sábado, 31 de marzo de 2012

La sovietización de la economía
Por Guillermo Sandler
INFORMADOR PUBLICO
Un amigo centroamericano mandó a su hija a estudiar a Buenos Aires porque todavía tenía la reminiscencia de aquel Buenos Aires de fuerte tradición cultural y académica semejante a Europa.

Una vez arribada al país, su primera preocupación fue la búsqueda de un departamento donde instalarse. Para ello, mi amigo le gira todos los meses una cantidad de dólares para el pago de matrícula y cuotas del Instituto donde estudiará, para el pago del alquiler del departamento, alimentación, seguro médico, libros, distracción, etc.
Es así que salió a la “pesca” de un agente inmobiliario que ofreciese en alquiler algún departamento sin garantía y por un período temporario, es decir, un año. Más esta decir que se firmó el contrato por el pago de un alquiler mensual de 400 D más gastos de servicios y expensas. Pero…he aquí el problema. El padre envía mensualmente una cantidad determinada de dólares que su hija retira vía “cajero automático” como sucede en cualquier país medianamente civilizado. Pero aquí se presenta una novedad, cuando va a retirar 1600 D para pagar el alquiler, el depósito y comisión del martillero, el cajero le entrega la cantidad de 6.960 pesos, es decir al tipo de cambio oficial de 4.35 pesos/D. Como la cláusula del contrato se fijó en dólares, sale apresuradamente a un banco o a una casa de cambios a comprar dólares y le responden que no se le pueden vender dólares. Ante esta negativa y con desesperación porque no quiere perder la vivienda que tanto le costó conseguir, recurre a la vía más normal, “al mercado libre” o “paralelo”, a costa de ser considerada una delincuente por efectuar una compra en el mercado marginal. En ese mercado con los 6.960 pesos que recibió del giro de su papá, le dan como respuesta 1450 D, es decir, el Gobierno argentino se queda con la suma de 150 D sin prestar servicio alguno.

Esa lamentable situación se repetirá mensualmente y tenderá a agravarse en la medida que la inflación se dispare, el tipo de cambio oficial se aplane, los desatinos del Gobierno se incrementen y el dólar marginal subirá indefectiblemente y lo pactado en el contrato en 400 D mensuales se engordará en función del tipo de cambio paralelo, que es el termómetro que mide la temperatura de la economía argentina.

Esto nos hace recordar, cuando en el año 1963, el Gobierno alemán nos invitó a visitar la ciudad de Berlín. Berlín oeste resplandeciente, gente alegre y bulliciosa, elegantemente vestida, restaurantes y confiterías llenas, teatros, todo en ebullición económica y absoluta libertad, mientras que en Berlín oriental pura tristeza, sus calles desiertas de personas y coches, escaparates miserables y sólo policías.

Al cruzar el Charlie Point nos enfrentamos con las autoridades comunistas (soviéticas). En principio nos retuvieron el pasaporte y nos entregaron una mísera papeleta que retuvimos en nuestras manos como el don más preciado durante todo el tiempo que duró nuestra visita, pues perder esa papeleta significaba perder la libertad. A continuación nos preguntaron si teníamos con nosotros DM (marcos alemanes). Se incautaron de los DM y nos entregaron RM (marcos orientales) en la proporción 1:1 cuando en el mercado era en la relación 1:4.

¡Qué situación semejante a la que existe en la Argentina actual, pero han pasado 49 años, implosionó la Unión Soviética y el mundo ha entrado en una etapa de globalización! No hemos aprendido nada. Todavía hay compatriotas que sostienen que la divisa es del Gobierno cuando en realidad, en mi poder, es la expresión de mi capacidad patrimonial.

Con esta absurda política cambiaria -en un mundo globalizado e interrelacionado- cómo se puede pretender que existan inversiones propias y ajenas.

Prof. Guillermo Sandler
guillermosandler@hotmail.com
FUENTE:Publicado en www.informadorpublico.com

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