domingo, 25 de marzo de 2012

La estanflación a la vuelta de la esquina
Por Guillermo Cherashny
INFORMADOR PUBLICO
Durante nueve años de kirchnerismo-cristinismo, ocho de ellos fueron de crecimiento alto y expansión del consumo y del crédito y un solo año, el 2009, mostró una recesión del 4% del PBI. El 28 de junio de ese año, el Frente para la Victoria perdió las elecciones legislativas, superando apenas el 30% de los votos, el registro más bajo después del 22% del 2003 que le permitió llegar al poder gracias a que Carlos Menem optó por no presentarse en la segunda vuelta. Como contrapartida, en el 2011, en el punto más alto del consumo, CFK ganó con el 54%. Pero a partir de ahí la industria empezó a caer continuadamente hasta ahora y a partir de marzo de este año descienden también el consumo y la inversión. Entramos así técnicamente en recesión, según Abel Viglione y Juan Carlos Jorrat, este último de la Universidad Nacional de Tucumán. Ése es el principal motivo por el cual Management & Fit detectó una caída de la imagen presidencial al 42%, después de haber llegado al 60%.

Pero la recesión en marcha puede tomar la forma de estanflación, porque se combinaría con una fuerte inflación, impulsada por la fiesta de la emisión a partir de la reforma de la Carta Orgánica del BCRA.

Una secuencia de maniobras desesperadas
La mayor parte de los analistas vienen sosteniendo que se está produciendo un agotamiento del llamado “modelo” y que los subsidios al transporte y a la energía son insostenibles. El gobierno reaccionó optando por hacer un ajuste suave y lento llamado “sintonía fina”. Pero se encendieron las luces amarillas. Las consultoras que asesoran al justicialismo se dieron cuenta de que la reacción popular contra la eliminación de los subsidios podría ser altamente negativa y entonces los recortes sólo llegaron a un 10% de la Capital y el conurbano. Justo entonces se produjo la masacre de Once y se impuso una nueva decisión, la de dejar para más adelante la eliminación de los subsidios. Pero el costo de vida de enero, febrero y el mes que corre terminó por agotar la capacidad de consumo. Llegó así la hora para una nueva improvisación: para mantener los subsidios se decidió reformar la Carta Orgánica del Banco Central, para disponer de los dólares para pagar los compromisos externos y de pesos para mantener los subsidios. Si bien el gobierno no se apoderó de ningún activo líquido como podrían ser los depósitos en dólares, en forma indirecta, al usar las reservas del BCRA para tapar todos los déficit, se pondrán en peligro los depósitos en dólares y en pesos. Aunque todavía el público no tiene conciencia de ese peligro.

Con respecto a las paritarias, el intento de la sintonía fina con el 18% de máxima ya fracasó y se estima que los aumentos serán del 25% como mínimo. Y además, hay un hecho nuevo como es la existencia de una oposición sindical liderada por Hugo Moyano, que ahora acusa al gobierno de pretender instalar un soviet por las crecientes intervenciones estatales que motorizan Guillermo Moreno y Axel Kicillof. A los ataques a Repsol-YPF y ahora a Telecom, seguirían presiones contra todas las empresas que cotizan en bolsa para que no retiren ganancias y las inviertan en un país que no ofrece garantías para la reinversión productiva. A todo esto, la perspectiva de un paro general va tomando fuerza y ya se habla de que podría ocurrir en mayo.
FUENTE:Publicado por www.informadorpublico.com

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