miércoles, 23 de mayo de 2012

Cristina debe elegir entre el dogma y una solución para el dólar
Cronista.com

 Fernando Gonzalez Director Periodístico 
 El tiempo siempre es veloz pero mucho más en la Argentina. El impactante 54% de los votos que obtuvo Cristina en octubre pasado parece ahora una postal descolorida. Y la expropiación del 51% de YPF, celebrada con ínfulas de suceso nacional, no alcanzó ni para sumar algunos puntos en la imagen presidencial que se deshilacha de a poco en las encuestas. Es la estampida de ese nuevo ícono criollo llamado irónicamente dólar blue que se lleva puestas todas las energías del Gobierno. Y comienza a dejar al descubierto las tensiones internas que el vaho del triunfo kirchnerista había postergado y después adormecido.
Nunca como en los últimos días se advirtió el desconcierto de los mismos funcionarios que, en las horas de celebración por YPF, parecían campeones de algún deporte consagratorio. La batalla contra las expectativas alcistas del dólar es siempre una disputa ingrata para cualquier gobierno desde que Lorenzo Sigaut dijo en 1982 “el que apuesta al dólar pierde” y se convirtió en el profeta maldito de la economía argentina. Desde la semana pasada, el ajuste del cepo cambiario para aquellos ciudadanos en condiciones de comprar moneda extranjera llevó el dólar violentamente hacia arriba y el blue ayer arañó los 6 pesos.
Fuentes del sector financiero admiten que el 8% de los depósitos en dólares ya se fueron de los bancos en estos 15 días y que la sangría da toda la sensación de profundizarse si no se ataca el temor de los ahorristas con algún remedio efectivo. Como lo explica El Cronista en la edición de hoy, en el Gobierno hay quienes evalúan la posibilidad de devaluar el dólar oficial y achicar la brecha con el paralelo. También está la hipótesis del desdoblamiento del tipo de cambio, que el viceministro Axel Kicillof prefirió en el pasado reciente y que la Presidenta descartó hace una semana. Pero hay también quienes están convencidos de que los controles sobre la compra de dólares deben seguir y, en todo caso, extremarse.
El sistema axial de toma de decisiones que popularizó Néstor Kirchner y perfeccionó Cristina hace que sus colaboradores nunca sepan del todo que es lo que tiene en mente la Presidenta. Por eso, las certidumbres son apenas dos: que está a favor del control estricto del dólar porque esas son las órdenes que le baja a Ricardo Echegaray, el titular de la AFIP. Y que las iniciativas de Guillermo Moreno tienen luz verde permanente en la gestión como se pudo comprobar en la desbordante exhibición de productos argentinos en Angola.
Está claro que la decisión de Cristina no será fácil. Si acude a una solución “de mercado”, como podría ser una devaluación controlada, deberá dejar de lado las posiciones más dogmáticas que sostienen Moreno y, en menor medida, Kicillof. Una fotografía casi inimaginable. Pero algo debe hacer para cambiar el clima. Y cualquiera sea el camino elegido por la Presidenta, no podrá soslayar los dos puntos débiles de la economía actual: la inflación creciente y los síntomas evidentes de estancamiento productivo. Una estampida del dólar sólo agravará estos flancos y aumentará el riesgo de enfriar una economía caliente en nueve de los últimos diez años.
FUENTE:Publicado por www.cronista.com

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