicios al Exterior".
"¿Qué forma existe de controlar, por ejemplo, la cancelación de un contrato por honorarios a una compañía que desarrolla programas de computación a varios países? ¿O, el vinculado con servicios de consultoría?, se pregunta, dando a su vez algunas pistas, un empresario con buena llegada al Gobierno.
Objetivo número uno
En esta nueva etapa de "sintonía fina", que alcanza también (y principalmente) al mercado de cambios, bajar la dolarización a unos $10.000 millones anuales y ponerla a tiro con la cantidad de divisas que se generen en el intercambio comercial (exportaciones menos importaciones) se ha transformado en una de las prioridades del Gobierno.
"El objetivo número uno del racionamiento cambiario es que el Banco Central compre en el mercado la mayor cantidad posible de dólares", argumentan desde la consultora M&S, de Carlos Melconian.
"En tal sentido, es evidente que si es necesario cerrar aún más la canilla de atesoramiento no se dudará en hacerlo", sostienen desde la firma.
Cabe señalar que el año pasado el "colchón verde" que generó las ventas de materias primas al mundo -soja en particular- permitió compensar un rojo industrial histórico, de unos u$s30.000 millones, tal como puede apreciarse en el siguiente cuadro:
De la mano del boom de patentamientos, la industria automotriz fue la gran responsable de este déficit, con unos u$s8.000 millones.
La razón radica en que, según diversos informes del sector privado, cada auto que se produce en el país tiene, en promedio, un 70% de componentes importados.
Sin embargo, el otro gran "agujero negro" corresponde, justamente, a las empresas tecnológicas, dado que bajo los rubros "aparatos electrónicos" y "bienes de informática y electrónica" hasta noviembre se habían "fugado" del país casi u$s7.000 millones.
Es por ello que el Gobierno también pondrá la lupa en esta rama de actividad que se desarrolla en Tierra del Fuego, fenómeno que anticipara iProfesional.com (ver nota: Lo que viene: el Gobierno aplicará polémico plan del "1 a 1" a la industria electrónica argentina).
Ahora, "un 2012 con menores precios y volúmenes de cosecha, se haría sentir con demasiada fuerza sobre las cuentas externas", señala un informe del Banco Ciudad.
Es por ello que, para cumplir con el anhelo de Moreno de llegar a los u$s10.000 millones de superávit comercial para que la "fiesta siga", el Gobierno no andará con mayores miramientos a la hora de frenar cuanto container llegue a la Aduana.
Aun a costa de correr el riesgo de que otros países (como China o Brasil) tomen represalias y apliquen la "Ley del Talión", que dejaría en jaque a muchas empresas argentinas que venden al país vecino.
O,incluso, a pesar del malhumor que genera en el mercado interno el claro faltante de insumos y repuestos que afecta a una gran cantidad de empresas y comercios.
A base de amurallar las fronteras para impedir el ingreso de artículos provenientes del exterior, la consultora de Carlos Melconián y Rodolfo Santángelo estima que el Gobierno podrá hacerse de un excedente "verde" superior a los u$s10.000 a u$s12.000 millones pretendido por Moreno.
En este sentido, analistas consultados por iProfesional.com arriesgan que las trabas a la importación sumarían algo así como unos u$s5.000 millones a los planes oficiales.
¿Cuánto durará la eficiencia de los controles?
Los analistas señalan que los "torniquetes", regulaciones, controles y restricciones aplicados sobre la economía de un país suelen resultar efectivos por un tiempo, hasta que la realidad termina por desbordar.
Estos mecanismos de intervención, ya fueron utilizados a la hora de combatir la inflación y no han dado un resultado fructífero en el largo plazo. De continuar esta metodología, en el tema puntual de fuga de capitales, "se corre el riesgo de terminar con un mismo final", señala un informe de la consultora Reporte Económico.
Al respecto, Daniel Artana, economista jefe de la Fundación FIEL destaca que "el año pasado existía la sensación de que el Gobierno iba a devaluar el peso después de las elecciones".
"Por el contrario, eligió incrementar los controles, que constituyen en sí mismos una ingeniería para evitar la fuga de capitales", agrega el economista.
"Si bien la lista de medidas tomadas es muy extensa, yo espero que no se sigan estableciendo más restricciones. Simplemente porque no resuelven el tema de fondo, más allá de que tengan un impacto inicial", concluye el economista de Fiel.
FUENTE:Publicado en www.iprofesional.com
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