miércoles, 23 de mayo de 2012

Aquellos 25 de mayo…..
Por Ricardo Bustos
Mis abuelos eran europeos, pero llegaron a amar tanto a nuestro país que cuando llegaba el mes de mayo, comenzaban a prepararnos a los hijos y nietos para que participáramos de las fiestas. Todo era alegría con las banderas en los frentes de las casas, la escarapela en el delantal blanco que un día antes nos planchaban con almidón “Colman” y quedábamos duros cuando nos vestían para ir al acto en la Escuela. Algunos éramos elegidos por la “Señorita o el Maestro” para actuar escenificando aquellos momentos del nacimiento de la patria ante la mirada atenta de los mayores y las risas de nuestros compañeros. La cara tiznada con un corcho de botella los que hacían de mulatos y los labios y cachetes de color rojo las niñas de la “sociedad”, pero todos estábamos ansiosos de que llegara la hora para mostrarnos como los mejores actores.

Mi Dios aún hoy me acuerdo…generalmente y por la época del año hacía mucho frío y nos temblaban los dientes, no sentíamos los pies, las piernas nos temblaban por la baja temperatura, pero todos estábamos allí preparados en ese inmenso patio con piso de ladrillos frente al mástil con la emoción de los abanderados y escoltas por ser los elegidos para izar el pabellón.
Los actos en mi época se realizaban en el colegio el mismo 25 de mayo. Si este caía sábado o domingo teníamos que ir igual al colegio a realizarlo y lo celebrababamos haciendo bailes típicos de Argentina como el pericón o el gato (pero no recuerdo haber bailado el candombe). Para nosotros, ese día era muy importante, nos levantaban los mayores muy temprano, e íbamos a la escuela contentos para festejar el día de la Patria. Nos reuníamos en el patio de la escuela con mis compañeros con mucha emoción. Cantábamos nuestra canción patria, mirábamos con atención la representación de lo sucedido ese día y aplaudíamos la representación de los alumnos. Al terminar el acto, nos daban chocolate y bollitos que los padrinos de la escuela nos obsequiaban (generalmente eran miembros de las Fuerzas Armadas con asiento en la zona). A la tarde, las familias iban con los niños a la plaza para ver el desfile cívicomilitar, aplaudiendo entusiasmadas al paso de los distintas delegaciones que desfilaban: alumnos, militares, peñas folklóricas, asociaciones españolas, italianas, bomberos, etc. La obligación era ir muy prolijos, las nenas iban con un moño blanco y guantes los varones peinados a la “gomina” (no había otra cosa).

Para muchos de nosotros que ya peinamos canas, ese festejo quedó en la memoria para siempre. Y quiero imaginar también a todos los que como en mi caso han tenido la suerte de participar de ese tiempo, en las ciudades, pueblitos o parajes rurales con la misma emoción y convencidos que lo hacíamos por el amor a la Patria. El himno nacional que sonaba en el “tocadiscos” “lo cantábamos nosotros y con ganas” y si por casualidad había un piano en la Escuela, era la profesora de música quien ejecutaba los acordes de nuestra canción patria.

En aquella época, los niños no sabíamos que significaba faltar el respeto a los maestros y cuando ese 25 de mayo nos daban una indicación, sentíamos la seguridad de los mayores al lado nuestro porque entendíamos que nos estaban dando una palmada en el alma y no una orden a cumplir.

“La memoria del corazón elimina los malos recuerdos y magnifica los buenos, y gracias a ese artificio, logramos sobrellevar el pasado”Gabriel García Márquez (1927-?) Escritor colombiano.

Ricardo Bustos
DNI 7788556
Resistencia Chaco
FUENTE: Enviado por e-mail por su autor

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