Código Civil y DNI, las nuevas distracciones para tapar Ciccone, TBA y recesión
Por Guillermo Cherashny
INFORMADOR PUBLICO
En sus dos stands up del lunes y martes, la presidente apuntó a similares objetivos políticos. En el primer caso, que la opinión pública piense si la libreta celeste sirve o no, cuando en realidad, la finalidad oficial es el ausentismo electoral. Y en cuanto a las reformas al Código Civil, que son muy importantes, esconden la intención de tapar la realidad económica que se expresa en la caída del consumo y la corrupción cada vez más generalizada. Se trata, sin embargo, de pobres remedos para intentar cubrir el fracaso de la malvinización de la política nacional. Pero hay otra situación que la comunicación oficial intenta disimular. Se trata de la crisis terminal en las gestiones de algunos altos funcionarios. Por ejemplo, la titular de seguridad Nilda Garré estaría cerca de ser desplazada después de que le presidente le intervino su despacho al designar a Sergio Berni como Secretario de Seguridad. Según trascendió en esa cartera, Garré se enteró por los diarios de la llegada de Berni. Este hecho pone también en peligro al Subjefe del Estado Mayor del Ejército, General César del Corazón de Jesús Milani, principal operador de aquélla, que acaba de producir una gigantesca purga de generales y coroneles del último año, entre los que se destaca el caso del Director de Personal, General Carlos María Marturet. Éste ingresó al Colegio Militar en 1974, apadrinado por Juan Domingo Perón. Marturet era el candidato que tenía reservado el Ministro de Defensa Arturo Puricelli para reemplazar a Milani. Es que el titular de Defensa estaría ansioso por sacarse de encima a Milani, cuya subsistencia ahora depende en buena medida de la relación con el Director de Remonta y Veterinaria, el general José María Carena, un viejo amigo de Carlos Zannini. Aunque cabe aclarar que Carena se prepara también para reemplazar al desgastado Milani. Desde ya que esto puede ocurrir si a Nilda Garré la despiden y antes también. Ésta empezó a caer en desgracia a partir de que se comenzara a candidatear para presidente en el 2015, presentándose en algunos círculos como “la Dilma argentina”. Desde que se enteró de la especie, Cristina la tiene al borde del knock out.

Varios en desgracia

El otro alto funcionario que está perdiendo poder muy rápidamente es un nacido en Chivilcoy que no es Florencio Randazzo sino el jefe de la SI (ex SIDE) Héctor Icazuriaga, que, por razones que se desconocen, habría sido expulsado de la mesa chica de la presidente, que ahora es realmente muy chica, porque sólo la integran ella, Máximo y Zannini, y los demás son invitados.

En tanto, el vicepresidente no sólo sigue agobiado por las derivaciones del caso Ciccone sino que también lo bajaron del avión cuando partía en misión oficial a Corea del Sur y Abu Dabi. Aparentemente, la presidente habría resuelto a último momento que la idea de esconder a su vice enviándolo a viajar lo más lejos posible era lo mismo que reconocer su culpabilidad. Pero la debacle de Boudou, según fuentes de su entorno, iría todavía muchos más lejos. En los últimos días habría entrado en crisis con su novia Agustina Kaempfer. Las mismas fuentes agregan que, en este clima de creciente tensión, Agustina le habría quitado a su novio una bolsita de “mandanga” que, mezclada con Rivotril, puede ser mortal en un baño de inmersión o jacuzzi. Aparentemente, ella temería que a él le ocurra alguna desgracia.

Otro asunto que está en una pausa es la masacre de Once. Pero esto no quiere decir que no pase nada. El único imputado en la causa, el motorman Marcos Antonio Córdoba, habría recibido una propuesta indecente de los dueños de TBA, los hermanos Cirigliano. Éstos estarían dispuestos a pagarle 6 millones de pesos si se hace cargo de la tragedia ante la justicia. Pero “Cordobita”, como lo llaman sus compañeros, habría denunciado el intento de soborno. Además, el fiscal de la causa, Federico Delgado, le solicitó al juez Claudio Bonadío que investigue si los Cirigliano utilizaron dinero de los subsidios para sus operaciones comerciales en Estados Unidos y Canadá.

La crisis con los Estados Unidos es otro asunto a tapar con las reformas al Código Civil y el futuro DNI. El gobierno primero reaccionó airadamente, al decir que el presidente Obama les hizo caso a los fondos buitres, y después minimizó la suspensión de las preferencias arancelarias canceladas por los americanos.

Finalmente, la caída vertiginosa del consumo y la recesión es el asunto más grave que tapar, junto con la crisis energética. Ayer, el gobierno promulgó la ley 26739 de Reforma a la Carta Orgánica del Banco Central y ya puede entonces funcionar la “máquina de la felicidad”, como pregonan Axel Kicillof y Mercedes Marcó del Pont, que piensan que la emisión no produce más inflación de la que hay. La gran esperanza del gobierno, contraria a la casi totalidad de los análisis económicos, es que la emisión de billetes sea un fertilizante para reactivar el consumo y la inversión pública sin producir a la vez un tembladeral.
FUENTE:Publicado en www.informadorpublico.com