lunes, 7 de mayo de 2012

EL PAÍS NECESITA QUE YPF RECOBRE EL ROL PROTAGÓNICO QUE SOÑÓ EL GENERAL MOSCONI Y QUE MATERIALIZÓ ARTURO FRONDIZI 

La caída de la producción no ocurrió abruptamente de la noche a la mañana, fue un proceso gradual progresivo que principalmente De Vido no puedo desconocer.
Por: Aldo Norberto Bonaveri
PregonAgropecuario 

Más del 60% de los argentinos y, una mayoría aún superior del arco político está de acuerdo con la expropiación de YPF. Sin ninguna duda tal determinación se ha transformado en un rotundo triunfo político de Cristina Fernández, que entre otras cosas, le permitió recomponer una imagen pública que antes del anuncio venía retrocediendo.
Por sobre lo que cada uno podamos pensar al respecto, esta renacionalización quedará grabada en la historia como un suceso de alta relevancia, pues independientemente del resultado que arroje y, de las críticas que se le puedan formular a las formas, se trata de la decisión más trascendente de los últimos años.
Yo no me voy a referir a si es constitucional o no, si corresponde pagar indemnización o no, puesto que mucho se ha dicho al respecto y, con toda sinceridad, no me siento con idoneidad para emitir opinión al respecto. Como le ocurre a la mayoría, entiendo que constituye un acto de soberanía y, que por tratarse de un recurso estratégico jamás debió YPF haberse privatizada y, menos aún extranjerizada. Ahora bien, tal convencimiento no me exime para analizar las hipocresías, las contradicciones y las falacias en que ha incurrido el Gobierno en todo este proceso.
La privatización de YPF ocurrida en 1992, en el momento de mayor “esplendor” del menemato, fue indudablemente una nefasta decisión, que corresponde decirlo, fue apoyada a dos manos y lisonjeada por muchos que hoy la denigran. En tal sentido cabe remarcar que el matrimonio Kirchner la defendió sin tapujos, existiendo sobre el particular archivos y documentos elocuentes.
Para justificar aquella extranjerización Carlos Saúl Menem argüía descaradamente que se hacía para otorgar a los jubilados el 82% móvil; claro está que después de completado su plan macabro los haberes de los pasivos quedaron congelados durante el resto de su “reinado”. Pero no solo es privativo del riojano disfrazar la realidad. En su exposición en el Congreso Kiciloff para explicar el apoyo de los Kirchner a la citada privatización, como también la enajenación de las acciones de Santa Cruz en 1998, atribuyó tal actitud a la marcha avasallante del ultra-liberalismo en la región. Tal aseveración es totalmente engañosa, en condiciones semejantes ni Brasil, ni México, ni Colombia rifaron su patrimonio hidrocarburífero.
También cabe decir que la responsabilidad de los Kirchner no se agota con aquel respaldo privatizador, tampoco le retacearon reiterados elogios a Repsol; mientras se daban las relaciones amistosas con la empresa, Néstor primero y Cristina después, hicieron caso omiso e inclusive descalificaban los informes de los expertos, que advertían sobre los desmanejos de la empresa y, las consecuencias que traerían aparejadas la carencia de inversiones en el área de exploración.
Entre el Gobierno y Repsol se instauró una especie de connivencia que concluyó en el vaciamiento de YPF que hoy se denuncia desde el poder. Ahora la presidenta, algunos ministros, funcionarios y legisladores se rasgan las vestiduras sobre la falta de reinversión y, en torno a la descontrolada transferencia de utilidades; todo ello es cierto, pero ¿Qué hizo el Gobierno para impedirlo?, en el directorio de al empresa siempre hubo un representante del Estado designado por el PE, pero salvo en el último ejercicio votaron siempre en consonancias y aprobaron invariablemente los balances; tampoco nunca hasta entonces se objetó el giro de dividendos.
Lo que no resiste la menor explicación son las condiciones leoninas en que los Eskenazi se hicieron del 25% de las acciones, su arribo a YPF fue una maniobra urdida por Néstor Kirchner con prerrogativas impúdicas. Seguramente dará trabajo encontrar otro caso en el mundo donde alguien se quede con la cuarta parte del patrimonio de una multinacional sin poner un peso.
