A lo largo de la década de gobierno kirchnerista, la alianza con el chavismo le ayudó a superar la crisis energética y financiera nacional.
Hugo Chávez Frías fue el mayor aliado estratégico de los gobiernos kirchneristas. Desde 2003, Néstor Kirchner y el venezolano compartieron la misma inspiración autonomista y latinoamericanista. Cristina Fernández buscó seguir en la misma línea que su esposo, aunque las circunstancias económicas de la región cambiaron.
Años atrás, el propio Chávez contó cómo se inició la relación con Néstor y Cristina Kirchner. El venezolano relató que cuando Kirchner llegó a la presidencia en 2003, él preguntaba “¿Néstor qué?” y recordó que un tiempo después recibió una llamada de Kirchner, quien le pedía ayuda. “Me pidió apoyo en lo energético, por lo que me mandó a Julio de Vido, el ministro de Planificación”, indicó.
Sin embargo, la relación se hizo sólida recién en la Cumbre de las Américas de Mar del Plata en 2005, adónde llegó el presidente de los Estados Unidos, George W. Bush para pedir un compromiso de la región con el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA). La relación con el país caribeño fue el vínculo internacional más claro y permanente en los 10 años de kirchnerismo.
Ambos gobiernos compartieron proyectos de envergadura que no llegaron a plasmarse, como el Gasoducto del Sur, que iba a unir a Caracas con Buenos Aires, cruzando Brasil. También el Banco del Sur, que debía ser una alternativa a las organismos internacionales de fomento de inversiones, pero la crisis internacional de 2009 impidieron la continuidad del proyecto.
El impacto de la muerte de Chávez que conmueve a toda la región, tendrá profundas consecuencias en las relaciones latinoamericanas y será de efecto especial para el gobierno argentino.
También los vínculos económicos y comerciales entre Buenos Aires y Caracas se intensificaron a partir de la asunción de Kirchner.
A grandes rasgos, el intercambio comercial consistió en ventas venezolanas de combustibles pagadas con exportaciones argentinas de alimentos y maquinarias. Ese intercambio mostró año tras año un saldo cada vez más favorable para la Argentina, que de un superávit bilateral de unos 480 millones de dólares en 2003, saltó a mil millones en los años siguientes.
Entre 2004 y 2012, Venezuela le exportó a la Argentina combustibles por 5.200 millones de dólares, en tanto que importó productos por 10.500 millones. En 2013, se estima que la Argentina importará combustibles por 1.120 millones de dólares y se exportarán productos por 1.940 millones. (DyN)
Fuente: Publicado en Seprin
Hugo Chávez Frías fue el mayor aliado estratégico de los gobiernos kirchneristas. Desde 2003, Néstor Kirchner y el venezolano compartieron la misma inspiración autonomista y latinoamericanista. Cristina Fernández buscó seguir en la misma línea que su esposo, aunque las circunstancias económicas de la región cambiaron.
Años atrás, el propio Chávez contó cómo se inició la relación con Néstor y Cristina Kirchner. El venezolano relató que cuando Kirchner llegó a la presidencia en 2003, él preguntaba “¿Néstor qué?” y recordó que un tiempo después recibió una llamada de Kirchner, quien le pedía ayuda. “Me pidió apoyo en lo energético, por lo que me mandó a Julio de Vido, el ministro de Planificación”, indicó.
Sin embargo, la relación se hizo sólida recién en la Cumbre de las Américas de Mar del Plata en 2005, adónde llegó el presidente de los Estados Unidos, George W. Bush para pedir un compromiso de la región con el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA). La relación con el país caribeño fue el vínculo internacional más claro y permanente en los 10 años de kirchnerismo.
Ambos gobiernos compartieron proyectos de envergadura que no llegaron a plasmarse, como el Gasoducto del Sur, que iba a unir a Caracas con Buenos Aires, cruzando Brasil. También el Banco del Sur, que debía ser una alternativa a las organismos internacionales de fomento de inversiones, pero la crisis internacional de 2009 impidieron la continuidad del proyecto.
El impacto de la muerte de Chávez que conmueve a toda la región, tendrá profundas consecuencias en las relaciones latinoamericanas y será de efecto especial para el gobierno argentino.
También los vínculos económicos y comerciales entre Buenos Aires y Caracas se intensificaron a partir de la asunción de Kirchner.
A grandes rasgos, el intercambio comercial consistió en ventas venezolanas de combustibles pagadas con exportaciones argentinas de alimentos y maquinarias. Ese intercambio mostró año tras año un saldo cada vez más favorable para la Argentina, que de un superávit bilateral de unos 480 millones de dólares en 2003, saltó a mil millones en los años siguientes.
Entre 2004 y 2012, Venezuela le exportó a la Argentina combustibles por 5.200 millones de dólares, en tanto que importó productos por 10.500 millones. En 2013, se estima que la Argentina importará combustibles por 1.120 millones de dólares y se exportarán productos por 1.940 millones. (DyN)
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