lunes, 14 de mayo de 2012

La lógica del ‘rebote’ y el cerrojo recargado

Cronista.com

Laura García. 

Editora de Finanzas    Rebotados en pena volvieron a deambular por la city. Está claro que ese misterio insondable que es el cupo cambiario se recalibra según criterios siempre elásticos que nadie explicita. Así es como después de cierto relajamiento de los controles, hoy vivimos una nueva ronda de racionamiento de divisas. Y el fin de la (ficticia) pax cambiaria de los últimos meses, que había detenido la hemorragia de reservas.

Después de tocar un máximo de u$s 3.000 millones en octubre, el control de cambios –que también supone importaciones “pisadas” y utilidades congeladas– había logrado estrangular la demanda hasta llevar el nivel de dolarización a unos u$s 600 millones mensuales. En el primer trimestre, no obstante, el atesoramiento se había incrementado hasta los u$s 800 millones para superar los u$s 1.000 millones en abril, según estimaciones de consultores.
Es que el Gobierno había dado la venia para cierta flexibilización de los límites que mantenían a los ahorros acorralados en pesos. La creciente brecha entre la cotización oficial y las paralelas (hoy entre el 15% y el 25%) empezaba a forzar un mayor deslizamiento del dólar formal. Así se buscó descomprimir esa demanda “en las sombras” especulando con el shock estacional por venir: el caudal de dólares del agro. Con ese refuerzo de oferta, el Central estaría en condiciones de comprar incluso con una demanda privada menos asfixiada. Pero no resultó así.
De hecho, la decisión de forzar un acortamiento de plazos en la liquidación de exportaciones –que debió suavizarse más tarde– terminó sofocando a una oferta que resultó muy por debajo de lo esperado. Así, el cerrojo debió volver a su versión recargada para “ajustar” el grifo de la demanda.
En lo que va del año, en tanto, la tarea de pertrechar las arcas se está haciendo cuesta arriba. Entre enero y abril, la entidad compró casi u$s 5.200 millones pero las reservas sólo aumentaron en u$s 1.670 millones. Es que aprovechó para cancelar unos u$s 700 millones en deuda que había contraído el año pasado (cuando la mini-corrida bancaria en dólares reclamó cierta cosmética) y destinó otros u$s 2.400 millones al pago de deuda. En mayo, la tensión del mercado cambiario incluso enfrentó a la entidad al escenario improbable de tener que desprenderse de dólares. Pero el estrechamiento del corralito de los últimos días le permitió comprar casi u$s 250 millones en dos ruedas. De todos modos, aunque en mayo ya sumó u$s 500 millones, las reservas caen u$s 20 millones.
El agro ofrecerá un alivio pero sólo parcial. “Este mes podrían ingresar unos u$s 3.000 millones del sector oleaginoso. Si se deseara volver al nivel de reservas netas/base monetaria de por lo menos los últimos meses del año pasado (promedio 85%), el monto íntegro debería ser absorbido por el Central, considerando un crecimiento de la Base Monetaria de 3% mensual y ninguna otra variación negativa sobre el stock de reservas actual”, explican en Delphos.
Mientras tanto, el problema del tipo de cambio real sigue “en espera” después de dos años en los que los precios dejaron muy atrás la perezosa suba del tipo de cambio nominal (este año promedió 0,6% mensual). Y ahora, con un real que se acerca a las dos unidades mientras Dilma mira complacida, el deterioro competitivo tiende a acentuarse.
En la city, los rebotados se indignan. Vuelven a hacer cola en la AFIP. O se resignan al juego de los intentos para tantear cuál es el monto de la suerte. La discrecionalidad crea malestar. Y lo que es peor, ganas de dolarizarse.

FUENTE:Publicado en www.cronista.com

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