El agro debe tener un proyecto común
Por Arturo Navarro- Al dar comiendo a las nuevas sesiones ordinarias y al analizar los resultados gremiales de los últimos años ante la falta de propuestas formales por mayoría, llegó el momento en que el agro tenga un proyecto en común, si quieren ser protagonistas de los cambios por venir en el país y en el mundo.
Es importante estar juntos, pero para poder trascender en el tiempo es fundamental que dicha unión se consolide en la defensa de una propuesta común que contenga a todos los productores en su lugar de trabajo.
La estrategia del gobierno de ir por todo no es motivo para renunciar a nuestras ideas e ideales, hay que replantear el accionar pensando principalmente en lo que necesita el país, asumiendo que en un año electoral tenemos la posibilidad de modificar el actual estatus parlamentario, siempre que la sociedad interprete que existe una propuesta alternativa desde el sector y de los partidos de oposición.
La divisiones y enfrentamientos entre los dirigentes sin proponer propuestas conjuntas -actitud similar a los partidos políticos- es la principal causa de porque no hay una propuesta alternativa a la del oficialismo, que obligan a la sociedad a reclamar en marchas por los reclamos generales y sectoriales.
En tanto, la dirigencia de la Comisión de Enlace tiene que asumir que "los problemas de fondo de los productores siguen sin resolverse" y que se agravaron en los últimos tiempos por la inflación, el aumento de costos en dolares y los derechos de exportación que hacen insostenible la competitividad internacional.
Hoy los problemas son generales y por lo cual primero las soluciones deben ser de economía macro.
La principal enseñanza que dejó esta forma de trabajar que las acciones individuales de dirigentes y de entidades no sirven.
Llegó la hora de que las entidades definan cómo van a trabajar, qué modelo de país defienden, qué proyecto agropecuario necesitamos y cuáles son las propuestas para poder consolidarlo.
El gobierno, el sector y el país van a necesitar un sector agropecuario unido con capacidad para consensuar sus políticas y de esa forma poder discutir las grandes políticas macro con la UIA, CGT y el gobierno si no queremos ser nuevamente el pato de la boda.
Hay que asumir -gobierno y entidades- que si se hubiera trabajado con políticas de Estado hoy en vez de 100 millones podríamos haber tenido 120 millones de toneladas si aprovechábamos mejor los últimos 10 años de crecimientos que hubieran permitido hacer las obras de infraestructura que demanda el conjunto de la sociedad para poder seguir funcionando.
Desde mi punto de vista hay que institucionalizar el funcionamiento de la Comisión de Enlace porque es la única forma de poder hacer propuestas concretas por mayoría, para defender los intereses de los productores en los debates parlamentarios.
Tenemos que asumir que la mayoría de los productores quieren trabajar en libertad, con dignidad y en igualdad de condiciones con los otros sectores de la economía. Quieren la unidad de las entidades pero no la unanimidad de pensamiento porque anula la capacidad de poder trabajar unidas
He promovido la unión de las entidades mucho antes de la formación de la Comisión de Enlace.
Vengo proponiendo que las entidades deben unirse como lo hicieron en Brasil a partir del año 1964 en la Confederación Nacional de Entidades Agropecuarias.
Inclusive para poder establecer un sistema de recaudación para solventar todo el trabajo gremial.
Esta unión no significaría la pérdida de identidad de las entidades con sus asociados, porque son fundamentales para la nueva acción gremial más profesionalizada, antes los cambios estructurales y las nuevas tecnologías e innovaciones que necesitan los productores si no queremos sigan fracasando.
Los resultados de Brasil son bien concretos para seguir buscando otras formas de trabajar que no sea por un proyecto planificado a largo plazo.
Señores dirigentes: pasó el tiempo de analizar el pasado y de enfrentamientos estériles. Todos los productores quieren lo mismo.
A los más chicos hay que ayudarle a que tengan escala por medio de la unión y el asociativismo.
Necesitamos explicitar una propuesta agropecuaria y agroindustrial para el desarrollo planificado de todo el país sin exclusiones, que sirva de contenido para un trabajo conjunto -público y privado-, para aumentar las metas de producción propuestas aprovechando las extraordinarias condiciones internacionales.
También para poder duplicar las exportaciones con manos de obra argentina y de esa forma abastecer mejor el consumo interno.
La institucionalización de la Comisión de Enlace es el reaseguro para darle estabilidad permanente a las políticas de estados como ocurrió en Brasil.
Trasciende la gestión de los actuales dirigentes y del gobierno, permiten concretar propuestas por mayoría y terminará con todos los descreídos, que creen que es imposible poder trabajar unidos sin perder la identidad de las entidades.
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