Los diarios estos años registran declaraciones de los funcionarios más próximos a Balcarce 50 que son elocuentes. El 12 de octubre de 2006 Guillermo Moreno en la mismísima Casa Rosada se jactaba “Va a llover gasoil”, en tanto en diciembre de 2010 en declaraciones para el matutino Pagina 12, Julio De Vido: sentenciaba que con Brufau y Eskenazi “tendremos gas para noventa años”. Cabe recordar que el ministro de Planificación cuando se objetaba el funcionamiento de Repsol o, se mencionaba la caída de la producción, catalogaba a los que atinaban a efectuar esos comentarios de agoreros y destituyentes.
La caída de la producción no ocurrió abruptamente de la noche a la mañana, fue un proceso gradual progresivo que principalmente De Vido no puedo desconocer. En petróleo en 2003 se logró una producción global de todas las empresas incluidas de 43,1 millones de m3, esta fue declinando para registrar en 2011 29,8 millones de m3. En gas, la producción total había alcanzado en el 2003, a 50,6 miles de millones de m3/día,. El año pasado, la producción de gas se redujo 46,9 miles de millones de m3/día. Los 8 ex secretarios de Energía de la Nación, habían advertido en distintos informes sobre la necesidad de cambiar el rumbo, más la única respuesta fue la descalificación socarrona
Más preocupante aún es la caída de las reservas, lo que se relaciona con que la exploración que incluye riesgo no es atractiva para las petroleras, pues Argentina paga entre un 40% y un 50% menos del precio internacional.
La expropiación no va a cambiar el panorama en el corto plazo, aún cuando se acierten con las medidas, pues se trata de procesos que requieren tiempo y sobre todo grandes inversiones, que seguramente será lo que el Gobierno tratará de atraer. La re-estatización requiere un programa estratégico que contemple la capitalización de todo el sector energético. La situación imperante reclama medidas que modifique sustancialmente políticas en el sector que han fracasado categóricamente. Acaso ¿será posible interesar a petroleras a realizar exploración cobrando por lo extraído el 50% que en otros lares? ¿Podrá el Gobierno seguir aplicando los subsidios que caracterizaron su gestión?
Nuestro país posee reservas no convencionales de petróleo y gas en Vaca Muerta, catalogadas como “recursos prospectivos”, pues a la fecha no se han perforado y por lo tanto aún no son comercializables, se habla de un volumen gigantesco que superaría los 21.000 millones de barriles equivalentes a petróleo. La extracción de este tipo es mucho más costosa, al respecto la consultora Ryder Scott hace referencia a inversiones necesarias superiores a u$s 42.000 millones, suma desde ya imposible de cubrir con capitales internos.
Por otra parte el déficit energético imperante requiere seguir destinando ingentes recursos para subsanarlo con importaciones, el año pasado la sangría fue de casi u$s 10.000 millones, para el presente se estiman en u$s 12.000 millones, estas erogaciones se devoran el saldo a favor de la balanza comercial, por lo que la preocupación del Gobierno es mayúscula y, seguramente factor decisivo de la expropiación perpetrada.
Las experiencias K en el manejo de las empresas del Estado no generan demasiado optimismo, el manejo de Aerolíneas Argentinas no parece precisamente el mejor ejemplo y, ni que hablar de fracaso rotundo de ENARSA, caber apuntar que ésta fue concebida por Néstor en 2004 como alternativa en la exploración de hidrocarburos, hasta el presente quedó circunscripta a la importación, en tanto el suceso más trascendente que protagonizo fue la llegada de la valija de Antonini Wilson.
La transparencia no ha sido precisamente una virtud del kirchnerismo y, las sospechan de corrupción salpican a varios ex y actuales funcionarios de las administraciones K. El capitalismo de amigos, las prerrogativas que gozan, la injerencia del PE en la justicia y la falta de credivilidad no predisponen a tener confianza en el manejo que puede realizar el actual Estado sobre una empresa tan emblemática, ello se potencia aún más con la designación de Julio De Vido como interventor, quien además de ser tal vez el más cuestionado de todos los colaboradores inmediatos, es justamente el principal responsable del estrepitoso fracaso energético del país.
Las dudas están y sólo se disiparan si se advierten resultados contundentes, es de esperar que los escépticos nos equivoquemos y se alcance plenamente el propósito que la propia ley enfatiza: “recuperar el autoabastecimiento energético”, el país necesita que YPF recobre el rol protagónico que soñó el General Mosconi y que materializó en su momento Arturo Frondizi.
FUENTE:Enviado por e-mail por el autor por  PregonAgropecuario

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