Análisis económico de la ausencia de oposición
El gobierno, los medios de comunicación y los argentinos en
general, manifiestan una recurrente preocupación por la falta de
oposición en la Argentina. Cristina Fernández de Kirchner, tras resultar
victoriosa en las últimas elecciones de 2011, incluso dijo que ella no
era responsable de que no hubiera un plan alternativo. Esta columna
busca refutar esta hipótesis planteada por la Presidente.
¿Por qué no hay oposición en la Argentina? Históricamente quienes
llegan a postularse para Presidente son políticos que han desarrollado
una carrera en la política de nuestro país. Nadie salta de la calle a la
Presidencia, puesto que se requiere escalar en un Partido Político para
alcanzar las mayorías que requiere la democracia. Los gobernadores, por
ejemplo, han sido siempre los principales candidatos a saltar a la
presidencia.
La Argentina, sin embargo, tiene desde 2003 un sistema de
centralización de poder, de concentración de recursos fiscales y de
discrecionalidad en el manejo y distribución de estos fondos que hacen
difícil el surgimiento de un plan alternativo al vigente.
Al viejo sistema de coparticipación federal de impuestos, se suman
las retenciones a las exportaciones y otros impuestos que nos dejan con
una estructura fiscal poco transparente, que provoca desequilibrios
fiscales verticales profundos.
¿Qué quiero decir con desequilibrios fiscales verticales? Si la
recaudación que se realiza sobre la actividad productiva de cada
provincia la concentra el gobierno central, los gobiernos provinciales
necesitan luego que una porción de esos recursos sean girados a sus
tesorerías. Si bien parte de esos recursos llegan a las arcas
provinciales como consecuencia de los ratios que surgen de la Ley 23.548
de coparticipación federal de recursos fiscales, algunos de los
impuestos que mayor recaudación generan -como es el caso de las
retenciones a las exportaciones-, son manejados de manera discrecional.
En este sentido, el gobierno central hace uso de estos recursos para
alinear gobernadores, intendentes y congresistas a su propio modelo.
Volvamos entonces a la pregunta original: ¿Por qué no hay
oposición? Porque aquel gobernador o político que decida postularse para
las elecciones 2015, tiene asegurado el recorte de fondos, y con ello,
una mala gestión de su gobierno provincial, que luego atenta contra la
posibilidad concreta de alcanzar la Presidencia.
Si el lector aplica lo dicho a la suba de impuestos que han tenido
que enfrentar los porteños, o bien, a la dificultad de los alumnos
bonaerenses por iniciar las clases hacia fines de febrero, comprenderá
la relevancia de lo dicho.
¿Cómo resolvemos esto? Con
correspondencia fiscal y revirtiendo la dirección de las transferencias.
Se requiere que cada provincia recupere su autonomía y recaude sus
propios impuestos para no depender del gobierno central, pero además que
sean los gobiernos provinciales los que coparticipen a la nación, no al
revés.
Muchos dirán que es la política. Yo sostengo que es la
economía. Puede ser cierto que la economía es una herramienta de la
política, pero no debemos olvidar que la economía ha sido, es y será
siempre el límite de la política.
Editor: http://puntodevistaeconomico.wordpress.com/
FUENTE: PUBLICADO EN (EPT) ECONOMÍA PARA TODOS
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