sábado, 9 de marzo de 2013


Terminaron las vacaciones, el blue sigue arriba y desnuda los problemas del modelo K
La suba "es un fenómeno estacional", decía Marcó del Pont en enero. Hoy ese argumento quedó atrás. El hecho de que el paralelo se haya distanciado 55% del oficial deja al descubierto falencias estructurales. El Gobierno apuesta a la llegada del "ángel de la guarda" del modelo para bajarlo, o sea los dólares de la soja. Con esto, se rompió el mito que expresaban los funcionarios respecto a que el Blue bajarían en cuanto terminaran las vacaciones.
El periodista especializado Mariano Jaimovich de Iprofesional.com, así explica lo que sucede y el destino que se espera para el dólar paralelo:
Es "un fenómeno claramente estacional". Esta frase, tan simple como contundente, fue expresada a principios de enero por la titular del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont, para justificar la disparada del dólar blue.
Sin embargo, terminaron las vacaciones y el billete verde informal sigue arriba, sin señales de que vaya a bajar demasiado.
Así, comienzan a confirmarse los pronósticos de varios analistas que anticipaban que su alejamiento del valor oficial respondía principalmente a cuestiones estructurales, como la inflación, la emisión y el atraso cambiario.
Uno de ellos era Aldo Pignanelli, ex presidente del Banco Central, que afirmaba: "El 90% de la suba del blue se debe a cuestiones más estructurales que al factor vacaciones".
E ironizaba diciendo que "si la base monetaria sube y las reservas bajan, no hay que hacer un curso de economía para darse cuenta de que el problema es más de fondo".
Habiendo transcurrido enero y febrero, sus dichos quedaron corroborados en la práctica. En el arranque de marzo el blue se mantiene en valores cercanos a los $7,80, pese al esfuerzo del Gobierno -vía "manos amigas"- de haberlo querido bajar a un escalón inferior.
Por lo pronto, es casi un hecho que su cotización no descenderá a los $6,50, cifra registrada en la previa del período veraniego.
Y ya no asusta que se mantenga alejado un 55% del precio fijado por el Banco Central, algo que tiempo atrás era visto como "una enormidad".
De algún modo, los argentinos ya se han acostumbrado a convivir con un desdoblamiento cambiario, no escrito, pero vigente en la práctica. "Todo es cuestión de costumbre", comentaba irónicamente un operador de la city.
La "espalda al peso" empuja al blue
Los analistas temen que el alto precio que registra hoy día el blue responda, en buena medida, a una "huida" por parte de los particulares de la moneda local para ir en busca de activos de refugio.
El querer "sacarse rápidamente los pesos de encima" ante el poder "corrosivo" de la inflación trae asociado otro riesgo que para los analistas constituye una de las peores pesadillas: la caída en la demanda de dinero.
Es que, en otros períodos, esta mayor velocidad de circulación de los billetes desembocó en estallidos inflacionarios, ya que aun sin que el Banco Central emita, puede igualmente darse una mayor inflación, producto de esa creciente rotación del circulante.
Si bien ningún economista afirma que se haya llegado a un "punto de no retorno" en ese aspecto, sí prenden algunas señales de advertencia.
"Creo que ahora hay algunas evidencias intuitivas que demuestran un aumento de la velocidad de circulación o, lo que es lo mismo, una caída en la demanda de dinero", advirtió Javier González Fraga, el influyente ex titular del Banco Central.
Jorge Todesca es uno de los economistas que sostiene que la distancia que ha tomado el paralelo respecto del oficial marca un punto de inflexión respecto de la aceptación de pesos por parte del público.
También Mario Brodersohn, de la consultora Econométrica, ha sido enfático al respecto: "Desde principios de 2013 notamos persistentes señales de que la demanda de dinero no se está sosteniendo en los mismos términos en los que se había comportado el año anterior".
Y marca la diferencia entre la situación de 2012 respecto a la de hoy día, en la que se observa que "aparecen conductas que apuntan a buscar alternativas para los pesos excedentes". Una de ellas es el circuito blue.
"Hay olor a que la demanda de dinero empieza a trastabillar", advirtió Diego Giacomini, de Economía&Regiones.
Por lo pronto, la mayoría de los economistas cree que el Gobierno le echó nafta a la "hoguera blue" por haber abusado de la maquinita.
La oferta de dinero local superó con creces la demanda. Producto del cepo cambiario ese excedente "impactó directamente sobre el precio del dólar marginal", explicó Miguel Bein, un analista de fuerte prédica en el mercado.
En igual sentido, Pignanelli atribuyó la escalada del dólar paralelo a la gran disponibilidad de moneda nacional "producto de la fuerte emisión", lo que llevó a los particulares a "buscar alternativas".
"Hoy nadie quiere quedarse en pesos, salvo las grandes empresas que tienen que mantenerlos y los colocan a plazo fijo", sostuvo Pignanelli, quien está convencido de que "más que por turismo, lo que aumentó fue la demanda del billete marginal para atesoramiento".
Todo es cuestión de expectativas
Por lo pronto, el efecto estacional va quedando atrás a la hora de explicar por qué el dólar paralelo sigue bien arriba.
La razón de su alto precio hay que buscarla en "la enorme emisión monetaria que hace el Gobierno, la disminución de las reservas y el creciente gasto público", recalcó Guillermo Valdez, integrante del Mercado de Valores de la Bolsa de Comercio de Rosario
Gastón Rossi, socio de Martín Lousteau en la consultora de LCG, agregó otro condimento: "Más allá de cuestiones estacionales, el mercado ve que hay un atraso cambiario que cada vez se hace más evidente".
