viernes, 30 de marzo de 2012

El cristinismo aísla a Macri, pacta con la UCR y tienta a los disidentes del PJ
Por Carlos Tórtora
INFORMADOR PUBLICO
 La sanción de la ley que aprueba el traspaso a la Capital de los subtes, el Premetro y 33 líneas de colectivos mostró una nueva mayoría legislativa. La misma la conformaron en ambas Cámaras el Frente para la Victoria, los bloques de centroizquierda y la UCR. El pacto radical-cristinista opera, a la vez, como un fuerte elemento de presión sobre los legisladores del peronismo disidente para persuadirlos de que vayan acordando votar con el oficialismo, a fin de no quedar marginados. Por ejemplo, en la votación de la Reforma de la Carta Orgánica del BCRA, los dos senadores del oficialismo puntano, Adolfo Rodríguez Saá y Liliana Negre de Alonso, se abstuvieron. En lo inmediato, los operadores del cristinismo apuestan a que el pacto con la UCR le alcance para que se convierta en ley el proyecto de Diana Conti para modificar el Código Procesal Civil, limitando la aplicación de medidas cautelares contra el Estado nacional. Esta ley sería de valor estratégico, porque prácticamente eliminaría el control judicial de las leyes y los decretos, violando indirectamente la Constitución Nacional. Paralelamente, avanza confusamente la instrumentación del nuevo DNI, a través de una modificación del Código Electoral que apuntaría a licuar los controles del voto obligatorio. O sea, inducir al ausentismo a los sectores independientes que sienten rechazo por la política, aumentando así el peso proporcional del voto cautivo del gigantesco aparato clientelar del Gobierno. Estas jugadas serían tal vez los pasos previos a la apuesta de máxima. O sea, la puesta en marcha de la reforma constitucional. En este contexto, también hay conversaciones para que los peronistas disidentes vuelvan a las filas partidarias a través de una amnistía y la participación en las listas oficialistas de una interna que se realizaría antes de fin de año para elegir el nuevo Consejo Nacional del PJ, que probablemente presidirá Cristina.

Un mal posicionamiento

La pinza radical-cristinista que se cierra sobre Mauricio Macri tiene distintas aristas. Si el PRO fracasa en su intento de que la legislatura local rechace la ley nacional, la elevación del caso a la Corte Suprema estaría comprometida y el Jefe de Gobierno sufriría un serio revés. Para la UCR, una debacle de Macri podría permitirle retomar aire en el electorado porteño. La Coalición Cívica y Proyecto Sur también verían sus beneficios electorales para el 2013 si el macrismo pierde terreno.

En lo sustancial, el líder del PRO se enfrenta a dos serios problemas: su erróneo manejo político terminó por aislarlo casi totalmente, dejándolo a merced de los embates del cristinismo. Por otra parte, Macri intenta posponer para el 2013 su reposicionamiento como jefe de la oposición, navegando hasta entonces con el perfil bajo de un alcalde que elude la confrontación con la Casa Rosada. Pero la Presidente, con su estilo audaz, le adelantó los tiempos y Macri parece ahora descolocado convocando a un diálogo sobre el traspaso de los servicios públicos a la Ciudad, cuando el cristinismo opera con hechos consumados.
FUENTE:Publicado en www.informadorpublico.com

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