O Estado: "Frenada en la Argentina"
La macroeconomía se complica mucho en la Argentina, de acuerdo al análisis del principal columnista de economía en el diario O Estado de S. Paulo.
URGENTE24
por CELSO MING
S. PAULO (O Estado). Está llegando la cuenta de los trabajitos sucios populistas de las 2 administraciones Kirchner.
No se trata solamente de la escasez y fuga de dólares; también hay una fuerte desaceleración de la actividad económica.
Hasta ahora, se podría decir que, a pesar de todo, a pesar de la falta de crédito externo que siguió a la megadeuda 2001; a pesar de la burda manipulación de las estadísticas de precios; a pesar de la represión de los precios y tarifas; a pesar del super-ajuste de los salarios y las jubilaciones; y a pesar del aplanamiento de las ganancias del sector productivo, la Argentina había estado creciendo una belleza: promedio de 8% anual desde 2003.
Sin embargo, no es lo que sucede en 2012. En lugar de asegurar el avance del PIB de al menos 5,0% anual, tal como habían proyectando los organismos oficiales, las más recientes estimaciones indican que el resultado de las cuentas nacionales de este año puede no ser positivo. Tiende a quedar cerca de 0%. Aun así, los consultores independientes vienen trabajando con un crecimiento del PIB alrededor de +3,0%.
El ex secretario de Industria del gobierno de transición del ex presidente Eduardo Duhalde, Dante Sica, hoy al frente de la consultora Abeceb, explica que la economía argentina se enfrenta a un considerable deterioro fiscal, en la medida en que los gastos crecen a una velocidad muy superior a la de la recaudación. Los gastos públicos (que incluyen los del gobierno central más los de las provincias) correspondían en 2001 a 21,9% del PIB. En 2011, saltaron a 38,17% del PIB. Sólo los subsidios del gobierno argentino para cubrir la congelación de las tarifas de las empresas públicas explican 4 puntos porcentuales de ese total.
Las estadísticas oficiales señalan un aumento de precios inferior a 10% anual, mientras que la inflación real quedó cerca al 25% en 2011 y se proyecta a cerca de 22% en 2012.
Para mantener las apariencias y evitar la disparada de la inflación real, el gobierno no devalúa la moneda en la misma proporción que el aumento de precios le quita sustento al peso. La población percibe el retraso en el ajuste del tipo de cambio y corre a las tradicionales casas de cambio para abastecerse de moneda extranjera.
De ese modo, el cambio paralelo va ganando fuerza, pese a la ostensiva represión del gobierno. El viernes 18/05, por ejemplo, mientras que el cambio oficial señalaba $ 4,47 por dólar, el paralelo se negociaba a $ 5,63 por dólar, una diferencia del 20,6%.
El año pasado, el deterioro de las finanzas públicas, junto a la escasez de divisas, llevó al gobierno de Cristina Kirchner a quemar US$ 6.100 millones de sus reservas internacionales (12% del total) para cubrir los gastos corrientes, una práctica temeraria en la administración pública. Este año, para no provocar una excesiva sangría en las reservas, la política dominante consiste en retener las importaciones y reforzar los controles de flujos de moneda extranjera.
Además de los problemas crónicos como el achatamiento de la rentabilidad (efecto de la fijación de precios y tarifas), el sector productivo argentino se enfrenta a un alza generaliza de los costos, especialmente los salarios, reajustados más o menos de acuerdo con la inflación real.
El gobierno de Cristina Kirchner tiene a su favor la inapetencia de la oposición (pareciera carecer de hambre de poder) o, incluso, la falta de una oposición organizada. A pesar del amplio margen de votos (53%) obtenido en las elecciones del año pasado, cuando Cristina fue reelecta para la Presidencia, el descontento popular va tomando forma.
Por el momento, ella está desviando la atención hacia el agravamiento de los problemas, apelando a algunas jugadas de apelación nacionalista. El resurgimiento de la cuestión de las islas Malvinas y la expropiación de la principal empresa petrolera, YPF, antes bajo el control de Repsol, de España, son los ejemplos más recientes.
Sin embargo, el empeoramiento de la crisis externa y la posible reducción de precios de las commodities agrícolas (el segmento principal de las exportaciones) deben agravar las dificultades.
FUENTES:Publicado en www.urgente24.com
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