El economista Tomás Bulat compartió esta visión y remarcó que "del actual valor del blue puede haber apenas 30 centavos que respondan a cuestiones estacionales, el resto se debe a la caída en las expectativas".
"Se genera una suerte de circulo vicioso: si el dólar marginal sube, los particulares lo que hacen es ajustar sus expectativas día a día", sostuvo el ex economista jefe del Banco Central, Eduardo Levy Yeyati.
"Por eso -recalcó- es fundamental que el Gobierno diga qué quiere hacer o a dónde quiere ir. De lo contrario, esas expectativas se van acomodando a las noticias de ayer".
Cepo y tasas hicieron más tentador al blue
Más allá de los desajustes en la política económica, existe otro punto determinante a la hora de evaluar por qué la divisa paralela "no baja": hay una marcada ausencia de alternativas de inversión.
Los plazos fijos, lejos de premiar, "castigan al ahorrista" y el mercado inmobiliario se encuentra inmerso en la peor crisis de la década.
Como si esto fuese poco, es el propio "blue", con su abrupta escalada, que no hace más que seducir cada vez más a los particulares.
Es que hay un punto que no escapa a los ojos de muchos de ellos: en los últimos 12 meses subió casi un 70%, desde los $4,68 de marzo 2012 a los $7,82 de hoy.
"Hay un grado de emisión tan alto, mayor desconfianza y de falta de alternativas de inversión que hacen que la gente busque refugio en el dólar paralelo", sostuvo Claudio Zuchovicki, gerente de Desarrollo de Mercado de Capitales de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires.
Levy Yeyati, es de los que creen que la baja tasa de interés de las colocaciones bancarias terminó siendo un incentivo para generar la corrida hacia el blue, "porque la gente se cansó de los rendimientos negativos".
¿Y si los bancos ahora se deciden a pagar más por las colocaciones? El ex economista jefe del Banco Central se muestra escéptico a que esto sólo, de por sí, invite a los particulares a quedarse con moneda local.
"Ya se pasó el cuarto de hora para que la tasa pueda defender al peso, con este nivel de suba del dólar y aceleración", fue su contundente pronóstico.
Su argumento es que ahora juegan otros factores, como la caída en las expectativas, que si no se los resuelve primero cualquier medida será ineficaz.
En el mismo sentido opinó el economista Federico Muñoz, para quien un intento de "domar" al blue con una suba de tasas sería una solución "meramente temporaria, si no se ataca a la verdadera raíz del problema: la elevada inflación".
El blue, más sensible que nunca
El concepto que sobrevuela sobre la actual brecha entre el dólar oficial y el blue es el de la confianza del público y sus perspectivas sobre qué puede llegar a ocurrir, no sólo con el billete verde, sino también con la economía en general.
"La brecha y la tendencia del dólar no oficial se convierten en una caja de resonancia de cómo vamos y de las expectativas. Cuanto más empeoren, más subirá", resumió el analista Carlos Melconian.
En sí, completó el experto, "no hay un precio preciso del dólar paralelo, sino que vale lo que la gente cree que es razonable pagar. Y eso va cambiando de acuerdo con las expectativas y en base a cuántas personas quieren comprar y cuántas vender", remarcó a iProfesional.com Francisco Gismondi, economista del Banco Ciudad Buenos Aires.
De cara al futuro, lo analistas creen que el blue será más sensible a cada noticia negativa que se vaya sucediendo, ya sean nuevas medidas que impacten en la plaza cambiaria, en el precio de la soja, en el round final de la pelea de la Argentina con los fondos buitre y, claro está, ante cualquier ruido de tipo político.
Sojadólares, la bala de plata
Los economistas consideran que una de las últimas oportunidades que tiene el Gobierno para achicar la brecha cambiaria ocurrirá en pocas semanas, cuando empiecen a entrar al país los dólares provenientes de la exportación de soja.
Es que, si bien no hay tanta euforia como hace seis meses -cuando el "yuyito" había alcanzado cifras récord por encima de u$s650 la tonelada- se estima que de todas formas será una cosecha relativamente buena, con unos 48 millones de toneladas, lo que implica una suba no menor a 20% respecto de hace un año, y con mejor precio.
Es la gran incógnita para los próximos meses. Algunos economistas creen que, una vez ingresados los "sojadólares", ello se reflejará en una distensión en el mercado cambiario, con una posibilidad de que el blue se acerque un poco más al tipo de cambio oficial.
Pero otros hacen una salvedad importante: todo dependerá de qué tan celosamente el Gobierno quiera guardar esas divisas.
Si decide que todos los dólares del agro deben ir a parar al Banco Central, entonces la brecha no sólo no se achicará, sino que hasta podría crecer.
La explicación es simple: para comprárselos a los exportadores, el Gobierno emitirá pesos, y luego los productores sojeros querrán convertir parte de ese dinero en billetes verdes.
Al no poder hacerlo por la "ventanilla oficial", irán a buscarlos al mercado paralelo, poniendo así más presión al blue.
Es por ello que algunos ex funcionarios con experiencia en un contexto de mercado regulado han sugerido que el Gobierno intervenga discretamente, vendiendo -vía manos amigas- en el circuito informal.
Fuente: Publicado en PdeqDigital

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