domingo, 13 de mayo de 2012

¿Qué tienen que ver Lafsa y las trabas para comprar dólares?
PorAdrián Simioni*
La Voz-Saque número
Dos noticias del mismo día.
Por un lado, Lafsa, la aerolínea estatal que nunca voló y que creíamos finalmente liquidada después de tantos años, sigue conectada a la teta del presupuesto nacional, que le transfunde 3,1 millón de pesos al año aunque sigue sin tener aviones y sólo tiene cinco empleados (¿qué harán todo el día?).
Por el otro, el control de cambios de hecho impuesto por el Gobierno es cada vez más errático. Sin que nadie sepa en toda la República cuál es el plan y qué criterios se siguen -no hay ninguna norma escrita al respecto- un día se pueden comprar dólares y otro día no; un día se pueden comprar 1.000 y el otro sólo 100. Algunas personas sí y otras no. Imaginen qué puede estar sucediendo si un dedo mágico de la Afip le permite a algún amigo, un conocido, comprar a 4,48 para después vender a 5,15 en la calle. Total,  si es amigo tampoco va a ser detenido como los arbolitos de Salta. 15% en un día. Y mañana, vuelta a empezar.
Ambas cosas están conectadas. ¿Se acuerdan de los famosos "superávits gemelos", cuando al Estado nacional le sobraban pesos de su presupuesto y al país le sobraban dólares de su balanza comercial? Bueno, eso desapareció.
El Estado nacional gasta mucho más de lo que recauda, por una innumerable cantidad de situaciones, entre ellas muchas  parecidas a la de Lafsa. Hay gastos que no tienen ninguna productividad, hay gastos que no tienen siquiera un objetivo, hay gastos que tienen objetivos que no se  pueden blanquear, porque en el fondo son para mantener contentos a los militantes/adherentes/empleados/subsidiados de un Estado apropiado por una facción.
Por eso, al Estado hace rato que no le alcanzaba su propio dinero -el que nos cobra por impuestos- para pagar su propia deuda. Y, por eso, toma "prestados" los dólares de las reservas del Banco Central. Eso de "préstamo" es un símbolo. El BCRA se queda con un pagaré en tasas de interés negativas que no puede negociar en el mercado, firmado por un Estado que precisamente toma esos dólares porque nadie más está dispuesto a prestarle a menos que cambie, y mucho, gran parte de sus políticas.
Claro que, así, el Central de ha ido quedando cada vez con menos dólares que los que necesita para mantener una confianza suficiente en la solidez de la moneda que él emite.
Para colmo, le quedan cada vez menos dólares sobrantes como resultado de las divisas que les compra a los exportadores cuando éstos traen sus dólares y de las divisas que les tiene que vender a los importadores cuando éstos tienen que hacer sus pagos en el exterior. Por eso anda por ahí Guillermo Moreno aprobando algunas importaciones y prohibiendo la mayoría (también sin que nadie sepa por qué a unos sí y a otros no).
El objetivo es que el Banco Central pueda amarrocar la mayor cantidad de dólares posibles para dárselos a una administración nacional que en los últimos ocho años sólo mostró una única coherencia en su política económica: aumentar cada vez más su gasto público. Es lo único que nunca cambió.
Y entonces limita el acceso a los dólares a cualquiera que no sea Cristina Fernández, en tanto cabeza del Poder Ejecutivo.
Así es como, para poder seguir lo más campante alimentando gastos como el de Lafsa, la Afip necesita que usted no compre esos billetes que piensa desperdiciar en vaya a saber qué chuchería.
Ahora usted vive en el país de los "déficits gemelos" y va a tener que ayudar a bancarlos. No va a ser la primera vez que le pasa. Tampoco es para tanto, no va a ser la primera vez que le pasa.
*Editor de Política y Negocios - Columnista 
FUENTE:Publicado en www.lavoz.com.ar-blogs Saque numero 

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